Según el Partido Obrero-y todos los partidos de izquierda- el Estado es el instrumento de los capitalistas para explotar a la clase obrera. La tragedia de Mariano Ferreyra demuestra que la cosa es exactamente al reves. Es el Estado el que instrumenta y articula una espuria alianza de intereses entre empresas concesionarias de servicios públicos (los "amigos"), la burocracia sindical- que garantiza la "paz social"- , la Policía - que garantiza zonas libres- y el propio Gobierno, que en vez de sincerar las tarifas ferroviarias, regala subsidios que benefician a empresarios y sindicalistas. En esta trampa cayó Mariano.
Ya es tiempo de enterrar en la memoria los viejos textos socialistas y analizar la verdad del Estado Mercantilista, el Estado corporativo, el Estado que afianza su poder interviniendo en todos los rincones del mercado comprando, coimeando a empresarios y sindicalistas. La izquierda sana- que existe y no es Quebracho- debe entender que no hay mejor libertad y progreso que el crecimiento de la sociedad abierta, los mercados libres y transparentes, fuera de las garras de burocratas y capitalistas amigos. Allí donde estos principios mandan, los obreros estan todos en blanco, la diferencia entre los mas ricos y los mas pobres es de 5 a 1 y no como aquí, de 25 a 1.La igualdad solo se logra con la libertad.
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