Nací politicamente con la Revolución Cubana. A mis diez años, los barbudos llegaron a La Habana y una nueva era comenzó. Mis oídos jóvenes se llenaron con los discursos de Fidel y el Che, a quienes elevé a un altar inaccesible.
Ellos habían demostrado que "se podía", que pese a los pacifistas, derrotistas y acomodaticios partidos comunistas, un grupo de valientes podía desafiar al sistema y ganar, ni más ni menos. Se teminó con ese hecho revolucionario la politica del poco a poco, de ir ganando los espacios democraticos con el voto, de convencer a los obreros de a uno, política proclamada por todos los partidos comunistas de la región: coexistencia pacífica, democracia, acciones de masas.Los cubanos decían: guerra revolucionaria, patria o muerte, por 2,3 muchos Vietnam, la democracia es un engaño, acciones de vanguardia, que las masas ya llegarán.
Bajo este clima, toda una generación latinoamericana quiso "hacer la Revolución" a marchas forzadas. Donde se necesitaba una dictadura batistiana, una opinion pública estadounidense simpatizante y un gobierno norteamericano prescindente - todas las condiciones que facilitaron el triunfo de Fidel- estos jóvenes se encontraban con democracias- débiles, pero democracias al fin-, una postura norteamericana muy prevenida contra estos movimientos que terminaban en la alianza con la URSS y unas "masas" absolutamente indiferentes a estos delirios universitarios.Pero aun así, se lanzaban al monte: Guerrilla en Salta (1964) Taco Ralo (1967),el Che en Bolivia (1967), Tupamaros (1970), Montoneros (1970), Mir (1970), FARC, MLN venezolano, etc.
Todos ellos fracasaron nmiserablemente, produjeron represiones terribles y alejaron toda posibilidad de democratización.
Hoy su númen, el régimen que estaba fuera de toda discusión, la Revolución Cubana, está a punto de tirar la toalla : la realidad le está por ganar por K.O.
La madre de todas las batallas revolucionarias agoniza, cercada por el hambre, la improductividad, la corrupción, la burocratización, el maltrato a los presos de conciencia,la prohibición de salir del pais, el no acceso a Internet, la prohibición de asociaciones políticas y medios de prensa no oficialistas, la militarización, el estado policial del "desacato" como pretexto para detener ciudadanos, la represión a las Damas de Blanco, a los blogueros, a los disidentes.
¿Veremos pronto el fin del dominio absoluto de medio siglo?
Hoy- según parece- estarían enviando presos enfermos a hospitales y trasladando a otros desde remotos presidios a cárceles de su ciudad. Es poco, es casi nada: pero muestra un régimen débil, que debe ceder a la presion internacional y al pedido de la Iglesia. Un régimen que ya no encuentra argumentos para sostener tamaña mentira: en nombre de la liberación, encarcela, en nombre del progreso económico, hace cada día más improductiva la economía, en nombre de los derechos humanos, reprime a las Damas de Blanco. Es una pantomima que ya no resiste ni siquiera la mirada complaciente de Europa.
Es hora de firmar la rendición, Fidel.
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