sábado, mayo 30, 2009

Ciudadanos mallorquies contra el exclusivismo catalán

MANIFIESTO

"Nosotros los ciudadanos hoy reunidos, y unidos, en Palma de Mallorca, para defender la libertad, no queremos continuar con la actual situación de imposición lingüística del catalán en prácticamente todos los ámbitos de nuestra sociedad. Desde los públicos, tan importantes como la educación, la administración, o la sanidad. Hasta los privados, como el comercio y el deporte.

Reivindicamos un bilingüismo en libertad. La misma libertad que utilizamos en nuestras relaciones cotidianas para comunicarnos, la queremos cuando nos dirigimos y/o utilizamos los servicios públicos que sostenemos económicamente todos. Las lenguas son instrumentos de comunicación, para unir, no para dividir. Y esa unión se consigue desde la libertad, no con la imposición.

Por ello, los ciudadanos de Baleares manifestamos que:

Queremos libertad de elección de lengua para poder escolarizar a los niños en cualquiera de las dos lenguas mayoritarias de Baleares. Porque apoyamos nuestras lenguas, nuestro mallorquín, menorquín e ibicenco, junto a nuestra, también, lengua castellana, oficial del Estado y compartida por más de 400 millones de personas.

Queremos que la lengua sea considerada un mérito y no un requisito excluyente que dificulte el acceso al trabajo.

Queremos disfrutar de nuestras manifestaciones culturales, teatrales, sin la politización nacionalista a la que actualmente se ven sometidas.

Queremos que nuestro mallorquín, menorquín e ibicenco no se pierda con el actual proceso de sustitución por un catalán estándar ajeno a lo que siempre hemos hablado.

Estas reivindicaciones pasan, necesariamente, por una nueva normativa lingüística que no cree barreras donde no las hay ni las ha habido nunca.

Exigimos:

La derogación de la actual Ley de Normalización Lingüística de 1986, y todos los decretos que la desarrollan en el ámbito educativo, administrativo y sanitario. Y su sustitución por una nueva Ley de usos de las lenguas oficiales, basada en la libertad y en la realidad social de Baleares.

Esta nueva regulación debe venir acompañada de una normativa que para el acceso a la función pública considere a las lenguas como un mérito, nunca como un requisito excluyente.

Estas soluciones son válidas para el ámbito de la Comunidad Autónoma de Baleares, pero la discriminación lingüística no sólo nos afecta a los ciudadanos españoles de esta comunidad, también a millones de compatriotas de otras partes de España, hoy aquí representados. Por este motivo, solicitamos también a esos otros representantes de la soberanía popular en las Cortes, que
garanticen con medidas legales de alcance nacional el derecho a poder ser educado en el idioma oficial del Estado en cualquier parte de nuestro territorio. Porque el problema es nacional.

De esta forma conseguiremos, en Baleares y en España, devolver los derechos a sus verdaderos titulares: las personas. Garantizando en las comunidades autónomas con dos idiomas oficiales los derechos de los hablantes de ambas lenguas.

Somos las personas las que decidimos y elegimos libremente. Las que hoy hemos dicho fuerte y claro, con una sola voz, que: “Nuestras lenguas nos unen. Volem llibertat d’elecció”.

Intelectuales liberales

El incidente venezolano entre Mario Vargas Llosa y Chávez - que podría haber terminado en un inédito debate entre ambos- puso en boca de todos un nuevo concepto: “intelectuales liberales”. Uno recuerda que Simone de Beauvoir escribió que no podía haber intelectuales de derecha, que solo se puede usar la cabeza, pensar, reflexionar y escribir, desde el campo de la izquierda. Afortunadamente ese es otro muro que se cae. El liberalismo ha producido lumbreras como Ortega y Gasset, Benedeto Croce, Karl Popper, Isaiah Berlin, o Friederick Hayek, difícilmente “no” clasificables como intelectuales. Simone los ignoraba, como a tantas cosas.
Pero era gente ya algo vieja cuando irrumpió la Nueva Izquierda Reaccionaria, aliada del islamismo y ferozmente antidemocrática. Se necesitaba sangre nueva.
El actual debate lo protagoniza, además, el mundo hispanoamericano más que el europeo. Es acá donde el nuevo monstruito nace, crece y se desarrolla: en Cuba, en Venezuela y en todos los satélites: Bolivia, Nicaragua, Ecuador.
Ese monstruito ignorante y pedante, que se olvida de los últimos 50 años de historia y quiere hacernos creer que el socialismo real fue una magnífica y rica experiencia, que no sabe de Gulags y asesinatos en masa, de invasiones a Hungría, Checoslovaquia, Tibet o Afganistán, que desconoce las hambrunas chinas o norcoreanas, esos nuevos vendedores de ilusiones, que contra toda prueba insisten en “la crisis final del capitalismo” y en el socialismo del siglo XXI, necesitaban un pensamiento nuevo que los enfrente y los acorrale en su elementalidad.
Hoy tenemos a ambos Vargas Llosa, a Montaner, a Castañeda, a Krauze, y muchos más elaborando pensamiento propio, reflexionando sobre nuestra América, enriqueciendo la conciencia universal desde nuestra propia realidad. Esos intelectuales no de izquierda, no marxistas, no nacionalistas, no socialdemócratas, no populistas, no estatistas, no revolucionarios, son intelectuales democráticos, pluralistas, críticos, modernos.
Bienvenidos los intelectuales liberales.

La perplejidad de Mario Vargas Llosa sobre la Argentina

¿Cómo se puede entender el caso de Argentina? Un país que era democrático cuando tres partes de Europa no lo eran; un país que era uno de los más prósperos de la Tierra cuando América latina era un continente de hambrientos, de atrasados. El primer país del mundo que acabó con el analfabetismo no fue Estados Unidos, no fue Francia; fue la Argentina con un sistema educativo que era un ejemplo para todo el mundo y que constituía un instrumento extraordinario de creación de igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos. Ese país, que era un país de vanguardia, ¿cómo puede ser que sea el país empobrecido, caótico, subdesarrollado que es hoy? ¿Qué pasó? ¿Alguien los invadió? ¿Estuvieron enfrascados en alguna guerra terrible? No. Los argentinos se hicieron eso. Los argentinos eligieron a lo largo de medio siglo las peores opciones y además siguieron eligiendo las peores opciones a pesar de todas las experiencias negativas.

Lo ve se viene después de las elecciones, segun Cachanosky

http://www.economiaparatodos.com.ar/ver_nota.php?nota=2519

viernes, mayo 29, 2009

Bienvenidos los nuevos seguidores

Ya son nueve. Ultimamente se han incorporado:
Jaad, con su interesante blog http://jorgealbertoaguiardiaz.blogspot.com/
Luis, que participa en varios blogs liberales
Pablo Felipe Pérez Goyry, cubano, periodista, ganador del Premio de Periodismo 2008
Hoy se incorpora el brasileño Gian Fabricio Martins Silva

A todos, los nuevos y los antiguos, gracias por estar del otro lado.

Artículo de Marcos Aguinis: excelente síntesis

http://www.facebook.com/ext/share.php?sid=80769902543&h=WgDnU&u=NG_VT&ref=nf

Orlando publica mi "Muera la Patria" en su Blog

Quinta-feira, 28 de Maio de 2009
Abaixo a soberania!

Concordo plenamente com Esteban Lijalad:
A soberania é o refúgio dos tiranos, a barreira que impede que a comunidade internacional civilizada possa obrigar a cumprir a Declaração dos Direitos do Homem que todos os estados das Nações Unidas se comprometeram a respeitar.
Leia "Muera la Patria".

Postado por Orlando Tambosi às 23:16

miércoles, mayo 27, 2009

MUERA LA PATRIA!

La Soberanía es el refugio de los tiranos, la barrera que impide que la comunidad internacional civilizada pueda obligar a cumplir la Declaración de Derechos del Hombre que todos los estados de Naciones Unidas se han comprometido a respetar.
La Soberanía ha sido esgrimida por el Presidente de Sudan para eludir el fallo condenatorio de la Corte Internacional de La Haya, ante los aplausos de la Liga Arabe, Cuba y Venezuela.
Gracias a la Soberanía regímenes atroces como el nazismo , el stalinismo o el maoismo han podido torturar y asesinar a millones de personas, sin que nadie en el mundo pudiera impedir esas atrocidades.
No es casual que la Soberanía sea el Valor Supremo que levantan los nacionalistas: La Soberanía de la Patria, la Soberanía Nacional (una de las Tras Banderas del Justicialismo) , los stalinistas cubanos (“La Soberanía cubana debe ser respetada” exige la Declaracion de intelectuales en 2006) o los stalinistas norcoreanos ( “Pyongyang aseguró que si se inspecciona alguno de sus barcos en base a la PSI, eso será un acto hostil y "una violación intolerable a su soberanía" a la que responderá con un ataque militar".)
O sea: en lo interno las dictaduras detectan “conspiraciones” del enemigo del pueblo y meten en la carcel a los opositores. En lo externo, están siempre con el dedo en el gatillo es defensa de su “Soberanía”.
Uno está tentado de pasarse la Soberanía de esas dictaduras por algun lugar innombrable, pero sabe que eso es inútil, que la libertad raramente se impone desde afuera, aunque la Segunda Guerra demostró lo contrario.
¿Qué hacer”
Destruir el prestigio de la palabra Soberanía: Día de la Soberanía argentina (día en que el tirano Rosas batalló contra Francia e Inglaterra), Soberanía Norcoreana( permiso para armarse, hambrear al pueblo y amenazar a los vecinos ). En fin, ridiculizar el nacionalismo prediluviano y las palabras asociadas: Soberanía, Patria, Ser Nacional, Destino nacional. Reirse en la cara cuando alguien proponga “defender la soberanía nacional”

Escribió Alberdi en 1880:

Una de las raíces más profundas de nuestras tiranías modernas en Su-
damérica es la noción grecorromana del patriotismo y de la patria, que
debemos a la educación medio clásica que nuestras universidades han
copiado a la Francia.
La patria, tal como la entendían los griegos y los romanos, era esencial y
radicalmente opuesta a lo que por tal entendemos en nuestros tiempos y sociedades modernos. Era una institución de origen y carácter religioso y santo; equivalente a lo que es hoy la Iglesia, por no decir más santa que ella, pues era la asociación de las almas, de las personas y de los intereses de sus miembros.Su poder era omnipotente y sin limites respecto de los individuos de que se componía. La patria así entendida era y tenía que ser la negación de la libertad individual, en la que cifran la libertad todas las sociedades modernas que son realmente libres. El hombre individual se debía todo entero a la patria; le debía su alma, su persona, su voluntad, su fortuna, su vida, su familia, su honor.Reservar a la patria alguna de esas cosas, era traicionarla; era como un acto de impiedad.
Según estas ideas, el patriotismo era no sólo conciliable, sino idéntico y el mismo que el despotismo más absoluto y omnímodo en el 'orden social.

Alberdi previó el uso de la “Patria” como bandera y justificación de todos los despotismos. Me gustaría gritar algo provocativo y hermoso, como acto catártico:

MUERA LA PATRIA!

Comentario que me emociona

Excelente texto, Estéban! Casamento perfeito de forma e conteúdo.
Sectarismo ideológico é a pior praga da atualidade e você foi na mosca.

Maria do Espírito Santo Gontijo Canedo

Olvidos

Mientras el mundo occidental mira obsesivamente a la crisis económica, la crisis política que protagonizan un puñado de gobiernos dictatoriales puede terminar con este mundo tal como lo conocemos.
En pocos días se ha sucedido el misil iraní, los misiles y la bomba coreana, la “radicalizacion del Socialismo” en Venezuela, con la ola de estatizaciones y represión a la oposición, el desafío de Chávez, Correa y Morales a la “prensa”, como el “enemigo del pueblo” a vencer, el endurecimiento cubano.
Mientras Chomsky, Michael Moore y toda la intelectualidad occidental antioccidental se dedican a lamer el piso en busca de polvo para mostrar la suciedad del “sistema”, mientras miramos la basura en el ojo del capitalismo, la viga del islamostalinismo no es vista por nadie. Nadie ve los 200 presos de conciencia cubanos (solo los de Guantánamo interesan); nadie ve la sorda agresión norcoreana (en cambio la corrupción gubernamental de Corea del Sur es el gran tema de análisis), a nadie importa el atropello chavista, en cambio preocupan los efectos nocivos de la Web entre los jóvenes; los 400 ahorcados por año en Irán no son tema de artículos en Pagina 12, donde en cambio importa denunciar la “manipulación mediática del discurso hegemónico” , nadie ve el genocidio de Darfur, solo el supuesto en Gaza; nadie mira a Chechenia o a Myanmar. Nadie mira, analiza, prevé, advierte, se preocupa sobre los que prometen borrar a Israel del mapa. Nadie estudia la espeluznante semejanza entre la decada del treinta- en la cual nadie vio los crímenes del nazismo, nadie supo de los crímenes stalinistas, nadie vio nada- y la actual, donde nadie ve a Iran a punto de lograr la Bomba con la que amenazará a Israel, nadie a Corea del Norte, a Venezuela, a Cuba, a Sudán riéndose de la Carta de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Demasiados olvidos

Patria

Creo en la patria común de la inteligencia y la razonabilidad. Mis compatriotas verdaderos no son las hinchadas apiñadas bajo la bandera argentina, sino la larga cadena de hacedores de Humanidad, desde Galileo hasta Popper, desde Locke hasta Alberdi. De los que contra los prejuicios (nacionalistas, religiosos, de clase o raza) exponen juicios fundados en la prueba, no en la tradición o la autoridad.

martes, mayo 26, 2009

Chávez, KIrchner: lean al maestro Alberdi

La idea de una industria pública es absurda y falsa en su base económica. La industria en sus tres grandes modos de producción es la agricultura, la fabricación y el comercio; pública o privada, no tiene otras funciones. En cualquiera de ellas que se lance el Estado, tenemos al gobierno de labrador, de fabricante o de mercader; es decir, fuera de su rol esencialmente público y privativo, que es de legislar, juzgar y administrar.
El gobierno no ha sido creado para hacer ganancias, sino para hacer justicia; no ha sido creado para hacerse rico, sino para ser el guardián y centinela de los derechos del hombre, el primero de los cuales es el derecho al trabajo, o bien sea la libertad de industria.
Un comerciante que tiene un fusil y todo el poder del Estado en una mano, y la mercadería en la otra, es un monstruo devorador de todas las libertades industriales, ante él todo comercio es imposible: el de los particulares, porque tienen por concurrente al legislador, al Tesoro público, la espada de la ley, nada menos; el del Estado mucho menos, porque un gobierno que además de sus ocupaciones de gobierno abre almacenes, negocia en descuentos de letras, en cambios de moneda, emprende caminos, establece líneas de vapor, se hace asegurador de buques, de casas y de vidas, todo con miras de ,explotación y ganancias, aunque sean para el Estado, y todo eso por conducto de funcionarios comerciales o de comerciantes fiscales y oficiales, ni gobierna, ni gana, ni deja ganar a los particulares.
Con razón la Constitución argentina ha prohibido tal sistema, demarcando las funciones esenciales del gobierno, ajenas enteramente a toda idea de industria, y dejando todas las industrias, todo el derecho al trabajo industrial y productor, para el goce de todos y cada uno de los habitantes del país.


(J.B. Alberdi "LA CONFEDERACION ARGENTINA
SEGUN SU CONSTITUCION DE 1853 ")

lunes, mayo 25, 2009

Cubo y jarrito.Sistema sanitario cubano

La web rompe el cerco informativo. Ahora sabemos exactamente como se lava y baña una familia tipo en La Habana

domingo, mayo 24, 2009

Notas sueltas

Agobiado por una crisis económica personal, tapado de trabajo y ensayando con el grupo de jazz, (nos presentamos en la Sociedad Hebraica Argentina la próxima semana) hace un mes que no leo nada, con excepción de la prensa real o virtual.
De los fragmentos de noticias, comentarios o editoriales, lo que más me ha llamado la atención es lo siguiente:

- La confesión por parte de un productor de chips (INTEL) de que desconoce la cadena de distribución de su complejo mercado. Hasta hace unos pocos años sus clientes eran los fabricantes de computadoras. Ahora se agregan las máquinas fotográficas, los marcos digitales para exhibir fotos, juguetes, etc. La imposibilidad de planificar y de prever se magnifica. Las decisiones de bajar la producción , en el contexto de crisis, se demuestran erróneas, porque en segmentos no previstos la demanda crece. Me encanta: es una demostración de las tesis hayekianas de que el mercado es un formidable sistema espontáneo que funciona aunque nadie lo entienda y menos, lo intente planificar. Los sistemas espontáneos, de alta complejidad, son incomprensibles y políticamente incorrectos. No se dejan “entender” por políticos pretenciosos que creen tener la fórmula perfecta para domesticarlos, planificarlos, contenerlos, preverlos, legalizarlos.

- La creación en Google de un algoritmo que, en base a datos de su personal, prevé cuales de ellos están propensos a irse a buscar oportunidades en otras empresas de la competencia. Es la “satisfacción del cliente” llevada al extremo. Es cuidar que nuestro cliente interno no se vaya, es proponerle - antes de que se produzca el conflicto- ampliar o mejorar su carrera profesional. El “capitalista” Google se preocupa por sus “proletarios” de un modo que Marx y Engels desconocieron y no previeron. La competencia entre empresas para pagar cada vez mejores sueldos a personal altamente calificado no es un capítulo de El Capital, ni de la plataforma de partidos como MST, PO, Izquierda Unida, PS, PC, etc., etc.

- La suba persistente de las bolsas y de los comodities ¿preludia el fin de la cacareada “crisis del capitalismo”? No lo sé, pero la publicidad oficial mostrando un mundo en ruinas y en cambio, una Argentina fuerte y creciendo se basa en el relato apocaliptico de las izquierdas anticapitalistas, que este repunte desmiente.

- Obama está perdiendo su charme. El hombre providencial va de tropiezo en tropiezo. A veces muestra lo peor de su ignorancia, de sus preconceptos de intelectual “liberal”- en el sentido USA de la palabra- (el Estado Grande nos protegerá de las Empresas Grandes) No entiende el tema de Cuba, no entiende el tema de Israel, no entiende la crisis mundial, no entiende demasiadas cosas. Eso sí: sigue hablando bonito, su gran virtud.

- La resignación ante la Dictadura Socialista de Chavez parece haber alcanzado un cierto límite. Pero la comunidad internacional, el Mercosur, la OEA, etc. no parecen haber percibido el enloquecido ritmo de avance sobre las libertades individuales que el energúmeno implementa a partir de su frágil victoria de febrero. En vez de indignarse, hablan de “decisiones soberanas de Venezuela”. Las decisiones soberanas de Irán, de Corea del Norte, de Cuba, de Venezuela nos llevan al desastre, comenzando por los ciudadanos de esos desafortunados países, pero “la Gran Munich” sigue mandando: las buenas maneras con los dictadores quizás los contengan, pensaba Chamberlain. Así le fue.

- Acá, nos dirgimos a toda velocidad hacia el Agujero Negro del 29 de junio: perdida la mayoría parlamentaria , ¿qué hará el gobierno: negar la realidad, a lo Chavez y escapar hacia adelante para provocar incluso un colapso institucional y victimizarse de ese modo como “ prisioneros del Sistema”? ¿ O aceptar el resultado y sentarse a negociar su derrota?

Obama deconstruido

lea aquí

sábado, mayo 23, 2009

Pedro Aznar - Setembro, de Ivan Lins

Este tema sonaba en mi cabeza pero habia olvidado su nombre y su autor . Ahora , gracias a Internet, consegui hasta la partitura y ya lo toco en guitarra, aunque sin el lujo musical de Aznar, que lo bajea muy bien. Disfruten

Verbos bolivariano-kirchneristas

Yo estatizo
Tú intervienes
El nacionaliza
Nosotros confiscamos
Vosotros expropiais
Ellos allanan

Yo redistribuyo
Tú acumulas
El acrecienta patrimonio
Nosotros distribuimos
Vosotros dilapidais
Ellos disfrutan

Yo acuso
Tu denigras
El amenaza
Nosotros apretamos
Vosotros escrachais
Ellos golpean

Yo retorizo
Tu verseas
El discursea
Nosotros exageramos
Vosotros gritais
Ellos disfrazan

Yo caudilleo
Tu lideras
El conduce
Nosotros dirigimos
Vosotros planificais
Ellos mandan

Yo controlo
Tu supervisas
El observa
Nosotros miramos
Vosotros vigilais
Ellos espían


Yo regulo
Tu legislas
El reglamenta
Nosotros ordenamos
Vosotros verificais
Ellos decretan

Yo juzgo
Tu procesas
El dictamina
Nosotros sentenciamos
Vosotros acusais
Ellos fiscalizan

miércoles, mayo 20, 2009

Especial para turistas progres en su viaje a Cuba: sus hermosas cárceles

Desgracias

Demasiadas desgracias: Misil Iraní, Chávez en Argentina,fachoislamicos en Buenos Aires




martes, mayo 19, 2009

De un mail que envié hace un tiempo, a un espacio de pensamiento de izquierda democrática

Mi amigo LA...me comentó su pertenencia a este lugar de ideas.
Envio ahora algunos comentarios.
No me considero un hombre de izquierda. Lo fui, obviamente, en mi juventud. Y hasta hace poco aun me consideraba un socialdemócrata. Pero ya no.No se si eso me inhabilita para opinar amigablemente en este espacio o me ubica en el infierno neoliberal. Espero que no, que aun tenga oportunidad de aportar ideas.
Sigo esperando, desde hace 19 años, una explicación desde la izquierda del fracaso monumental de la URSS. Sigo esperando, desde hace unos 6 o 7 años cómo se explica, desde la izquierda, el milagro chino de crecer 10% anual, exportar 200 mil millones de dolares justamente por adoptar politicas de mercado (no izquierdistas, no?). Sigo esperando la condena a la eterna dictadura de los Castro, la condena de los crimenes de Pol Pot y de los Sung de Corea del Norte. Apuesto a que la izquierda se democratice, abandone el estatismo burocratico, el antisionismo cerril, la complacencia con el terrorismo, que condene al islamismo que ataca la civilización, que adhiera a Occidente (libertad de prensa, de pensamiento, de mercado, pluralismo, constitucion, limitacion del poder del gobierno, justicia independiente, reglas claras, respeto a mayorías y minorías), que no se deje tentar por la lógica fascista-stalinista del Lider, el Estado y el Partido Unico, que condene el populismo pro sovietico de Chávez. Quizas estoy pidiendo demasiado. pero es esto lo que firmaron muchos partidos de izquierda en el Manifiesto de Euston. Podrían publicarlo en este sitio. No vendría mal correrse un poco de Chomsky (el que exculpo a Pol Pot de sus crimenes, para quien el unico Satan es EEUU ) y de toda la retorica antiglobalizadora y pensar el siglo 21 desde otro lugar. Creo que en su bibliografía habria que incorporar a Popper, ¿no les parece? Y porque no a Hayek, con perdon. Creo que eso activaría un debate necesario para una izquierda democrática. Al menos asi lo creo fervientemente.Que tengan suerte.

Obama y el Estado Palestino

Obama le pide la Netanhayu que apoye la creación de un Estado Palestino. No esta mal.
Pero ¿en qué condiciones?, podría preguntar el israelí.

- Por ejemplo, ustedes tuvieron un serio problema con Cuba, no? La crisis de los misiles, en 1962: La Isla se había transformado en un portaviones con misiles rusos apuntando a Washington.

- Sí, recuerdo

- Y ¿que hizo EEUU?: ¿proclamó la necesidad de defender la soberanía cubana o se encargó de presionar a Moscú para que cese la amenaza?

- Sí , pero...

- Y el embargo a Cuba, ¿qué significa sino el mensaje de que nunca un gobierno potencialmente agresivo en la Isla será bien visto por EEUU?

- ...sí

- Y usted me pide que, sin garantías de que no se instalarán misiles apuntando a Tel Aviv, yo, graciosamente le entregue los territorios a los palestinos, para que, ganando Hamas las elecciones tenga una Gaza cien veces más grande, amenazando a todo el territorio de mi país.

- No, yo no le pido eso

- Y ¿qué me pide,CONCRETAMENTE- no para que aparezca en la prensa que usted es el bueno y yo el malo-?: ¿Qué parte de la exigencia israelí a Hamas no se entiende?: reconocimiento del Estado de Israel, renuncia a la violencia, cumplimiento de los acuerdos de Oslo y otros... ¿No es lo mismo que lo que usted le exige a Cuba, antes de establecer relaciones plenas? . Yo lo invito a establecer un camino paralelo entre nuestro proceso y el de ustedes con Cuba.Puede ser que ambos aprendamos mucho de ese intercambio.

-...

El liberalismo contra las grandes empresas

El verdadero liberalismo tiene poco que ver con la defensa corporativa de las grandes empresas.
Es justamente la prédica liberal contra los lobbies, las presiones sobre el Gobierno y la socializacion de las pérdidas, la que impide que el Pulpo Abarca y Devora (la coalición Gobierno + Grandes Empresas + Sindicatos) haya cumplido su sueño estatista-corporativo.

Leer acá

lunes, mayo 18, 2009

Cara nueva

Debido a mi cumpleaños -o a cualquier otra causa- hoy le cambio la cara al blog.Renovarse es vivir, y creo en esa perogrullada...

domingo, mayo 17, 2009

Dulzura castrista


¿No es re-dulce esta foto?
Papá Fidel nos enseña a reverenciar a Tío Che...

sábado, mayo 16, 2009

Cumpleaños

Hoy cumplo 59 años. Hay cosas peores, pero no se me ocurren cuales...
Un saludo a todos.

Evitar a Evita

Evita es la única palabra prohibida del vocabulario argentino. Solo puede ser pronunciada poniendo los ojos en blanco, en actitud mística y reverencial, como quien menciona a la mismísima Virgen o a la Madre Tierra.
Es imposible dedicarle a Evita una simple mirada humana: se exige arrodillarse ante su altar antes de osar nombrarla.
Evita es, además, el Santo Grial de la Tendencia Revolucionaria del Peronismo, el ala digamos "castrista" del Movimiento. Ellos gustaban de la fotografía en la que se la ve a Eva Duarte con el pelo suelto y con una chaqueta rústica. El pueblo peronista, en cambio, ama la imagen de Eva-Diosa, vestida por Dior y enjoyada por Richiardi, entrando al Colón.
Biolcati osó nombrarla. No para atacarla, por supuesto, sino para señalar el intento de revivirla de alguna manera en carne de la actriz que la representa en escena, Nacha Guevara. Si pudieran, apelarían a Alfredo Alcón, disfrazado de San Martín, presentándolo como Concejal de La Matanza.
Lo grave fueron las indignadas repercusiones de los dichos de Biolcati, la apelación a Eva como Jefa Espiritual de la Nación de facto, como si necesitáramos Jefas Espirituales en 2010.
No voy a a analizar a Eva Perón , ahora. Creo que vale la pena, más bien, analizar su Culto cuasireligioso, el anatema que cae sobre los que simplemente la nombran y la excomunión que me cabrá ahora a mi por atreverme a nombraLa sin arrodillarme previamente.

martes, mayo 12, 2009

Mi abuelo, el ignorante

En 1910 mi abuelo llegó a este pais. Bajó del barco, fue al viejo Hotel de Inmigrantes donde lo revisaron, lo alojaron durante tres días, le enseñaron los rudimentos del español y le dieron el pase.
Salió del puerto, caminó por Lavalle, con rumbo a la única y primera cita que tenía agendada: el bar de la esquina de Lavalle y Junín. Llegó, preguntó por su paisano, subió unas escaleras y ahí mismo se encontró con el amigo. Esa tarde ya era pintor de paredes. No se quejó de su suerte.
Yashe era judío ucraniano. O sea: conocía el frío como compañero viajes y travesías, como la que hizo cuando fue invitado por su padre a abandonar la casa, porque no se podía alimentar a diez hijos. Viajó esa tarde a otra aldea, a casa de unos primos, bajo el frío y la soledad de la estepa. Nunca se quejó de su duro padre.
Conoció a María, quien práctica y poco romántica lo desafió, a él y a un contrincante, a que la sacaran de ese frío infierno ucraniano y la llevaran a América.
No dudó Yashe de afrontar un viaje al otro mundo por un eventual amor.
Nunca le oí Yashe quejarse del frío ruso, de su duro padre, de su práctica mujer, tampoco de la Argentina.
Cuando partió para este continente no sabía que se estaba salvando de morir en la Primera Guerra, o en la Guerra Civil Rusa, o en el hambre ucraniano de 1932, o en los procesos de Moscú, o en Auschwitz, o en el GULAG.
Estaba feliz en Argentina, aunque aquí había soportado la Semana Trágica, el Golpe de Uriburu, con su antisemitismo corporativo, el suave fascismo criollo de Perón, las inflaciones, devaluaciones, crisis, golpes militares. Era feliz, a pesar de todo.
La única queja indignada que le escuché fue contra la Revolución Cubana. A mi -joven bienpensante de la izquierda argentina- esas palabras del abuelo me chocaron pero no me animé a discutir. Las atribuí a su senilidad. No a su sabiduría de viejo judío, experto en sobrevivir. El sabía que la comunidad judía cubana estaba despareciendo por el exilio. Y porque al régimen castrista lo judío le resultaba sospechoso de sionista.
El sabia más que nosotros. Conoció el frío, el desamor paterno, la soledad, la frialdad de su mujer, la distancia. Crió una familia sobre la base de no quejarse de las circunstancias, sino del poco esfuerzo que uno pone para mejorarlas. Nunca la culpa estaba afuera, para él. Pocos en la familia heredaron ese talante. Por desgracia todos culpabilizamos a otro siempre: el país, el mundo, el capitalismo o el socialismo. Yashe, que construyó un futuro saliendo de la desesperanza rusa nos dio una lección que pocos entendimos. Supo que Argentina devolvía con creces el esfuerzo, y él se esforzó. Era, en términos modernos, un ignorante: no se quejaba, no culpabilizaba, trabajaba, confiaba en su propio esfuerzo, no protestaba, no exigía, no daba por suyos supuestos derechos: el creaba sus derechos, no esperaba que el Poder se los concediera por su presión.

Del blog cubano sinEvasión

Muchos de los lectores de esta bitácora no recuerdan o sencillamente no conocieron La Habana en la que viví mi infancia, así pues, no atesoran la memoria de los espacios que colmaban las ilusiones de los chiquillos… espacios de los que ya solo queda eso: los recuerdos de quienes una vez disfrutamos su existencia. Pero si alguno de ustedes frisa como yo el medio siglo de vida o más y creció en algún punto del área metropolitana, deberá recordar casi por obligación aquellos lugares de esparcimiento a los que nos llevaban nuestros padres y en los que éramos plenamente felices: Cuba Ocho, donde por un módico precio se alquilaban bicicletas y velocípedos con los que alborotábamos las amplias aceras del Anfiteatro y el Malecón; la Feria de la Juventud, Coney Island o el diminuto Jalisco Park, tres de los parques de diversiones más populares de la ciudad; el bello Zoológico de avenida 26; el Acuario Nacional; el Parque Metropolitano (en el Almendares), donde se podía jugar golfito o pasear en botes; una lista de cines de programación infantil, matinés incluidas, que ofrecían una discreta variedad de filmes animados, comedias o aventuras; e infinidad de pequeños parques diseminados por toda la ciudad, con canales, carruseles, columpios y cachumbambés, y también aquellas muchas plazuelas donde se podía jugar al pon, corretear o patinar al antojo de cada quien; entre otras posibilidades de disfrute para los niños.

Después de la llamada Ofensiva Revolucionaria de 1967, que arrasó con todos los negocios particulares que quedaban, desaparecieron las bicicletas con sus pequeños ciclistas del paisaje del Anfiteatro y también poco a poco comenzó a enseñorearse el abandono y el deterioro característicos del sistema en cada uno de los espacios originalmente concebidos para la diversión y el deleite de los niños. La incuria oficial, como una epidemia, invadía cualquier atisbo de individualidad. Después comenzó una especie de “masificación del esparcimiento”, con la creación de grandes espacios encaminados a la formación de una conciencia colectivista e igualitarista del recreo: el Parque Lenin, iniciativa de Celia Sánchez; y más tarde el Jardín Botánico y el nuevo Zoológico Nacional, todos ellos ubicados en sitios distantes de la periferia de la Ciudad, fueron los prospectos de la concepción socialista de diversión para niños y jóvenes. Estos espacios serían los proyectos más ambiciosos que la iniciativa estatal generaría para tales fines. Solo el gigantesco Parque Lenin exhibía en los momentos de su aparatosa inauguración un acuario, un rodeo, un club hípico con excursiones y paseos a caballo para los visitantes, un parque de diversiones, un trencito que recorría las áreas del parque, una represa para paseos en bote, un complejo de piscinas, un anfiteatro natural, y numerosas cafeterías y restaurantes. Cierto que en sus inicios funcionaba; pero ésta, como toda gestión estatal, estaba destinada a fracasar. La experiencia ha demostrado que lo único permanente de este sistema, además de la pobreza, es la incapacidad para sustentar cualquier iniciativa a lo largo del tiempo.

El desplome del socialismo en Europa del este arrastró en su caída al satélite insular, absolutamente dependiente de los generosos subsidios del CAME, y la miseria general convirtió los centros de diversión en una especie de ostentación absurda en medio de las agudas carencias. El desmoronamiento fue tal que hasta hoy no se observa una recuperación efectiva de tan importantes espacios y encontrar un sitio a donde llevar a los niños a distraerse constituye una misión casi imposible.

Esto lo he podido comprobar más de cerca ahora, cuando en calidad de abuela me dispongo a pasear con mi nieto. César tiene solo dos años y ya ha visitado todos los escasos lugares en los que supuestamente debería divertirse. Un resumen escueto puede ilustrar lo que digo: en el parque Lenin el área de diversiones, recientemente reabierta con nuevos aparatos chinos, presenta una buena parte de éstos ya fuera de funcionamiento por roturas, en tanto aquellos que se pueden utilizar fuerzan a esperar largo tiempo en las interminables colas; en el Anfiteatro de La Habana Vieja, el popularmente llamado Parque de los Inflables, con sus áreas aledañas de aparatos mecánicos, solo abre los fines de semana, además del consabido deterioro de buena parte de las instalaciones y las obligadas aglomeraciones para acceder a él. No podría describir con palabras la triste situación del Zoo de 26 y la misérrima condición de sus animales: es uno de los lugares más deprimentes y apestosos que alguien pueda imaginar. El Acuario Nacional, por su parte, apenas merece mención: un sitio aburrido, estropeado y sucio. Finalmente, el pasado martes 28 llevé a mi nieto al Jalisco Park: casi todos los escasos aparatos estaban rotos, los pocos cacharros que “funcionan” –como el carrusel de caballitos lisiados y descascarados- chirrían escandalosamente o los carritos tienen los asientos desprendidos; todo es horrible, caduco e irremediablemente triste, como una copia burlesca y a pequeña escala de la sociedad en su conjunto.

Lo más doloroso es comprobar, pese a todo, la rotunda necesidad de los pequeños príncipes para ser felices: desde su caballito despintado y chueco César ríe. A su alrededor, otros niños de diferentes edades también ríen alegres, gritan y agitan las manos cuando pasan junto a sus mayores en cada vuelta de carrusel. Para ellos, la grisura, la suciedad, la decadencia y el deterioro del entorno son parte natural de la vida, lo cotidiano. Si no hacemos algo por cambiar eso, estos pequeños mendigos de diversiones llegarán a concebir la ruina como lo legítimo y mañana esos desvalores serán parte también de ellos mismos.

Eliane Elias-chega de saudade part 3

A pedido del publico ¡Más Eliane!

eliane elias-samba triste

Que mujer! y que música! Amor a primera vista...

lunes, mayo 11, 2009

Restricción del acceso a Internet para cubanos en el hotel Melia Cohíba

Para los alumnos del Secundario: ASI DISCRMINA EL PARAISO SOCIALISTA A SUS PROPIOS CIUDADANOS

Curso

Travesía


Un viaje por la historia desde el punto de vista liberal


El punto de vista hegeliano-marxista impregna la vision de la historia que todos estudiamos o recibimos indirectamente por parte de intelectuales, profesores o divulgadores. Está asumido casi sin cuestionamientos que es la estructura material la que determina la conciencia, que la historia avanza- inexorablemente- por el desarrollo dialéctico de las contradicciones, que el interés material de las clases sociales dominantes determina el orden social y la formas de percibirlo (la ideología), de que la economía es la infraestructura que sustenta la aventura humana, de que la moral, el Derecho y el Estado son derivados de las relaciones de producción y de que, al final del camino, espera la Revolución, o sea la resolución final de todas las contradicciones, la instauración de un orden humano, sin explotadores, sin Estado, sin opresión, el Reino de la Libertad.
Me propongo exponer otra visión, un visión liberal, expuesta en una serie de trabajos clave en la articulación de ese pensamiento.

La idea es trabajar, leer algunos textos básicos de los siguientes autores

- Ibn Jaldun, siglo XIV
- John Locke
- Adam Smith
- Jean Baptiste Say
- Frederik Bastiat
- Fustel de Coulange
- JB Alberdi
- Lord Acton
- Karl Popper
- Isaiah Berlin
- Friederich Hayek

Todos ellos son olvidados de la Cátedra universitaria, inexistentes en las bibliografías de Ciencias Sociales.

La idea es, además, construir -cada uno con sus herramientas, prejuicios o conocimientos- una “Historia alternativa” que se deberá escribir y discutir en varias sesiones.

-6 clases para leer y analizar el pensamiento de los autores
-4 clases de lectura y comentarios de los textos producidos por los participantes

Feroz conclusión de Cachanosky sobre la crisis que Kirchner provocó

En estos seis años, Kirchner destruyó el mercado de capitales, con lo cual no hay financiamiento para la inversión y el consumo. Generó una inflación feroz, consumido el stock de capital existente (casos energía o ganadería); llevó el gasto público a niveles récord y ha agobiado a la población con tasas impositivas expoliatorias. Y, como frutilla del postre, destrozó la seguridad jurídica al no respetar los contratos ni los derechos de propiedad.

La conclusión es obvia: Kirchner no sólo ha quedado paralizado frente a la crisis que desató, sino que, además, no tiene instrumentos, capacidad ni credibilidad para revertir la situación. Por lo tanto, el escenario post 28 de junio con Kirchner manejando la economía es de una crisis que tal vez los argentinos no hayan visto jamás.


Leer la nota entera aquí

domingo, mayo 10, 2009

La revolucionaria propiedad privada

Hay palabras con mala imagen: propiedad privada es una de ellas.
“La propiedad es un robo”, sentenció Proudhom, inventando así el Socialismo expropiador.
Las actuales experiencias socialistas latinoamericanas tienen como objetivo estratégico limitar o acabar con la propiedad privada, el diablo a vencer. Para eso inventan “otras” propiedades. Propiedad social, propiedad comunitaria, propiedad cooperativa, propiedad estatal, propiedad étnica y todas las que se te ocurran. El tema es terminar con la odiosa propiedad “privada”.
Lo que desconocen estos intentos es el carácter revolucionario de la propiedad privada, la única herramienta que distribuye el poder, limita al Rey- Líder, crea un espacio de desarrollo personal, garantiza que los bienes adquiridos sean heredados por los descendientes, permite ensayar emprendimientos productivos, sirve para obtener avales bancarios, crea incentivos para el cuidado y mejora de la vivienda, de los campos agrícolas, de los talleres industriales. La propiedad privada significa propiedad inviolable para el Estado: el Rey no puede confiscarla, embargarla, expropiarla impunemente. Eso implica un límite legal y practico al poder absoluto y remite a otros límites: libertad de prensa, libertad de asociación, libertad de culto.
Los socialdemócratas, o sea la izquierda herbívora, tampoco entienden el carácter popular y revolucionario de la propiedad privada: intentan como sus primos chavistas-carnívoros, darle carácter “social” a la propiedad, al igual también que sus amigos socialcristianos. En general, todo el progresismo- desde el democrático y el cristiano hasta el stalinista- coincide en demonizar a la propiedad privada, ignorante como es de la historia y del simple presente: los únicos países que se desarrollan son los que mejor garantizan el derecho a la propiedad. Madagascar, el Congo o Myanmar no crecen no por un designio imperialista sino porque para sus gobernantes la propiedad privada es un lujo que no deben permitir: saben instintivamente que los espacios privados limitan su descomunal apetencia de poder.
Vemos ahora al kirchnerismo en fuga intentar copar las empresas privadas, por medio de los directores que la apropiación de las AFJP les ha provisto o por medio de las enfáticas amenazas de la Ministra de Anuncios, Cristina Fernández, que en cumplimiento de las órdenes del Presidente de facto, conmina a los bancos “para que bajen las tasas” o serán intervenidos.
No hay peor monopolio que el monopolio estatal: en Cuba los contratantes privados no pueden pactar con sus empleados mejorar los sueldos, sino que el Estado obliga a pagar sueldos de hambre a los trabajadores. Aunque los empresarios quisieran pagar más, Don Estado lo impide.
No hay peor esclavitud que un Estado-Único empleador, que fija así condiciones y sueldos.
“La propiedad evita el robo estatal”, hay que contestarle a Proudhom y su lamento estatista. Es una defensa contra el abuso del poder: su solidez es la prueba más clara de la potencialidad de crecimiento de una sociedad. Allí donde la propiedad privada está condicionada a la voluntad del Rey-Caudillo, más débil es la productividad y la creatividad de los emprendedores. Simplemente no vale la pena el riesgo, si todo puede acabar en las arcas del Estado fiscalista.
La diferencia entre Luis XIV y Hugo Chavez es, simplemente, una cuestión retórica. Mientas el Rey Absoluto considera que los empresarios son empleados al servicio del Estado, para alimentar la máquina administrativa, el populismo introduce el término “redistribución”: el Estado despoja a los dueños de empresas de una parte de sus ganancias, a fin de financiar a los pobres. El problema es que de este modo, los patrones cada vez invertirán menos, cada vez producirán menos como dice el “neoliberal” Ibn Jaldum (siglo XIV)

(Cuando) los gravámenes aumentan más allá de los límites de equidad el resultado es que desaparece el interés en generar empresas, ya que cuando comparan gastos e impuestos con su renta y ganancia y consideran el poco beneficio que logran, pierden toda la esperanza. Por lo tanto, muchos de ellos abandonan de toda la actividad económica. El resultado es que se van los ingresos fiscales totales abajo, dado que el número de los gravámenes individuales se va abajo.
(…) Los costes de toda la empresa son demasiado altos ahora, los impuestos son demasiado pesados, y los beneficios anticipados no pueden materializar. Así, el rédito total continúa disminuyendo, mientras que las cantidades de impuestos y de gravámenes individuales continúan aumentando, porque se cree que tal aumento compensará la caída. Finalmente, se destruye la economía, porque se va el incentivo para la actividad económica. Es el Gobierno el que sufre de la situación, porque es él quien se beneficia de la actividad productiva.


Como hoy mismo escribe Carlos Alberto Montaner, refiriéndose al increíble triunfo de Martinelli en Panamá:

El y los que le rodean, de acuerdo con las conversaciones que hemos tenido o las charlas que les he escuchado, quieren que la distribución de los ingresos en el país sea más equitativa, como sucede, por ejemplo en Canadá o en las sociedades escandinavas, pero como son personas informadas y no idiotas o demagogos, conocen el secreto de esa igualdad: no es el fruto de la presión fiscal redistributiva, sino de la existencia de empresas con gran valor agregado que requieren los servicios de una masa trabajadora muy bien educada, creadora de riqueza, y, por ende, receptora de altos salarios. Hay, pues, que aumentar el ``capital humano''.
Como buen liberal, en el mejor sentido de la palabra, Martinelli no ignora que para que se produzca ese milagro de desarrollo colectivo el país necesita un marco macroeconómico estable, un clima justo y abierto de competencia, instituciones que funcionen con seriedad y un sistema judicial neutral y razonablemente veloz que solucione los inevitables conflictos que surgen en cualquier conglomerado humano. Al mismo tiempo, estudioso del fenómeno de la prosperidad y la estabilidad, seguramente ha hecho suyas las inteligentes conclusiones de Robert Putnam y la perentoria necesidad del ''capital social''. Si los panameños no lo incrementan están condenados a la mediocridad.



Estas ideas de sentido común, explicadas desde hace siglos por Ibn Jaldum, Adam Smith, Say, Menger, Lord Acton, Alberdi, Von Mises y tantos otros, siguen sin ser comprendidas por nuestros intelectuales y politicos, formados en el pensamiento “crítico” de origen Rousseaniano y Proudhomista.¿Cuando se sacaran las anteojeras?

sábado, mayo 09, 2009

Contra el ecofanatismo

LA APELACION DE HEIDELBERG

o Nosotros queremos hacer nuestra contribución total para la preservación de nuestra herencia común, La Tierra.

o Estamos, sin embargo, preocupados en los albores del siglo 21, por el surgimiento de una ideología irracional que se opone al progreso científico e industrial, y que impide el progreso económico y social.

o Sostenemos que un Estado Natural, algunas veces idealizado por movimientos con tendencia a mirar hacia el pasado, no existe y probablemente nunca haya existido desde la primera aparición del Hombre en la biósfera, dado que la Humanidad ha progresado siempre dominando y transformando progresivamente a la Naturaleza a sus necesidades, y no al revés.

o Suscribimos totalmente los objetivos de una ecología científica para un universo cuyos recursos deben ser inventariados, deben monitorearse y ser preservados.

o Pero también exigimos que este inventario, monitoreo y preservación estén basados en criterios científicos y no en preconceptos irracionales.

o Hacemos énfasis en que muchas actividades humanas esenciales se realizan manipulando substancias peligrosas o en sus proximidades, y que el progreso y el desarrollo han involucrado siempre un incrementado control sobre fuerzas hostiles, para beneficio de la Humanidad.

o Consideramos, por lo tanto, que la Ecología Científica no es más que una extensión de este progreso continuado en dirección de una vida mejorada de futuras generaciones.

o Intentamos hacer valer la responsabilidad y deberes de la Ciencia hacia la Sociedad como un todo. Prevenimos, sin embargo, a las autoridades a cargo de los destinos de nuestro planeta en contra de decisiones basadas en argumentos pseudocientíficos, o información falsa o sin relevancia.

o Llamamos la atención de todos hacia la absoluta necesidad de ayudar a que los países pobres alcancen un sostenido nivel de desarrollo que sea igual que el resto del planeta, protegiéndolos de los problemas y peligros provenientes de las naciones desarrolladas, y evitar su enredo en marañas de obligaciones irreales que comprometerían su independencia y dignidad.

o Los mayores males que acechan a nuestra Tierra son la ignorancia y la opresión, y no la Ciencia, la Tecnología y la Industria, cuyos instrumentos, cuando adecuadamente manejados, son herramientas indispensables de un futuro formado por la Humanidad, por ella y para ella misma, salvando los principales problemas como la Sobrepoblación, el Hambre y las Enfermedades del Mundo."

Porque creció EEUU , por Paul Johnson

EEUU exportaba materias primas, como el algodón y el tabaco, mientras la mayoría de los productos manufacturados que consumía eran importados. La guerra civil cambió esta situación drásticamente, ya que dio un enorme impulso a la industria norteamericana y, gracias a Estados Unidos se convirtió en un país holgadamente autosuficiente. Entre 1859 y 1914, la producción de bienes manufacturados aumentó su valor no menos de dieciocho veces, y hacia 1919, estimulada por la primera guerra mundial, treinta y tres veces. La década de la guerra civil fue el período de "despegue" de este proceso, y dio como resultado un aumento del 79,6 por ciento en el número de empresas dedicadas a la industria manufacturera, con un aumento de 56,6 por ciento en el número de trabajadores que éstas empleaban. En 1840, Estados Unidos ocupaba el quinto lugar entre los países industrializados del mundo por su producción. Hacia 1860 se encontraba en el cuarto. En 1894 había alcanzado el primer lugar. Por entonces Norteamérica ya producía doble que Gran Bretaña, el anterior líder de la producción manufacturera y la mitad que la suma de todos los países de Europa. Hacia el cambio siglo las importaciones de bienes manufacturados eran insignificantes y el país ya exportaba este tipo de productos a todo el mundo.28
Seis razones fundamentales explican el veloz y arrollador avance del poder industrial en Estados Unidos.
En primer lugar, Norteamérica ,como Inglaterra anteriormente, contaba con leyes de patentes liberales, que incentivaban al máximo la inventiva humana. Hacia 1911 número de patentes registradas ya había superado el millón.
En segundo lugar, la escasez y el alto coste de la mano de obra fueron el motivo principal no sólo de las invenciones sino también de que se comprara e instalara maquinaria para reemplazada, rasgo que es la esencia de la productividad y, por lo tanto, de la producción masiva.
En tercer lugar esto último promovió a su vez la estandarizacion de la maquinaria y repuestos.
En cuarto lugar, el extraordinario éxito de la agricultura norteamericana, ya señalado, fue uno de los factores dinámicos de la industrialización. Ya en 1860 la producción de harina de trigo y de maíz era el apartado industrial de más peso en Estados Unidos. Luego fue desplazada por los mataderos y la industria conservera, que permanecieron en el primer lugar hasta 1914. En otras palabras, el ascenso de Norteamérica al liderazgo de la producción manufacturera mundial se debió a su agricultura.
La quinta razón fue la abundancia y variedad de las fuentes de energía: primero la hidráulica, luego el vapor alimentado por madera y carbón y, finalmente, la electricidad. Hacia fin de la década de 1860, el consumo de energía en Norteamérica llegó a 2.346 millones de caballos de fuerza y, hacia 1929, esta cifra se había incrementado hasta 42.931 millones. Norteamérica producía y distribuía, o explotaba energía, a costes más bajos que cualquier otro país del mundo. A estos recursos y ventajas naturales se sumaba una singular combinación de proteccionismo y liberalismo en las políticas federales y de los estados. La libertad de comercio entre los estados, garantizada por la Constitución, convirtió Norteamérica, hacia la década de 1860, en el área de comercio libre más extensa del mundo. Esto estuvo acompañado de aranceles aduaneros elevados, posibilitados o robustecidos por la creciente influencia política de los republicanos desde 1861 en adelante. En consecuencia, Estados Unidos disfrutó al mismo tiempo de las ventajas del libre comercio y del proteccionismo. Así pues, hacia 1900, el 97 por ciento de los productos manufacturados que compraba el mercado interno eran nacionales.


Comentario "tipo" Galeano

"Mentira! un pais imperial no puede crecer por razones internas: solo se explica la riqueza yanqui por el expolio a la America Latina, pobre y dividida, o sea!



Cuando las frases hechas reemplazan el pensamiento, estamos en problemas

jueves, mayo 07, 2009

Otra vez acá: Fuera Chávez

Oscar Ventura en Buenos Aires

Ayer cené con Oscar Ventura, un profesor urugayo que vino invitado por la Universidad de Belgrano a comentar los analisis que Green Cross hace sobre Botnia. Hasta ahora, 17 meses despues de comenzar a operar NO SE REGISTRA RASTRO ALGUNO DE MATERIAL CONTAMINANTE EN NINGUNA DE LAS DOS ORILLAS DEL RIO URUGUAY. Pero eso, en este pais es un tema menor: Nelson Castro no hablará sobre ello, al igual que Morales Sola u otros comentaristas. La Agenda Oficial dice que Botnia contamina, pero que lo que esta mal es cortar el puente. Un problema de métodos, simplemente. Nadie se hace cargo de la locura de adoctrinar a los alumnos entrerrianos en el terror ambiental, en la desinformación, la negación de la realidad, el autismo que eso implica. Todos creen que los análisis de contaminación los hace una especie de INDEC al cual no puede creersele nada, asi que siguen afirmando muy sueltos de cuerpo que Botnia contamina, cuando no hay ningún estudio serio que avale esa conclusión.
Así somos: pequeñas hinchadas de club, cada una con su fanatismo propio.




Buena pizza, buen vino y buena charla

lunes, mayo 04, 2009

Viene a Brasil: ahí lo recibirán así

ULTIMA NOTICIA: SIN DAR EXPLICACIONES , EL PRESIDNTE IRANI SUSPENDIO SU VIAJE A SUDAMERICA
OLE...

domingo, mayo 03, 2009

Fragmentos de "Rebelión en la Granja", a propósito del Prólogo publicado en el post anterior

Mientras Clover miraba barranca abajo, se le llenaron los ojos de lágrimas. Si ella pudiera expresar sus pensamientos, hubiera sido para decir que a eso no era a lo que aspiraban cuando emprendieron, años atrás, el derrocamiento de la raza humana. Aquellas escenas de terror y matanza no eran lo que ellos soñaron aquella noche cuando el Viejo Mayor, por primera vez, los incitó a rebelarse. Si ella misma hubiera concebido un cuadro del futuro, sería el de una sociedad de animales liberados del hambre y del látigo, todos iguales, cada uno trabajando de acuerdo con su capacidad, el fuerte protegiendo al débil, como ella protegiera con su pata delantera a aquellos patitos perdidos la noche del discurso de Mayor.
En su lugar -ella no sabía por qué- habían llegado a un estado tal en el que nadie se atrevía a decir lo que pensaba, en el que perros feroces y gruñones merodeaban por doquier y donde uno tenía que ver cómo sus camaradas eran despedazados después de confesarse autores de crímenes horribles. No había intención de rebeldía o desobediencia en su mente. Ella sabía que, aún tal y como se presentaban las cosas, estaban mucho mejor que en los días de Jones y que, ante todo, era necesario evitar el regreso de los seres humanos. Sucediera lo que sucediera permanecería leal, trabajaría fuerte, cumpliría las órdenes que le dieran y aceptaría las directrices de Napoleón. Pero aún así, no era eso lo que ella y los demás animales añoraran y para lo que trabajaran tanto. No, para eso ni construyeron el molino, ni hicieron frente a las balas de Jones. Tales eran sus pensamientos, aunque le faltaban palabras para expresados.
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Se requería, además, petróleo para las lámparas, y velas para la casa, azúcar para la mesa de Napoleón (prohibió esto a los otros cerdos, basándose en que los hacía engordar) y todos los enseres corrientes, como herramientas, clavos, hilos, carbón, alambre, hierros y bizcochos para los perros. Una parva de heno y parte de la cosecha de patatas fueron vendidas, y el contrato de venta de huevos se aumentó a seiscientos por semana, de manera que aquel año las gallinas apenas empollaron suficientes pollitos para mantener las cifras al mismo nivel. Las raciones, rebajadas en diciembre, fueron disminuidas nuevamente en febrero, y se prohibieron las linternas en los pesebres para economizar petróleo. Pero los cerdos parecían estar bastante a gusto y, en realidad, aumentaban de peso.

Pero si bien no faltaban penurias que aguantar, en parte estaban compensadas por el hecho de que la vida tenía mayor dignidad que antes. Había más canciones, más discursos, más desfiles. Napoleón ordenó que una vez por semana se hiciera algo denominado Demostración Espontánea, cuyo objeto era celebrar las luchas y triunfos de la «Granja Animal». A la hora indicada, los animales abandonaban sus tareas y desfilaban por los límites de la granja en formación militar, con los cerdos a la cabeza, luego los caballos, las vacas, las ovejas y después las aves. Los perros marchaban a los lados y a la cabeza de todos, el gallo negro de Napoleón. Boxer y Clover llevaban siempre una bandera verde marcada con el asta y la pezuña y el lema: « Viva el Camarada Napoleón! ». Luego venían recitales de poemas compuestos en honor de Napoleón y un discurso de Squealer dando detalles de los últimos aumentos en la producción de alimentos, y en algunas ocasiones se disparaba un tiro de escopeta. Las ovejas eran las más aficionadas a las Demostraciones Espontáneas, y si alguien se quejaba (como lo hacían a veces algunos animales, cuando no habían cerdos ni perros) alegando que se perdía tiempo, y se aguantaba un largo plantón a la intemperie, las ovejas lo acallaban infaliblemente con un estentóreo: « Cuatro, patas sí, dos pies no!». Pero, a la larga, a los animales les gustaban esas celebraciones. Resultaba satisfactorio el recuerdo de que, después de todo, ellos eran realmente sus propios amos y que todo el trabajo que efectuaban era en beneficio común. y así, con las canciones, los desfiles, las listas de cifras de Squealer, el tronar de la escopeta, el cacareo del gallo y el flamear de ,la bandera, podían olvidar por algún tiempo que sus barrigas estaban poco menos ya que vacías.

Maravilloso Prólogo de “Rebelión en la Granja”, de Orwell


(encontrado en 1971, con el título “La libertad de prensa”

Este libro fue pensado hace bastante tiempo. Su idea central data de 1937, pero su redacción no quedó terminada hasta finales de 1943. En la época en que se escribió, era obvio que encontraría grandes dificultades para editarse (a pesar de que la escasez de libros existentes garantizaba que cualquier volumen impreso se vendería) y, efectivamente, el libro fue rechazado por cuatro editores. Tan sólo uno de ellos lo hizo por motivos ideológicos; otros dos habían publicado libros antirusos durante años y el cuarto carecía de ideas políticas definidas. Uno de ellos estaba decidido a lanzarlo pero, después de un primer momento de acuerdo, prefirió consultar con el Ministerio de Información que, al parecer, le había avisado y hasta advertido severamente sobre su publicació
n.He aquí un extracto de una carta del editor, en relación con la consulta hecha:
«Me refiero a la reacción que he observado en un importante funcionario del Ministerio de Información con respecto a Rebelión en la granja. Tengo que confesar que su opinión me ha dado mucho que pensar... Ahora me doy cuenta de cuán peligroso puede ser el publicarlo en estos momentos porque, si la fábula estuviera dedicada a todos los dictadores y a todas las dictaduras en general, su publicación no estaría mal vista, pero la trama sigue tan fielmente el curso histórico de la Rusia de los Soviets y de sus dos dictadores que sólo puede aplicarse a aquel país, con exclusión de cualquier otro régimen dictatorial. Y otra cosa: sería menos ofensiva si la casta dominante que aparece en la fábula no fuera la de los cerdos. Creo que la elección de estos animales puede ser ofensiva y de modo especial para quienes sean un poco susceptibles, como es el caso de los rusos. »
Asuntos de esta clase son siempre un mal síntoma. Como es obvio, nada es menos deseable que un departamento ministerial tenga facultades para censurar libros (excepción hecha de aquellos que afecten a la seguridad nacional, cosa que, en tiempo de guerra, no puede merecer objeción alguna) que no estén patrocinados oficialmente. Pero el mayor peligro para la libertad de expresión y de pensamiento no proviene de la intromisión directa del Ministerio de Información o de cualquier organismo 'oficial. Si los editores y los directores de los periódicos se esfuerzan en eludir ciertos temas no es por miedo a una denuncia: es porque le temen a la opinión pública. En este país, la cobardía intelectual es el peor enemigo al que han de hacer frente periodistas y escritores en general. Es éste un hecho grave que, en mi opinión, no ha sido discutido con la amplitud que merece. Cualquier persona cabal y con experiencia periodística tendrá que admitir que, durante esta guerra, la censura oficial no ha sido particularmente enojosa. No hemos estado sometidos a ningún tipo de «orientación» o «coordinación» de carácter totalitario, cosa que hasta hubiera sido razonable admitir, dadas las circunstancias. Tal vez la prensa tenga algunos motivos de queja justificados pero, en conjunto, la actuación del gobierno ha sido correcta y de una clara tolerancia para las opiniones minoritarias. El hecho más lamentable en relación con la censura literaria en nuestro país ha sido principalmente de carácter voluntario. Las ideas impopulares, según se ha visto, pueden ser silenciadas y los hechos desagradables ocultarse sin necesidad de ninguna prohibición oficial. Cualquiera que haya vivido largo tiempo en un país extranjero podrá contar casos de noticias sensacionalistas que ocupaban titulares y acaparaban espacios incluso excesivos para sus méritos. Pues bien, estas mismas noticias son eludidas por la prensa británica, no porque el gobierno las prohíba, sino porque existe un acuerdo general y tácito sobre ciertos hechos que «no deben» mencionarse. Esto es fácil de entender mientras la prensa británica siga tal como está: muy centralizada y propiedad, en su mayor parte, de unos pocos hombres adinerados que tienen muchos motivos para no ser demasiado honestos al tratar ciertos temas importantes. Pero esta misma clase de censura velada actúa también sobre los libros y las publicaciones en general, así como sobre el cine, el teatro la radio. Su origen está claro: en un momento dado se crea una ortodoxia, una serie de ideas que son asumidas por las personas bienpensantes y aceptadas sin discusión alguna. No es que se prohíba concretamente decir «esto» o «aquello», es que «no está bien» decir ciertas cosas, del mismo modo que en la época victoriana no se aludía a los pantalones en presencia de una señorita. Y cualquiera que ose desafiar aquella ortodoxia se encontrará silenciado con sorprendente eficacia. De ahí que casi nunca se haga caso a una opinión realmente independiente ni en la prensa popular ni en las publicaciones minoritarias e intelectuales. En este instante, la ortodoxia dominante exige una admiración hacia Rusia sin asomo de crítica. Todo el mundo está al cabo de la calle de este hecho y, por consiguiente, todo el mundo actúa en consonancia. Cualquier crítica seria al régimen soviético, cualquier revelación de hechos que el gobierno ruso prefiera mantener ocultos, no saldrá a la luz. Y lo peor es que esta conspiración nacional para adular a nuestro aliado se produce a pesar de unos probados antecedentes de tolerancia intelectual muy arraigados entre nosotros. Y así vemos, paradójicamente, que no se permite criticar al gobierno soviético, mientras se es libre de hacerlo con el nuestro. Será raro que alguien pueda publicar un ataque contra Stalin, pero es muy socorrido atacar a Churchill desde cualquier clase de libro o periódico. Y en cinco años de guerra-durante dos o tres de los cuales luchamos por nuestra propia supervivencia- se escribieron incontables libros, artículos y panfletos que abogaban, sin cortapisa alguna, por llegar a una paz de compromiso, y todos ellos aparecieron sin provocar ningún tipo de crítica o censura. Mientras no se tratase de comprometer el prestigio de la Unión Soviética, el principio de libertad de expresión ha podido mantenerse vigorosamente. Es cierto que existen otros temas proscritos, pero la actitud hacia la U.R.S.S. es el síntoma más significativo y tiene unas características completamente espontáneas, libres de la influencia de cualquier grupo de presión.
El servilismo con el que la mayor parte de la intelligentsia británica se ha tragado y repetido los tópicos de la propaganda rusa desde 1941 sería sorprendente, si no fuera porque el hecho no es nuevo y ha ocurrido ya en otras ocasiones. Publicación tras publicación, sin controversia alguna, se han ido aceptando y divulgando los puntos de vista soviéticos con un desprecio absoluto hacia la verdad histórica y hacia la seriedad intelectual. Por citar sólo un ejemplo: la BBC celebró el XXV aniversario de la creación del Ejército Rojo sin citar para nada a Trotsky, lo cual fue algo así como conmemorar la batalla de Trafalgar sin hablar de Nelson. Y, sin embargo, el hecho no provocó la más mínima protesta por parte de nuestros intelectuales. En las luchas de la Resistencia de los países ocupados por los alemanes, la prensa inglesa tomó siempre partido al lado de los grupos apoyados por Rusia, en tanto que las otras facciones eran silenciadas (a veces con omisión de hechos probados) con vistas a justificar esta postura. Un caso particularmente demostrativo fue el del coronel Mijáilovich, líder de los chetniks yugoslavos. Los rusos tenían su propio protegido en la persona del mariscal Tito y acusaron a Mijáilovich de colaboración con los alemanes. Esta acusación fue inmediatamente repetida por la prensa británica. A los partidarios de Mijáilovich no se les dio oportunidad alguna para responder a estas acusaciones e incluso fueron silenciados hechos que las rebatían, impidiendo su publicación. En julio de 1943 los alemanes ofrecieron una recompensa de 100.000 coronas de oro por la captura de Tito y otra igual por la de Mijáilovich. La prensa inglesa resaltó mucho lo ofrecido por Tito, mientras sólo un periódico (y en letra menuda) citaba la ofrecida por Mijáilovich. Y, entretanto, las acusaciones por colaboracionismo eran incesantes... Hechos muy similares ocurrieron en España durante la Guerra Civil. También entonces los grupos republicanos a quienes los rusos habían decidido eliminar fueron acusados entre la indiferencia de nuestra prensa de izquierdas; y cualquier escrito en su defensa, aunque fuera una simple carta al director, vio rechazada su publicación. En aquellos momentos no sólo se consideraba re probable cualquier tipo de crítica hacia la U.R.S.S., sino que incluso se mantenía secreta. Por ejemplo: Trotsky había escrito poco antes de morir una biografía de Stalin. Es de suponer que, si bien no era una obra totalmente imparcial, debía ser publicable y, en consecuencia, vendible. Un editor americano se había hecho cargo de su publicación y el libro estaba ya en prensa. Creo que habían sido ya corregidas las pruebas, cuando la U.R.S.S. entró en la guerra mundial. El libro fue inmediatamente retirado. Del asunto no se dijo ni una sola palabra en la prensa británica, aunque la misma existencia del libro y su supresión eran hechos dignos de ser noticia. Creo que es importante distinguir entre el tipo de censura que se imponen voluntariamente los intelectuales ingleses y la que proviene de los grupos de presión. Como es obvio, existen ciertos temas que no deben ponerse en tela de juicio a causa de los intereses creados que los rodean. Un caso bien conocido es el tocante a los médicos sin escrúpulos. También la Iglesia Católica tiene considerable influencia en la prensa, una influencia capaz de silenciar muchas críticas. Un escándalo en el que se vea mezclado un sacerdote católico es algo a lo que nunca se dará publicidad, mientras que si el mismo caso ocurre con uno anglicano, es muy probable que se publique en primera página, como ocurrió con el caso del rector de Stiffkey. Asimismo, es muy raro que un espectáculo de tendencia anticatólica aparezca en nuestros escenarios o en nuestras pantallas. Cualquier actor puede atestiguar que una obra de teatro o una película que se burle de la Iglesia Católica se exponen a ser boicoteados desde los periódicos y condenados al fracaso. Pero esta clase de hechos son comprensibles y además inofensivos. Toda gran organización cuida de sus intereses lo mejor que puede y, si ello se hace a través de una propaganda descubierta, nada hay que objetar. Uno no debe esperar que el Daily Worker publique algo desfavorable para la U.R.S.S., ni que el Catholic Herald hable mal del Papa. Esto no puede extrañar a nadie, pero lo que sí es inquietante es que, dondequiera que influya la U.R.S.S. con sus especiales maneras de actuar, sea imposible esperar cualquier forma de crítica inteligente ni honesta por parte de escritores de signo liberal inmunes a todo tipo de presión directa que pudiera hacerles falsear sus opiniones. Stalin es sacrosanto y muchos aspectos de su política están por encima de toda discusión. Es una norma que ha sido mantenida casi universalmente desde 1941 pero que estaba orquestada hasta tal punto, que su origen parecía remontarse a diez años antes. En todo aquel tiempo las críticas hacia el régimen soviético ejercidas desde la izquierda tenían muy escasa audiencia. Había, sí, una gran cantidad de literatura antisoviética, pero casi toda procedía de zonas conservadoras y era claramente tendenciosa, fuera de lugar e inspirada por sórdidos motivos. Por el lado contrario hubo una producción igualmente abundante, y casi igualmente tendenciosa, en sentido proruso, que comportaba un boicot a todo el que tratara de discutir en profundidad cualquier cuestión importante. Desde luego que era posible publicar libros antirusos, pero hacerlo equivalía a condenarse a ser ignorado por la mayoría de los periódicos importantes. Tanto pública como privadamente se vivía consciente de que aquello «no debía» hacerse y, aunque se arguyera que lo que se decía era cierto, la respuesta era tildado de «inoportuno» Y «al servicio de» intereses reaccionarios. Esta actitud fue mantenida apoyándose en la situación internacional y en la urgente necesidad de sostener la alianza anglorrusa; pero estaba claro que se trataba de una pura racionalización. La gran mayoría de los intelectuales británicos había estimulado una lealtad de tipo nacionalista hacia la Unión Soviética y, llevados por su devoción hacia ella, sentían que sembrar la duda sobre la sabiduría de Stalin era casi una blasfemia. Acontecimientos similares ocurridos en Rusia y en otros países se juzgaban según distintos criterios. Las interminables ejecuciones llevadas a cabo durante las purgas de 1936 a 1938 eran aprobadas por hombres que se habían pasado su vida oponiéndose a la pena capital, del mismo modo que, si bien no había reparo alguno en hablar del hambre en la India, se silenciaba la que padecía Ucrania. Y si todo esto era evidente antes de la guerra, esta atmósfera intelectual no es, ahora, ciertamente mejor. Volviendo a mi libro, estoy seguro de que la reacción que provocará en la mayoría de los intelectuales ingleses será muy simple: «No debió ser publicado». Naturalmente, estos críticos, muy expertos en el arte de difamar, no lo atacarán en el terreno político, sino en el intelectual. Dirán que es un libro estúpido y tonto y que su edición no ha sido más que un despilfarro de papel. Y yo digo que esto puede ser verdad, pero no «toda la verdad» del asunto. No se puede afirmar que un libro no debe ser editado tan sólo porque sea malo. Después de todo, cada día se imprimen cientos de páginas de basura y nadie le da importancia. La intelligentsia británica, al menos en su mayor parte, criticará este libro porque en él se calumnia a su líder y con ello se perjudica la causa del progreso. Si se tratara del caso inverso, nada tendrían que decir aunque sus defectos literarios fueran diez veces más patentes. Por ejemplo, el éxito de las ediciones del Left Book Club durante cinco años demuestra cuán tolerante se puede llegar a ser en cuanto a la chabacanería y a la mala literatura que se edita, siempre y cuando diga lo que ellos quieren oír. El tema que se debate aquí es muy sencillo: ¿Merece ser escuchado todo tipo de opinión, por impopular que sea? Plantead esta pregunta en estos términos Y casi todos los ingleses sentirán que su deber es responder: «Sí». Pero dadle una forma concreta y preguntad: ¿ Qué os parece si atacamos a Stalin? ¿Tenemos derecho a ser oídos? y la respuesta más natural será: «No». En este caso, la pregunta representa un desafío a la opinión ortodoxa reinante y, en consecuencia, el principio de libertad de expresión entra en crisis. De todo ello resulta que, cuando en estos momentos se pide libertad de expresión, de hecho no se pide auténtica libertad. Estoy de acuerdo en que siempre habrá o deberá haber un cierto grado de censura mientras perduren las sociedades organizadas. Pero «libertad», como dice Rosa Luxemburgo es «libertad para los demás». Idéntico principio contienen las palabras de Voltaire: «Detesto lo que dices, pero defendería hasta la muerte tu derecho a decido». Si la libertad intelectual ha sido sin duda alguna uno de los principios básicos de la civilización occidental, o no significa nada o significa que cada uno debe tener pleno derecho a decir y a imprimir lo que él cree que es la verdad, siempre que ello no impida que el resto de la comunidad tenga la posibilidad de expresarse por los mismos inequívocos caminos. Tanto la democracia capitalista como las versiones occidentales del socialismo han garantizado hasta hace poco aquellos principios. Nuestro gobierno hace grandes demostraciones de ello. La gente de la calle –en parte quizá porque no está suficientemente imbuida de estas ideas hasta el punto de hacerse intolerante en su defensa- sigue pensando vagamente en aquello de: «Supongo que cada cual tiene derecho a exponer su propia opinión». Por ello incumbe principalmente a la intelectualidad científica y literaria el papel de guardián de esa libertad que está empezando a ser menospreciada en la teoría y en la práctica. Uno de los fenómenos más peculiares de nuestro tiempo es el que ofrece el liberal renegado. Los marxistas claman a los cuatro vientos que la «libertad burguesa» es una ilusión, mientras una creencia muy extendida actualmente argumenta diciendo que la única manera de defender la libertad es por medio de métodos totalitarios. Si uno ama la democracia, prosigue esta argumentación, hay que aplastar a los enemigos sin que importen los medios utilizados. ¿ y quiénes son estos enemigos? Parece que no sólo son quienes la atacan abierta y concienzudamente, sino también aquellos que «objetivamente» la perjudican propalando doctrinas erróneas. En otras palabras: defendiendo la democracia acarrean la destrucción de todo pensamiento independiente. Este fue el caso de los que pretendieron justificar las purgas rusas. Hasta el más ardiente rusófilo tuvo dificultades para creer que todas las víctimas fueran culpables de los cargos que se les imputaban. Pero el hecho de haber sostenido opiniones heterodoxas representaba un perjuicio para el régimen y, por consiguiente, la masacre fue un hecho tan normal como las falsas acusaciones de que fueron víctimas. Estos mismos argumentos se esgrimieron para justificar las falsedades lanzadas por la prensa de izquierdas acerca de los trotskistas y otros grupos republicanos durante la Guerra Civil española. Y la misma historia se repitió para criticar abiertamente el habeas corpus concedido a Mosley cuando fue puesto en libertad en 1943.Todos los que sostienen esta postura no se dan cuenta de que, al apoyar los métodos totalitarios, llegará un momento en que estos métodos serán usados «contra» ellos y no «por» ellos. Haced una costumbre del encarcelamiento de fascistas sin juicio previo y tal vez este proceso no se limite sólo a los fascistas. Poco después de que al Daily Worker le fuera levantada la suspensión, hablé en un College del sur de Londres. El auditorio estaba formado por trabajadores y profesionales de la baja clase media, poco más o menos el mismo tipo de público que frecuentaba las reuniones del Left Book Club. Mi conferencia trataba de la libertad de prensa y, al término de la misma y ante mi asombro, se levantaron varios espectadores para preguntarme «si en mi opinión había sido un error levantar la prohibición que impedía la publicación del Daily Worker». Hube de preguntarles el porqué y todos dijeron que «era un periódico de dudosa lealtad y por tanto no debía tolerar se su publicación en tiempo de guerra». El caso es que me encontré defendiendo al periódico que más de una vez se había salido de sus casillas para atacarme. ¿Dónde habían aprendido aquellas gentes puntos de vista tan totalitarios? Con toda seguridad debieron aprenderlos de los mismos comunistas. La tolerancia y la honradez intelectual están muy arraigadas en Inglaterra, pero no son indestructibles y si siguen manteniéndose es, en buena parte, con gran esfuerzo. El resultado de predicar doctrinas totalitarias es que lleva a los pueblos libres a confundir lo que es peligroso y lo que no lo es. El caso de Mosley es, a este efecto, muy ilustrativo. En 1940 era totalmente lógico internarlo, tanto si era culpable como si no lo era. Estábamos entonces luchando por nuestra propia existencia y no podíamos tolerar que un posible colaboracionista anduviera suelto. En cambio, mantenerlo encarcelado en 1943, sin que mediara proceso alguno, era un verdadero ultraje. La aquiescencia general al aceptar este hecho fue un mal síntoma, aunque es cierto que la agitación contra la liberación de Mosley fue en gran parte ficticia y, en menor parte, manifestación de otros motivos de descontento. Sin embargo, cuán evidente resulta, en el actual deslizamiento hacia los sistemas fascistas, la huella de los antifascismos de los últimos diez años y la falta de escrúpulos por ellos acuñada! Es importante constatar que la corriente rusófila es sólo un síntoma del debilitamiento general de la tradición liberal. Si el Ministerio de Información hubiera vetado definitivamente la publicación de este libro, la mayoría de los intelectuales no hubiera visto nada inquietante en todo ello. La lealtad exenta de toda crítica hacia la U.R.S.S. pasa a convertirse en ortodoxia, y, dondequiera que estén en juego los intereses soviéticos, están dispuestos no sólo a tolerar la censura sino a falsificar deliberadamente la Historia.
Por citar sólo un caso. A la muerte de John Reed, el autor de Diez días que conmovieron al mundo -un relato de primera mano de las jornadas claves de la Revolución rusa-, los derechos del libro pasaron a poder del Partido Comunista británico, a quien el autor, según creo, los había legado. Algunos años más tarde, los comunistas ingleses destruyeron en gran parte la edición original, lanzando después una versión amañada en la que omitieron las menciones a Trotsky así como la introducción escrita por el propio Lenin. Si hubiera existido una auténtica inte1ectualidad liberal en Gran Bretaña, este acto de piratería hubiera sido expuesto y denunciado en todos los periódicos del país. La realidad es que las protestas fueron escasas o nulas. A muchos, aquello les pareció la cosa más natural. Esta tolerancia que llega a lo indecoroso es más significativa aún que la corriente de admiración hacia Rusia que se ha impuesto en estos días. Pero probablemente esta moda no durará. Preveo que, cuando este libro se publique, mi visión del régimen soviético será la más comúnmente aceptada. ¿ Qué puede esto significar? Cambiar una ortodoxia por otra no supone necesariamente un progreso, porque el verdadero enemigo está en la creación de una mentalidad «gramofónica» repetitiva, tanto si se está como si no de acuerdo con el disco que suena en aquel momento. Conozco todos los argumentos que se esgrimen contra la libertad de expresión y de pensamiento, argumentos que sostienen que no «debe» o que no «puede»' existir. Yo, sencillamente, respondo a todos ellos diciéndoles que no me convencen y que nuestra civilización está basada en la coexistencia de criterios opuestos desde hace más de 400 años. Durante una década he creído que el régimen existente en Rusia era una cosa perversa y he reivindicado mi derecho a decirlo, a pesar de que seamos aliados de los rusos en una guerra que deseo ver ganada. Si yo tuviera que escoger un texto para justificarme a mí mismo elegiría una frase de Milton que dice así: «Por las conocidas normas de la vieja libertad».La palabra vieja subraya el hecho de que la libertad intelectual es una tradición profundamente arraigada sin la cual nuestra cultura occidental dudosamente podría existir. Muchos intelectuales han dado la espalda a esta tradición, aceptando el principio 'de que una obra deber ser publicada o prohibida, loada o condenada, no por sus méritos sino según su oportunidad ideológica o política y otros, que no comparten este punto de vista, lo aceptan, sin embargo, por cobardía. Un buen ejemplo de esto lo constituye el fracaso de muchos pacifistas incapaces de elevar sus voces contra el militarismo ruso. De acuerdo con estos pacifistas, toda violencia debe ser condenada. Y ellos mismos no han vacilado en pedir una paz negociada en los más duros momentos de la guerra. Pero, ¿ cuándo han declarado que la guerra también es censurable aunque la haga el Ejército Rojo? Aparentemente, los rusos tienen todo su derecho a defenderse, mientras nosotros, si lo hacemos, caemos en pecado mortal. Esta contradicción sólo puede explicarse por la cobardía de una gran parte de los intelectuales ingleses cuyo patriotismo, al parecer, está más orientado hacia la U.R.S.S. que hacia la Gran Bretaña. Conozco muy bien las razones por las que los intelectuales de nuestro país demuestran su pusilanimidad y su deshonestidad; conozco por experiencia los argumentos con los que pretenden justificarse a sí mismos. Pero, por eso mismo, sería mejor que cesaran en sus desatinos intentando defender la libertad contra el fascismo. Si la libertad significa algo, es el derecho de decirles a los demás lo que no quieren oír. La gente sigue vagamente adscrita a esta doctrina y actúa según ella le dicta. En la actualidad, en nuestro país -y no ha sido así en otros, como en la republicana Francia o en los Estados Unidos de hoy- los liberales le tienen miedo a la libertad y los intelectuales no vacilan en mancillar la inteligencia: es para llamar la atención sobre estos hechos por lo que he escrito este prólogo.

sábado, mayo 02, 2009

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