En realidad, estamos en el principio. Cuando esto parece el “non plus ultra”, siempre hay un nuevo paradigma que descubre una nueva dimensión por donde seguir avanzando. Hace 25 años una computadora que hoy cuesta 100 dólares, costaba un millón. Era impensable, simplemente, en 1980 un mundo con 4 mil millones de celulares, una Internet con 2 mil millones, y el acceso instaneo a toda la información estadística, política, económica, académica, redes sociales, blogs personales.
Si proyectamos al futuro, dentro de 30 años- dicen los que saben- viviremos en una tecnorealidad, las computadoras habrán dejado de existir tal como las conocemos hoy: estarán en nuestra sangre , vigilando posibles enfermedades, estarán en la ropa, en los vehículos, la realidad virtual convivirá con la realidad física. Los cuerpos podrán ser reconstruidos con células madre, la genética permitirá combatir enfermedades, posiblemente se descubra como retardar el envejecimiento y quizás llegaremos al mundo que me propuso una vez un sobrino de cinco años: que no nazca más gente y que los que están, vivan eternamente…
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