Soy ideológicamente optimista pero psicológicamente pesimista.
Los buenos liberales (Popper, Octavio Paz, Hayek, Ortega y Gasset,Berlin) son optimistas: saben que en doscientos años la humanidad, o al menos una fracción de ella, pasó del hambre a la satisfacción de sus necesidades básicas, de la sumisión al poder, a la libertad (de prensa, de religión, de voto), de la enfermedad a la salud, del absolutismo a la democracia, del colonialismo a la independencia, del monopolio a la libre competencia, del proteccionismo y aislacionismo a la apertura al mundo, del consumo de lujo al consumo de masas.
Pero este camino no fue- no es- lineal y suave: está lleno de cortes, retrocesos, tentaciones, falsos atajos, abruptas subidas, descensos en la vorágine. Y pleno de falsos profetas: explicadores, guías, gurues, lideres, jefes, brujos, magos, conductores, caudillos, duces, fuhrers y sus adláteres: camisas pardas, juventudes comunistas, comites de defensa de la revolución, mazorqueros, SS…
Otros ayudan aponer piedras desde el relativismo cultural – todas las culturas son igualmente válidas-, desde el ecologismo, desde el indigenismo, desde el folklorismo, desde el postmodernismo, el creacionismo, etc. etc.
Ante tanta diversidad de obstáculos, entonces, me gana la parte psicologica y caigo en el pesimismo.
¿Cómo podrá progresar América Latina, cuando se reúnen cinco de sus presidentes en el Foro Social que es algo así como el sumidero de todas las desgracias del continente: indigenismo, castrismo, chavismo, ecologismo, anticapitalismo, antisemitismo, nacionalismo, proteccionismo, estatismo, pobrismo?
¿Cómo podrá el mundo occidental enfrentar, contener, discutirle poder al emergente islamismo agresivo, antidemocrático y liberticida, si cualquier táctica defensiva que emplea es denunciada enseguida como un atentado a la libertad?
¿Cómo se podrá garantizar la defensa de los derechos humanos, cuando el comité de Naciones Unidas sobre el tema está compuesto por Cuba, Siria o Libia?
¿ Como podrá la democracia – complejo mecanismo de toma de decisiones consensuadas- enfrentar con éxito al ejecutivismo, la rapidez, el unicato de los nuevos dictadores que “refundan” naciones, proclaman constituciones con reelección permanente y se arrogan el derecho de controlar la prensa y la cultura?
Entonces, casi compulsivamente, me pongo a leer a Popper, y el pesimismo se me pasa, o , al menos, adquiere otro sentido:
“La racionalidad no es una propiedad de los hombres, ni es un hecho sobre los hombres. Es una tarea que los hombres deben llevar a cabo -una tarea difícil y muy limitada-. Resulta difícil lograr la racionalidad, incluso en parte”
O sea: Esteban, no es que estés pesimista, es que la TAREA de llevar a cabo la racionalidad es ardua y llena de enemigos. Nada es facil: no hay progreso automático, libertad automática, ciencia automática, racionalidad automática. Todo requiere una tarea permanente. Y uno a veces se cansa,¿no?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario