No se puede ser enemigo de tu enemigo. Te pones a su nivel. Eso es lo que te dicen. No se puede criticar a los críticos: te convertís en otro crítico más.
Ta bien. Pero cómo hacer callar a los provocadores, vengan de donde vengan? Digo: uno tiene que escuchar impasible una cháchara ecologista- por ejemplo- que viene a decirnos que el planeta está a punto de reventar por las industrias y las minas y que hay que volver a la agricultura de subsistencia…y se tiene que guardar las palabrotas y decir, en tono amistoso:
- Creo que tu discurso es religioso. Parte de ciertas premisas indemostrables- seguramente falsas- y arriba a conclusiones catastróficas para el futuro de la humanidad. No sobran industrias: faltan. No hay actividad humana que no genere algún grado de contaminación: el tema es el manejo de la contaminación, su control, no la evitación del humo prohibiendo fábricas o autos. Sos profundamente reaccionario. Te diría que con la caída del Muro y la desaparición del cuestionamiento “socialista” al sistema de mercado, los ecologistas tomaron la posta e intentan lo mismo por otros medios. El Paraíso socialista- esa pesadilla infernal- es muy parecido al Paraíso Ecologista: los dos suponen un MegaEstado controlador y prohibidor que, en nombre de valores positivos, hunden a la sociedad en la pobreza y la falta de libertades.
Pero no me sale así. En cambio, me surgen las palabras entremezcladas, enrojezco de indignación y todos me miran alarmados: pobre, es un crítico, que no soporta el diálogo civilizado.
Por eso escribo en Monología: para discutir civilizadamente sin que me salga espuma por la boca!
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