Por sobre la mirada amenazante de los inquisidores, de los dictadores, de los nazis, mujahidines, estalinistas, leninistas, castristas, ecofanáticos, maoístas, fascistas, nacionalistas, aristocratizantes o populistas, la llama de la libertad sigue ardiendo.
Cadaveres apiñados, apilados como perros, producto de un extraña muerte masiva en el Hospicio de Mazorra. La delgadez de los cuerpos recuerda la de los judíos en Auschwitz
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