jueves, mayo 27, 2010

Del preso cubano Juan Moya Acosta


Las Damas de Apoyo no pueden parar

Ángel Juan Moya Acosta, prisionero de conciencia

27 de mayo de 2010

Prisión Combinado del Este, La Habana – www.PayoLibre.com – Si mi libertad va a ser condicionada, por el régimen de los Castro, a que las Damas de Apoyo sean forzadas a dejar de caminar, yo no la acepto. Esto es inmoral y humillante. Si alguno de los prisioneros políticos de mi causa la acoge esa es sólo su decisión personal, su derecho y su problema. La libertad de los reos políticos y de conciencia cubanos es un derecho de todos, pero que debe ejercitarse dentro del decoro.

Muchas de estas valientes mujeres llevan 7 largos años batallando, enfrentando a la tiranía cara a cara cada día y por eso la Seguridad del Estado las odia y reprime con tanta saña; por eso les ha dado salvajes palizas, actos de repudio y las ha arrastrado por las calles de La Habana ante la prensa internacional y los ojos de todo el mundo.

Las Damas de Apoyo, por su altruismo, desvelo y gran amor ya son parte inseparable de las Damas de Blanco. Más aún, ellas son la gloriosa vanguardia del Pueblo cubano, que desafiando la represión y el terror del gobierno, se han decidido por la libertad y el respeto de los derechos humanos de todos los cubanos, y con su digno ejemplo, le están señalando a los hombres que es hora de romper sus cadenas e incorporarse a la lucha cívica y pacífica.

Este es el mismo Gobierno encabezado por Raúl Castro que dejó morir a Orlando Zapata Tamayo y no conforme con este horrendo asesinato, pocos días después le dio 2 palizas a su adolorida madre, Reina Luisa Tamayo, en plena vía pública. Este criminal espíritu no ha cambiado absolutamente nada. Ahora los militares represivos andan visitando a nuestras casas y diciendo que van a liberar presos políticos. No nos dejemos engañar por esos cantos de sirenas, si el régimen nos suelta a algunos de nosotros, sólo es por mejorar su muy deteriorada imagen internacional. Claro está, también desespera, porque maquina para destruir no sólo a las mujeres de apoyo, sino, a las Damas de Blanco.

Por otra parte la verdadera solución de los grandes males de nuestra Patria no radica en unas pocas excarcelaciones de prisioneros políticos, sino en el establecimiento en Cuba de la democracia y el estado de derecho, donde se respeten la libertad, la justicia y los derechos humanos. En una nación así jamás será criminalizada la conciencia y la libertad de expresión.

Que alguien de estos militares visitantes de nuestras casas me diga, ¿Cuándo nos van a liberar? Y, ¿a cuántos de nosotros van a poner en libertad?

Mucho cuidado con culpar a estas gloriosas féminas si no se producen excarcelaciones; porque quien lo haga no pasará de ser más que un inmoral y un oportunista.

¿Usted realmente quiere la libertad de los prisioneros políticos y de conciencia cubanos? Entonces, súmese a las Damas de Blanco en su infatigable lucha, tome su gladiolo, vístase de blanco, vaya cada domingo a la iglesia de Santa Rita y haga lo mismo que hacen las Damas de apoyo.

Ángel Juan Moya Acosta fue condenado a 20 años de prisión en la Causa de los 75.
Este artículo fue recibido y transcrito por el Consejo de Relatores.

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