sábado, octubre 31, 2009

Honduras: las lecciones de una crisis

En Honduras se han enterrado dos cadáveres: el de los golpes militares- por si cabía alguna duda- y el de los golpes populares.
De los primeros, es larga la historia desde los años 30 en adelante. Militares mesianicos, nacionalistas o liberales, proaliados o proEje, se asumieron como portadores de un destino histórico que nadie les cedió. En vez de ser simples funcionarios públicos, se creyeron los heraldos de la nación, los encargados de modernizar o moralizar o rediseñar el sistema político y económico,de reformar las constituciones o aplicar la justicia militar. Dejaron tras de sí estelas de muerte y desmoralización, deshauciaron las democracias, las pervirtieron, jugaron con las corporaciones -sindicales o empresarias- en desmedro de los ciudadanos de a pie.
De los segundos, poco se sabía hasta ahora. Se trata de una categoría emergente, pero tan letal para las democracias como los golpes militares.
Llegar al poder ejecutivo por una mayoría de votos es democracia. Limitar los otros poderes, no. Acordonar a la prensa, limitar el federalismo, cambiar la constitución por la prepotencia del número, rehuir los consensos y los debates, crear nuevas estructuras parapoliciales, perseguir a los opositores, cambiar los planes de estudio o hasta la denominación del país, no es democracia: son los golpes "populares", que confunden mayorías circunstanciales con mandatos "fundantes". La democracia no es el voto: es la limitación del poder del voto. La democracia no es la hegemonía de la mayoría sino el respeto a las minorías, los contrapesos al poder.
"El modo de llegar a la tiranía es ganar la confianza de la muchedumbre, y esta se gana declarándose enemigo de los ricos"(Aristoteles). Como se ve el mecanismo no es nuevo, es tan viejo como la civilización: con el pretexto de luchar contra el privilegio, el único privilegiado es el gobierno y su lider. Se mata a la gallina de los huevos de oro, se persigue al comercio y a la creatividad empresarial, se exige de los ricos impuestos confiscatorios y se entretiene a los pobres con ayudas y subsidios circunstanciales, que no crean valor, no le dan poder a la gente, no la capacitan, no le dan herramientas para crecer.
Eso ha sido derrotado en Honduras. El intento chavista de desmontar las democracias desde adentro fue cortado de cuajo, expulsado de las posibilidades reales: el Acuerdo indica que la Constitución de Honduras no se puede cambiar. Se acaban las aventuras populistas de "refundar" naciones a beneficio del gobernante y se vuelve a la normalidad de las instituciones.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Los comentarios de Esteban sobre el Golpe de Honduras son de corte facista-raccionario. Se contraponen con la ONU -la OEA y el sentido comùn de todo Democrata.

esteban dijo...

Acepto la crítica, pero no las descalificación erróneas. Veamos.
Hay algo más fascista que hablar de pueblo, que movilizar tropas civiles para generar violencia, que querer cambiar las instituciones de un país desconociendo la Constitución, que plantear la amenza de guerra civil como hizo Zelaya?. Hay algo más fascista que acusar a los judíos de querer atacar la embajada de Brasil?
Hay algo más reaccionario que plantear la guerra de clases?
Sí, soy reaccionario: reacciono frente a los intentos de regresismo, fascismo, populismo y estatismo.

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