lunes, abril 13, 2009

Peronismo liberal

Menem absorbió a las apuradas altas dosis de liberalismo en su afiebrada mente “nacional y popular”, con lo cual produjo una extraña mezcla de verdad y mentira, de avances y retrocesos en la cultura económica del país. Mezclar peronismo y nacionalismo -sus dos orígenes ideológicos- con globalización liberal provocó esos desaguisados, que tanto material dieron al humorismo político en la década pasada. Pero no llamó “Peronismo” a ese engendro: fue “menemismo”, a secas. Sus referencias “al General” fueron puramente retóricas. El sabía que privatizando ENTEL estaba echando al fondo de la Historia las nacionalizaciones peronistas.
Pero ahora Solá y Narváez pretenden algo aun más complejo: transformar al Peronismo en un Movimiento Republicano, Liberal, Occidental y Democrático. “Combatiendo al capital…” quedaría en este contexto como una frase puramente retórica que no apunta a las esencias del Perónismo republicano.
Ellos han entendido que el progreso está cada vez más lejos de las liturgias populistas que se cultivan en Latinoamérica. Pero al mismo tiempo no quieren “perder el capital político” (los votos peronistas), con lo cual intentan “bañarse y dejar la ropa seca, al mismo tiempo”.
Argumentos, siempre habrá: recordarán que Perón no era un “nacionalista a la violeta”, que trató de impedir que la Constitución del 49 incluyera el famoso artículo que prohibía enajenar las riquezas naturales y que, en cambio, negoció con la Standard Oil concesiones que hoy pondrían colorados a los peronacionalistas. Sí, y que también se enojó con la Iglesia e impulsó la Ley de Divorcio.
Se puede transformar a Perón en un heredero de Alberdi, si se quiere: siempre habrá algún texto, carta o decreto del General que nos permita relacionarlos, casi como a Padre e Hijo.
Pero, la verdad, no importa demasiado. La Tendencia Revolucionaria del Peronismo intentó en los años sesenta demostrar que Perón era un adelantado líder tercermundista, un Mao sudamericano, un Nasser, un Fidel. Así nos fue a los jóvenes que creímos ese cuento.
Ahora nos quieren hacer otro cuento: Perón liberal.
¿Suscribiría Perón estos dichos de Alberdi?:

“Una de las raíces más profundas de nuestras tiranías modernas en Sudamérica es la noción grecorromana del patriotismo y de la patria, que debemos a la educación medio clásica que nuestras universidades han copiado a la Francia.
(…)
La patria es libre en cuanto no depende del extranjero; pero el individuo carece de libertad en cuanto depende del estado de un modo omnímodo y absoluto. La patria es libre en cuanto absorbe y monopoliza las libertades de todos sus individuos, pero sus individuos no lo son, porque el gobierno les tiene todas sus libertades.”

Esa es , justamente, la Comunidad Organizada, el gran proyecto estratégico peronista: la transformación de los individuos libres, conflictivos y creadores de su vida, en un “cuerpo”- la Comunidad- “organizado”, o sea estatuido, regimentado, reglamentado, regulado, obediente, diligente, feliz, no conflictivo, ordenado, guiado por un Líder omnisapiente.
Eso no es ni liberal, ni republicano, ni occidental, ni democrático: es el sueño neofascista.

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