Si fuera por los planificadores y revolucionarios que han proliferado por el mundo, ya habríamos terminado como especie. Son tan...inverosímiles sus proyectos y utopías, cuestan tanta sangre y dolor, tanto estado policial represivo es necesario para planificar y controlar la mente de los súbditos, provocan tantas hambrunas y epidemias, que si no fuera porque hay mecanismos que eluden esa lógica perversa- mercado negro, corruptela- no habría solo cien millones de muertos gracias al comunismo y cincuenta gracias al fascismo, sino muchos más.
La gente- el pueblo- hace como que obedece, y luego se retira a planear pequeñas conspiraciones contra el Estado Papá: trabajar menos, robar algo en la fábrica, vender o comprar en el mercado negro, sobrevivir pese a todo.O suicidarse, volverse loco o asesino serial, cada cual responde como puede.
Si fuera por Robespierre o Lenin o Hitler o Mao viviríamos en una especie de manicomio, una institución carcelaria que exigiria trabajo y pagaría miseria, controlaría nuestra intimidad, regularía nuestros deseos para adaptarlos a las "necesidades del Estado".
La gente sabe instintivamente que el Estado es el enemigo verdadero, el que concentra más poder de fuego que cualquier particular, por rico que sea. El Estado Absoluto nos prohibe desplazarnos, nos educa, nos da trabajos escuálidos e inútiles, nos publica el único diario que leemos, nos convoca a actos interminables, marchas victoriosas sobre supuestos enemigos que jamás atacan.
Tanto estatismo desaforado- desde la locura cubana a la cínica dictadura rusa, desde Irán a Corea del Norte, desde Venezuela a Bolivia, en casi toda África- tanto Culto al Estado, a su Excelencia el Señor Presidente, Mi Comandante, Jefe,Líder, Conductor, Iluminado, Jerarca, tanta obsecuencia de funcionarios, legisladores no podrá derrotar a la gente. No podrán controlar la conciencia, imponer sus íconos: somos demasiados, cada día nos comunicamos más (twitter, celulares, blogs) y su intento fracasará.
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