ABC.España 1ro. de junio Nobleza y tragedia
HERMANN TERTSCH
Martes , 01-06-10
AYER fue un día intenso y propio para el abatimiento que parece extenderse en estos tiempos. Para todo el mundo y nunca mejor dicho. Dan ganas de dimitir de todo. Por náuseas o agotamiento. Ha dimitido el jefe del Estado alemán, Horst Köhler, porque su dignidad le impedía aceptar las críticas que recibió por decir verdades. Simplemente la verdad de que nuestra guerra en Afganistán responde también a nuestros intereses y no es buenismo puro, como algún buenista cínico aún pretende por nuestros lares. Como alguna ministra por aquí insiste en mentir. Nuestros intereses de todo tipo, sea seguridad, economía o equilibrio, dependen de aquella guerra en la que estamos. Todo lo que niegue aquello es mentira. Pero la mentira resulta popular. Por lo tanto, la espectacular y sorprendente dimisión de Köhler le honra a él, a su país y a una cultura política que el analfabetismo y la zafiedad de los nuevorricos rampantes siempre ignorarán porque no entienden. Les es totalmente ajena.
Pero ha habido tambien una tragedia este lunes. Una enorme tragedia. Unos provocadores que desafían a un Estado en guerra permanente como es Israel han tenido un gran éxito. Han logrado lo que querían, que no era llevar cuatro paquetes a Gaza, sino desafiar al Estado de Israel para intentar aislarlo más. Ahora que parece que un presidente norteamericano flirtea más con otros países de la región. Ahora que creen a Israel más vulnerable. Ahora que saben que la Turquía de Erdogan, el amiguete de nuestro Gran Timonel, Rodríguez Zapatero, hace manitas con Siria y con el Irán de Ahmadineyad. Con los estados más totalitarios del mundo después de Corea del Norte y China. Esa China, por cierto, que da recomendaciones a nuestro presidente. Corea del Norte, China, Siria e Irán, una compañía estupenda. Entre los cuatro ejecutan al año a más gente, culpable de algo o perfectamente inocente, que todo el resto del mundo.
Todavía no tenemos todos los datos del incidente que ayer produjo esta tragedia, que sin duda se va a aprovechar para lanzar una campaña contra Israel y los judíos. Los judíos nazis, como nos llaman por ahí. Incluso a mí, que no soy ni judío ni nazi, aunque me honro profundamente de ser un conmovido y encendido defensor del pueblo de Israel, el pueblo que mejor sabe entender y transmitir a las generaciones posteriores sus experiencias milenarias.
Pero claro está que unos turistas del ideal, según termino del brillante y lúcido escritor y periodista catalán Ignacio Vidal Folch, aliados con los peores fanáticos del islamismo militante, montaron una excursión -que llamaban por supuesto operación pacifista y humanitaria- que era una provocación directa y flagrante contra Israel. Y han logrado su objetivo. La costa de Gaza es territorio ocupado. Los turistas del ideal podían haber ido a Egipto, dejar allí sus ayudas, que suponen una ridícula aportación frente a la que Israel hace semanalmente a ese territorio de autodestrucción y fanatismo que es Gaza. Pero no. Había que buscar el enfrentamiento con el Estado de Israel. Pues lamentablemente lo han conseguido. Es una tragedia. Pero si entran por Gaza estos supuestos pacifistas que son enemigos de Israel, se habría abierto el flujo de armas, no por túneles desde Egipto, sino por mar, gracias a europeos y turcos aliados de Hamas. Y protegidos por esa extraña alianza que por desgracia el Gobierno de Erdogan en Ankara está creando con Siria e Irán. Y por tanto con Hizbullah y con Hamas. Es decir, con las peores organizaciones terroristas que no sólo amenazan a Israel, sino que nos amenazan a toda Europa. Y, no les quepa duda, en primer lugar a España.
Pero que nadie olvide que ese Estado, Israel -como el nuestro mucho antes-, se ha creado en tragedias. Y mucho mayores que la de ayer. Israel sabe que no puede perder nunca porque desaparecería. Ojalá, término árabe, fuéramos todos tan conscientes de nuestra seguridad como Israel. Podríamos tener un poco más de esperanza para el futuro de nuestros hijos.
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