Imagino lo siguiente.
Hartos de que el gobierno cubano no libere a los presos políticos, los cubanos de Miami organizan una flotilla de barcos cargados de víveres con la intención de llegar a Cuba.
La prensa mundial comienza a “crear ambiente” “Se quiere repetir el desembarco de Bahía Cochinos” , dice El Pais. “Provocación de la derecha del exilio”, titula El Mundo. “¿Está la CIA detrás de esta provocación?”, pregunta Clarin.
Zapatero declara que “esta locura afecta los esfuerzos de gobierno cubano de liberalizar la situación: ya habíamos logrado que TRES presos sean trasladados a cárceles más cercanas a sus domicilios”. El Secretario de las Naciones Unidas llama a EEUU a terminar con el “bloqueo y detener la insensata incursión”.
Obama se declara prescindente. Europa se queja y al fin , la flotilla llega a las costas cubanas.
Tres destructores hacen disparos de advertencia. Al no obtener respuesta, un submarino dispara un torpedo que daña seriamente a un barco. Un grupo de asalto se lanza al abordaje y se obtiene la rendición, a un coste de tres vidas humanas.
“La humanidad respira aliviada” dice Castro. Lo siguen Chávez, Evo, Cristina, Correa, Lula. Todos alborozados de que a un costo bajo en vidas humanas se haya impedido la provocación “gusana”.
La Prensa relata las conexiones entre el exilio y la mafia, Oliver Stone declara que fueron los cubanos los que asesinaron a Kennedy y, en general se respira un aire de triunfo: la Soberanía de Cuba ha salido indemne, un Gobierno soberano ha hecho cumplir el derecho a la defensa de su territorio. Sería bueno que esto sirva para adelantar en el camino a la liberalización, insiste Zapatero. “Estamos en fructíferas negociaciones con Raúl Castro- agrega-. Nos prometió que dejarán de pegarle a las Damas de Blanco y que a Yoani esta semana no le van a impedir el acceso a Twitter. Buena gente.”
Así transita la gloria en este mundo.
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