Del "Miedo a la Política" a los escraches en un paso
El pasado viernes por la tarde, segundo día de ese canto a la diversidad y la tolerancia que implica cada año la realización de la Feria del Libro, asistí junto a mi esposo a dos actividades que deseábamos mucho poder presenciar.
La primera, la presentación, con un panel de lujo, del estupendo libro del filósofo Santiago Kovadloff titulado "El miedo a la política". En un salón repleto escuchamos reflexiones profundas, a veces dolorosas pero siempre esperanzadas de la situación de nuestro país.
Las exposiciones de los periodistas Nelson Castro y Carlos Pagni fueron enriquecedoras y siempre un llamado a volvernos mejores ciudadanos, apelando a lo mejor de nuestra historia y a la superación de nuestros errores como país para volver realidad, como dijo Nelson Castro en su alocución, "ese mañana promisorio que siempre nos espera y nunca podemos alcanzar"
Esa apelación a la responsabilidad que a cada uno de nosotros como ciudadanos nos toca asumir en esta especial hora de la historia y en medio de las conmemoraciones por el Bicentenario fue también la preocupación del propio autor del libro que siempre nos deleita con su profundidad, su maravilloso manejo del lenguaje y su especial claridad para lograr que cada uno de nosotros entienda la cercanía y la validez de los grandes problemas filosóficos de nuestro tiempo en nuestras vidas concretas y en nuestro devenir como Nación.
Varios conceptos de la exposición de Kovadloff me llevaron a la reflexión especialmente. El primero es que ese "miedo a la política" del título ha resultado hoy en este "unicato" que hemos permitido se instaure en el poder, y las hondas razones de estas conductas muchas veces remiten a la indiferencia y la delegación de nuestra responsabilidad en un "otro omnipotente" que resuelva y decida por nosotros lo que nosotros como sociedad no queremos asumir y resolver.
El autor considera que vivimos una época regresiva. En el unicato por supuesto el dialogo no es posible, el "otro" debe ser suprimido; la oposición, los medios, los periodistas, los intelectuales que disientan son enemigos del sistema y por lo tanto deben ser borrados, silenciados, desacreditados...
Pero más allá de la apelación a la conciencia que el autor nos propone a cada uno de nosotros como parte de esta sociedad que integramos y de la cual no por casualidad surge esta dirigencia que hoy parece estar cada vez más lejos de encarnar los ideales de una República plural, honesta y democrática, la esperanza siempre está allí como un llamado a hacer realidad de una vez nuestro anhelado venturoso porvenir con nuestra participación activa y nuestro compromiso con los valores fundacionales de la República. En uno de sus artículos justamente anticipando el 2010 el autor nos coloca ante un desafío crucial: "El Bicentenario encontrará al país embarcado en una disputa sustancial entre el pasado y el porvenir"
A unos pasos de allí nos dirigimos a la presentación del libro "Mi Verdad" de la Dra. Hilda Molina. No conocíamos a la Dra. Molina y nos pareció una buena ocasión para verla personalmente y expresarle cuánta alegría nos dio que pudiese al fin reunirse con su familia. Mi esposo me advirtió que al entrar a la feria, (llegamos separados) vio en la puerta a cuatro individuos que a él le parecieron funcionarios de la Embajada Cubana en la Argentina. Yo en ese momento lo escuché pero no le di mayor importancia porque en realidad uno sabe que siempre es espiado y sabe que siempre están detrás de este tipo de actos de los cubanos valientes que se animan a contar su experiencia con el totalitarismo castrista.
Llegamos un poco tarde con la actividad ya en mitad de su desarrollo porque veníamos de la otra presentación que se había extendido más de lo previsto, en otro piso de la Feria. Por ese motivo y para no molestar el desarrollo del acto nos sentamos ni bien entramos al salón en la ultima fila. Ya allí estaba la Dra. Molina terminando de hablar y agradeciendo al pueblo argentino todo el afecto que le han expresado en tantísimas oportunidades desde su llegada.
Inmediatamente delante de nosotros había un gran grupo de estudiantes con mochilas, y personas con rostros bastante tensos, incluso una mujer sentada también en la ultima fila me saludó e hizo señas que no comprendí, parece que al sentarnos allí pensaron que éramos parte de la operación que pronto comenzaría y que evidentemente tenían bien preparada. Uno de los jóvenes estuvo muy preocupado en retratar al público asistente, tomando fotos desde todos los perfiles.
Enseguida supimos que algo pasaría, que ése no era publico normal que quería oír una historia de vida, sino que eran un grupo de choque y pronto atacarían porque estaban inquietos y se hacían señas con diversas personas ubicadas en distintos lugares del salón.
En mitad de las exposiciones comenzaron a levantar reiteradamente la mano para intervenir y ante la negativa de la moderadora a escuchar preguntas en esa instancia y la explicación de que debían esperar al final del panel para las preguntas, comenzaron a gritar y a levantarse uno por uno en distintos lugares del salón, todo perfectamente organizado y dirigido por 3 o 4 funcionarios de la embajada cubana, perfectamente identificables, de raza negra, aunque indignos de compartir el color de la piel con el valiente Orlando Zapata Tamayo y con los inclaudicables Oscar Elías Biscet, Jorge Luis García Pérez Antúnez, y tantos otros afrocubanos que decidieron tomar el camino de Maceo y engrandecer la República que pronto los cubanos recuperarán, denunciando incluso la discriminación con que son tratados por la policía política por el color de su piel.
Los actos de repudio son por definición irracionales, cobardes, totalitarios, censores, ciegos. Son la turba, son la irracionalidad. Yo había leído mucho acerca de ellos, había visto muchos en la televisión, pero nunca había estado cara a cara con la turba gritando irracionalmente consignas que eran la negación misma de lo que ellos supuestamente dicen defender. "Cuba sí, yanquis no" ...¿querrán acaso decir que Cuba sí puede violar los derechos humanos y los yanquis no?...hay muchas consignas más pero, la de acusar a la Dra. Molina de "apropiadora" fue el colmo...es algo que sólo un adoctrinado puede gritar....
Y entonces enseguida comprendí que lo que acababa de oír del filósofo hacia instantes estaba allí: el deseo del unicato, el miedo a la política, la intolerancia, la supresión del otro, de la alteridad, la regresión absoluta de esos jóvenes que me gritaban "andate a Miami" cuando yo les increpaba sobre su indiferencia ante las violaciones de los derechos humanos en Cuba y los presos políticos y de conciencia.
En el país de esos intolerantes, igual que en Cuba, yo no puedo vivir, me tengo que ir a Miami...por suerte y por ahora, porque cómo me suprimirían después, eso ya lo conocemos bien. En el mío ellos tienen un stand, sus libros expuestos y los actos de la embajada de Cuba no son interrumpidos por ninguno de los disidentes que vive exiliado en Argentina y que quién sabe cuánto dolor guarda dentro de su corazón ya para siempre... porque las experiencias de miedo, de separación familiar, de desarraigo, de amenazas, no los han vuelto iguales a sus verdugos, los han hecho comprometerse aún más con las libertades que han ganado a costa de perderlo todo.
En su libro "El miedo a la política" Santiago Kovadloff habla del onanismo ideológico contemporáneo: es el intolerante que sólo es capaz del "monólogo"....( Fidel Castro daba discursos de 11 horas que los cubanos tenían que soportar a fuerza del terror a que viven sometidos)
Estos jóvenes que son incapaces de escuchar o leer los informes que todas las organizaciones de derechos humanos del mundo elaboran sobre Cuba, han pasado de ser jóvenes idealistas a ser jóvenes onanistas. Solipsistas mentales incapaces de ver que los partidos de izquierda de todo el mundo han condenado las violaciones de derechos humanos en Cuba, tercamente decididos a ignorar las voces de mujeres como las Damas de Blanco que desde adentro levantan las banderas de la no violencia y caminan por la calle con una flor en la mano hasta una Iglesia a la que ya ni siquiera las dejan entrar a rezar por sus presos, rodeadas por turbas preparadas por los mismos funcionaros que los prepararon a ellos, para venir a interrumpir este acto.
A estos jóvenes y no tan jóvenes, y sobre todo a los funcionarios del régimen castrista que intervienen alegremente en un acto en un país extranjero provocando disturbios y recortando las libertades de los argentinos, les comento que su orgásmico monólogo de gritos y consignas le ha dado un empuje y una publicidad extraordinaria a este libro que seguramente ahora, luego de tanto alboroto será un record de ventas y contribuirá a seguir desenmascarando 50 años de torturas, arbitrariedades, coacción, muerte y desolación para los ciudadanos cubanos.
Cuenta Kovadloff en su libro que: "Atónito ante el respaldo que le brindaba a Adolf Hitler, Karl Jaspers le preguntó a Martin Heidegger cómo podía proceder de esa manera. El autor de El ser y el tiempo se limitó a responder: "¿Ha visto usted qué hermosas manos tiene?". Años después de viajar a Rusia, Jean-Paul Sartre sostuvo que, al volver a Francia, no había querido denunciar las atrocidades del estalinismo para no favorecer a la derecha. Así es. Usualmente, los espejismos revelan que lo son cuando ya es demasiado tarde para quien les ha conferido estatuto de realidad." Las exégesis sobre la cita, sobran....
La pena que sí me queda es que el acto no se pudo concluir... Los que estábamos allí no reaccionamos con suficiente firmeza, no debimos permitir que interrumpan el acto, debimos resistir y no movernos, no permitir que lo abortasen. La Fundación el Libro y la Editorial Planeta tienen en esto una responsabilidad y debieron garantizar que el acto programado se realice. La seguridad del predio debió hacerlos retirar o bien permitirles quedarse a condición de hacer todas las preguntas incisivas que quisieran y que estoy segura la Dra. tiene sumo interés en contestarles, al final del panel. Claro que eso hubiese sucedido en caso de que quisieran de verdad oír lo que la Dra. Molina tiene que decirles acerca de su experiencia dentro del sistema, con el sistema y frente al sistema que ellos dicen defender. Pero ahora sabemos que ellos no quieren oír, no quieren aprender,no quieren que exista "el otro", a ellos les basta con ellos mismos, porque han dejado de ser jóvenes idealistas para ser apenas monologantes onanistas.
La muerte de Orlando Zapata Tamayo, no es la primera, aunque quiera Dios sea la ultima, El Parlamento Europeo, el Parlamento español, el Presidente de Uruguay, el Secretario de la OEA, el Presidente de Chile, Diputados Nacionales argentinos, el Partido Socialista de Chile, Isabel Allende, El Parlamento Chileno en su conjunto, Parlamentarios uruguayos , Parlamentarios del Paraguay, han expresado su condena y han solicitado públicamente al régimen cubano que libere a los prisioneros de conciencia y garantice el cumplimiento de las Declaración de los Derechos Humanos de la cual es signataria.
Amnistía Internacional, Human Rights Watch, la ISHR, el CPJ, la SIP, Reporteros sin Fronteras, IFEX, en fin, organismos internacionales de derechos humanos, cuyos informes han sido imprescindibles para denunciar los abusos contra los derechos humanos en Argentina en la época de la dictadura y organismos de protección de periodistas que han defendido y defienden ahora mismo las restricciones de la libertad de expresión en el país, en el continente y en el mundo, han denunciado los abusos y elaboran informes año a año sobre la situación de los derechos humanos en Cuba. Están a solo un click en Internet para quien tenga la voluntad y la honestidad intelectual de informarse acerca de ello.
Contó Kovadloff que en épocas de la gesta independentista los salteños bajo el mando del General Güemes lograda ya la libertad de Salta, no querían ir a luchar junto a Belgrano al Tucumán y así se lo hizo saber Guemes al Gral. Belgrano en una carta, a lo cual este último respondió: "Mi general, le dice a los salteños que hoy Salta queda en Tucumán" pues, mis queridos lectores yo les pido una vez más su apoyo para Cuba y sus valientes, porque hoy, más que nunca, Argentina queda en Cuba .
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