Malvinas

Al igual que la denostada dictadura, el Gobierno quiere usar la “causa Malvinas” como recurso escenográfico para tratar de revitalizar su alicaida imagen popular. Yo estuve en la Plaza de Galtieri observando atónito a militantes peronistas y del PC saludar al dictador por su “gesto liberador”. Eso, seguramente es lo que pretende el Matrimonio. De ahí su retórica “anticolonialista”, la marcha de D `elía a la embajada británica, etc.
Son como niños: obvios. Pero esta obviedad les está dando algún resultado: se esta volviendo a instalar que los K son los únicos que entiende como se hace política, frente a un conjunto opositor que parece estar aprendiendo las primeras letras de la política. Coincido con la nota de mi amigo Eduardo Fidanza de hoy en La Nación: gobierno y oposición comparten más cosas de los que parece: el Estado Papá que nos impone la Ley de Talles o la idea de que “ hay que distribuir” sin preocuparse por incentivar la oferta, etc. Es obvio que frente a la patota kirchnerista y sus malos modos, parece un bálsamo el lenguaje de algunos opositores, pero eso no alcanza.
Hay que terminar con el Presidencialismo, fortalecer instituciones básicas, preservar contratos, limitar al Estado. Se dice fácil, pero qué difícil comenzar a andar ese camino!
Hoy, como una rueda imparable, volvemos a las Malvinas. Hace pocos días volvimos a los desaparecidos versión K. Mañana estrenaremos un maxidevaluacion y un Plan Austral y así sucesivamente.