1- El hombre debe trabajar para obtener alimento, vestido, vivienda y trasporte: nada le viene dado graciosamente.
2- El hombre no trabaja por instinto, como las hormiguitas, sino que necesita de una motivación y de capacitación para hacerlo mejor.
3- La capacitación sobreviene con la división del trabajo. Si todos trabajan en todo, las cosas salen regulares o malas. Si, en cambio, algunos se especializan en hacer zapatos y otros en coser vestidos, habrá mejores zapatos y vestidos.
4- La motivación reside en que haya una recompensa al esfuerzo por trabajar mejor. Si no trabajar, trabajar mal o trabajar bien obtiene el mismo premio, la consecuencia es la pérdida de motivación para trabajar mejor y consecuentemente, un menor valor para el conjunto de la sociedad.
5- Para recompensar al trabajo bien hecho hay que resguardar los derechos que garantizan esa recompensa, por medio de la ley.
6- La ley debe garantizar la propiedad privada de aquellos que arriesgan capital para emprender una empresa; y debe garantizar el cumplimiento del contrato laboral que obliga a que cada trabajador reciba lo convenido.
7- Nadie conoce a priori las necesidades, demandas y deseos de los consumidores. No hay Estado o Iglesia que sepa lo que las multitudes necesitan
8- La única manera de averiguar esas demandas es ofrecer libremente bienes y servicios: aquellos que mejor satisfagan la necesidad y menos precio tengan, serán los elegidos.
9- Cuando este mecanismo espontáneo de ajuste, producto de millones de transacciones diarias, se quiere sustituir por el Plan único que decide qué productos, en qué formas y a qué precios deben ser vendidos, la resultante es el desabastecimiento, la sobre o infra producción, los problemas de abastecimiento de energía, alimento o transporte.
10- El mercado es la compleja herramienta que permite evaluar y cotizar millones de productos y servicios, el que elimina los caros o superfluos o de mala calidad, el que premia el cumplimiento de la palabra, la promesa de la marca, la calidad.
11- Los consumidores no son estúpidos manipulados por voraces capitalistas que intentan venderles muy caro chucherías inútiles.
12- Esa es la novela que los reaccionarios de siempre inventaron para retener el papel del Estado como soberano. No soportan la competencia de la economía libre que permite que otros grupos sociales se fortalezcan, más allá de curas, nobles o politicos profesionales.
13- Para esta mentalidad reaccionaria fue inútil la bombilla eléctrica, el teléfono, el cinematógrafo, los automóviles, los trenes, los barcos a vapor, la fotografía, el telégrafo, la radio, los antibióticos, los géneros sintéticos, los aviones, la computadora, el radar, la energía nuclear, las redes informáticas, Internet, el teléfono celular, la fotografía digital, el email, las redes sociales.
14- Según ellos, producir todas esas bagatelas se ha hecho a costa del inenarrable sufrimiento de los obreros, del despilfarro de materias primas y la destrucción del medio ambiente.
15- Obviamente desconocen que la pobreza feudal fue infinitamente peor que la de los obreros del siglo XIX; que el despilfarro terminó y hay fuerte conciencia ambientalista y protectora de recursos no renovables y que buena parte de las inversiones- por ejemplo en pasteras- se dedica a prevenir y evitar cualquier daño ambiental.
16- Desconocen que en los paises en que se desarrolla el mercado libre las diferencias entre los que más ganan y los que menos ganan son notoriamente inferiores a las de aquellos en que reina el estatismo o cualquier variante socialista.
17- Entre liberalismo y socialismo ”puros” se extiende una mayoría de “terceras vías” que son usualmente una nefasta mezcla de ambos sistemas: capitalismo de amigos del poder, mafias en el gobierno, gobierno de las corporaciones empresaria-sindical-politica, Estado de Bienestar, Teocracias mercantilistas, etc.
18- La búsqueda de la ganancia – la recompensa material al esfuerzo y capital invertido- ha sido condenada desde siempre por los moralistas, desde Grecia y Roma, hasta la Revolución Francesa, pasando por el Cristianismo y llegando al Socialismo . Comerciantes, mercaderes, banqueros, industriales son todos tipos sociales estigmatizados desde que Jesus declaró la imposibilidad que los ricos lleguen al Paraíso.
19- No casualmente muchas de esas actividades fueron desempeñadas por un grupo étnico específico, los judíos, objeto de persecución, discriminación, desprecio, burla y secreta admiración desde siempre.
20- La libertad de mercado soportó los edictos de control de precios, la imposibilidad de viajar y comerciar libremente, los peajes feudales, el control de salarios, las limitaciones al trabajo libre que imponían los Gremios Medievales, los impuestos del Rey, la depreciación de la moneda por adulteración de su ley de oro o plata, las pesas y medidas arbitrarias, los controles , requisas, confiscaciones, expropiaciones, estatizaciones, nacionalizaciones, socializaciones a que se sometió a la propiedad privada, junto a los beneficios extraordinarios para los favoritos del poder: subsidios, cuotas de mercado, precios asegurados, privilegios impositivos, protecciones aduaneras, acceso a información reservada, etc.
21- Pese a ello el liberalismo produjo la revolución industrial y tecnológica que en tres siglos elevó la esperanza de vida de 40 a 80 años, disminuyó la mortalidad infantil de 300 por mil, a 30 por mil , y que desde 1990 sacó de la miseria a 500 millones de personas en Asia y redujo el hambre del 40% de la Humanidad al 15% en solo dos décadas de liberalización, globalización y democratización.
22- Liberalismo significa además, acceso libre a la información, libertad de prensa y de expresión, libertad de voto, de afiliación, de creación de partidos políticos, de manifestación y reclamo, libertad sexual, artística, religiosa, científica, literaria.
23- Aun así, los medios académicos, políticos, religiosos y de comunicación siguen estigmatizando al liberalismo como no se ha hecho jamás con ningún otro sistema. Todo (Ancien Regime, Terror de Robespierre, Comunismo) es siempre explicable y relativizable, menos el liberalismo, al cual se le cuelgan todos los crímenes cometidos. En palabras de uno de los voceros argentinos de este pensamiento “ hay dos Capitalismos: el Colonial desde 1492 y el Sovietico, desde 1917” (J.P. Feinmann).
24- El liberalismo no se mete con la felicidad: ese es un tema demasiado complejo y personal para que se lo reduzca a fórmulas colectivas como “Hombre nuevo”. La búsqueda del Estado Perfecto y Feliz es, desde Platon a Mao, el prólogo para una sociedad cerrada, monolítica, uniformada, pasiva, dependiente, sumisa, encerrada por los Muros del estado policial, educador, artista, militar, controlador, absoluto, totalitario.
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