Estimado Carlos Alberto
Le escribo bajo la sorpresa y la angustia que me produce la lectura del artículo sobre Israel, que Mario Vargas Llosa publica hoy en La Nacion de Buenos Aires.
De más está decir que para muchos, Vargas Llosa es un referente del cambio desde las posturas de la “idiotez latinoamericana” hacia el terreno fértil de la libertad, la democracia y el mercado. Usted, ya estaba allí, desde el primer momento cuando le vio la cara al monstruo en La Habana. Nosotros, jóvenes latinoamericanos solo teníamos esa bandera. Y tuvo que llegar un Vargas Llosa para comenzar a develar la realidad y mostrarnos un camino.
Por eso la desazón al leer, hoy mismo, la indignada condena a Israel que lanza el escritor:
- “los dirigentes israelíes pueden haber perdido los sentimientos y la moral, pero no la inteligencia”
- “La opinión pública ha mostrado una supina indiferencia en los que respecta a la suerte de los palestinos “(¿?)
- “Amos Oz y David Grossman solian protestar con energía contra hechos como el bombardeo de Gazza y ahora, timidamente, reflejando la involución generalizada de la vida política de Israel, solo se animan a reclamar la paz”
- “Los cohetes artesanales del Hamas”, etc. etc.
Que sucede con Mario Vargas Llosa: ¿es este antisionismo básico una rémora de su pasado de izquierda, el ultimo bastión que se niega a bajar? ¿Conoce algo él, que nosotros no: que Israel ha entrado en una conjura para terminar con el mundo libre, expresado por Hamas, por ejemplo?
No entiendo y me mortifica que un referente de la talla de Vargas Llosa asuma estas posiciones.
¿Tiene usted alguna explicación? ¿Ha hablado usted con su hijo Alvaro al respecto? ¿Tienen asidero estas opiniones de Mario? ¿Debería abrirse un debate entre los demócratas liberales sobre Israel? Deberíamos condenar a Israel del modo que los hace Mario?
Me interesa muchísimo su opinión ,la cual obviamente quedará en mi poder, sin divulgación alguna, ya que considero que usted es, justamente, el otro gran referente de esta generación de los setenta que ya cerca de los 50 o 60 años abandona su adolescencia ideológica y aprende a beber del pensamiento liberal y democrático, algo tan difícil en esta América .
Quedo a la espera de alguna reflexión suya. Un abrazo desde Buenos Aires- avergonzado aun por la visita de nuestra presidente a La Habana, justo el día en que el mundo celebraba a Obama…
Esteban Lijalad
1 comentario:
No divulgaré la respuesta de Montaner. Solo diré que me dejó con un atisbo de esperanza.
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