lunes, enero 10, 2011

Entrevista a Pilar Rahola

Pilar Rahola habla con ReVista de Medio Oriente en Boston. Entrevista exclusiva.
por Agustín Ulanovsky
18 de Octubre de 2010
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Revista de Medio Oriente: Las democracias occidentales paralelamente alientan el multiculturalismo y los derechos humanos. ¿Cómo sostener entonces dentro de la propia sociedad culturas que entienden por ejemplo que las mujeres no tienen los mismos derechos que los hombres y a la vez sostener los derechos humanos, con esta idea de que somos todos iguales?

Pilar Rahola: Las sociedades que creen en el multiculturalismo se están destruyendo. Hoy yo creo que, por ejemplo Inglaterra que es la panacea del multiculturalismo y lo defendió históricamente, se ha dado cuenta de que eso sólo ha comportado un proceso de creación de ghettos, que no se miran a la cara unos a otros y que intentan tener leyes paralelas y parlamentos europeos. La clave de vuelta del futuro de los países democráticos es una sola cultura civil, que es la de las leyes civiles, y a partir de ahí por supuesto, vinculadas a esas leyes, las diferencias culturales y religiones de cada cual. Es decir, la idea no es el multiculturalismo, el multiculturalismo ha fracasado como espacio de libertad y como espacio de democracia, sólo es un ejercicio de paternalismo. Lo que no fracasa es la convicción de que formamos parte de una misma civilización, la de las leyes, la del imperio de la ley, la ley democrática y a partir de ahí las diferencias se amparan en la ley. Aquellas sociedades que creen que amparándose en una religión o en una tradición se puede pervertir la ley común sólo pueden estar condenadas al fracaso o, peor aún, al proceso de autodestrucción por la vía de tener grupos y núcleos profundamente antidemocráticos. Yo no creo en el multiculturalismo, yo creo en las leyes democráticas y en esas leyes amparando las diferencias de cada cual.


Revista de Medio Oriente: Incluso en países democráticos, como Inglaterra, están las leyes de la Sharia que son aplicadas por tribunales paralelos

Pilar Rahola: El ejemplo inglés es paradigmático. Algunos de los asesinos más importantes que ha tenido el terrorismo islámico tienen pasaporte inglés y han estudiado desde pequeños o nacido en Inglaterra, en lo que llamaríamos Londonistán. Se han creado ghettos, auténticas sectas, que van mucho más allá de las leyes comunes que los amparan. En España está empezando a pasar, tenemos imanes que quieren imponer policías religiosas, hemos tenido tribunales islámicos paralelos a los tribunales propios aunque se ha combatido con la ley en la mano. Quizás el ejemplo francés es el más ejemplar porque teniendo también un proceso multicultural, de golpe han descubierto que lo único que los puede salvar es el pacto republicano, es decir el pacto de la libertad. Por tanto es cuando se dice: “Oiga usted no puede imponer criterios a las mujeres por el hecho de ser mujeres porque el pacto republicano las hace iguales”, “Usted no puede imponer las leyes de los dioses porque el pacto republicano es laico y los dioses forman parte de la trascendencia espiritual pero no de las leyes”, etc., etc. Yo creo que Francia está corrigiendo el multiculturalismo y yendo hacia el pacto republicano. Inglaterra también, sin ninguna duda. La prueba es que les costó muchísimo detener a imanes fundamentalistas y ahora lo hace y los combate y España estamos virando hacia otro lado, no enterándonos del problema que nos viene encima. Pero no nos equivoquemos, el multiculturalismo es un ícono de la izquierda, que se ha demostrado letal para la libertad y muchos intelectuales, con la cabeza en su sitio y los pies en el suelo, lo combaten directamente y continuando por los que intentamos tener una voz pública diciendo por aquí no vamos bien.


Revista de Medio Oriente: En lo que al conflicto multicultural refiere, las mujeres cumplen un rol central. Muchas veces las feministas argumentan, por ejemplo con el tema de la burkah en Francia, que se violenta a las mujeres al imponerle elegir entre las leyes del gobierno y las leyes religiosas.

Pilar Rahola: Lo primero que tengo que decir es que yo, que tengo un largo historial feminista, estoy horrorizada con el papel de las feministas en el mundo respecto a la mujer en el Islam, horrorizada. El feminismo tiene una deuda pendiente con las mujeres islámicas, a las que ha abandonado a su suerte, no alza la voz potente que puede llegar a tener. Alzamos la voz por las mujeres en Occidente, alzamos la voz por las mujeres de Ciudad Juárez, por la prostitución infantil, por el maltrato femenino. Por todo esto somos, yo creo, muy combativas, a veces perdemos, a veces ganamos, pero ahí estamos. Las mujeres libres hemos cambiado el mundo y el siglo XX ha sido en parte el siglo de la mujer porque consiguió, de alguna forma, darle la vuelta a 2.000 años de historia misógina. Sin embargo, tengo que decir que esas mismas mujeres y esas mismas voces que tan fuertes fueron para defender a la mujer occidental, han fracasado rotundamente en la defensa de las mujeres islámicas. Lo que yo he leído en el feminismo norteamericano, inglés e italiano es absolutamente aberrante y las mujeres musulmanas que luchan por sus libertades las combaten. El ejemplo más paradigmático fue una manifestación en Suecia en el Día de la Mujer (8 de marzo) que un grupo de mujeres musulmanas pidieron que se incluyera como lema en las manifestaciones “No a la esclavitud de la mujer en el Islam” y la organización feminista sueca se negó porque como es el tercer mundo y al entrar en las tradiciones, no quería entrar en este tema. Hubo una mujer musulmana quemó su hiyab [cobertura de cabeza y cara] como protesta por la actitud de los grupos feministas suecas. Te lo digo porque de entrada yo soy muy crítica con determinados planteamientos del feminismo respecto al Islam. No en otros temas donde me siento implicada y comprometida. Respecto a los temas del debate respecto al burkah hay que decir dos cosas: cuando se plantea la prohibición en Francia, no del burkah sino de cualquier símbolo religioso en las escuelas, se está protegiendo a las niñas. Es cierto que parece una prohibición dura, aunque yo quiero recordar que la democracia se basa en prohibir, a veces lo olvidamos, solo nos ponemos nerviosos cuando decimos “Prohibido algo del Islam” pero cuando decimos “Prohibido matar”, ¿está bien verdad no?. Quizás hay que plantearse también algunas cosas. En el caso de las escuelas, lo primero que encontramos es que detrás de una niña tapada, hay una niña que no hace gimnasia, una niña que no va a la piscina, una niña que de golpe es diferente a los demás. En Cataluña, por ejemplo, en un pueblecito, a una niña de 7 años que lleva el velo hasta los pies la escuela se negó a que fuera vestida así y la Administración dijo que tenía derecho. ¿Quién tiene derecho? ¿La niña de 7 años o el padre fanático que la obliga a ir así? De manera que la ley contra los símbolos religiosos, que fue un eufemismo porque el problema era sólo con el Islam francés, a mí me parece una protección de las leyes. Es decir, las niñas tienen la obligación de ir a la escuela y tienen la obligación de que sus símbolos religiosos estén en su casa y eso sorprendentemente las protege. Respecto al burkah, desgraciadamente no hemos entrado en el debate de fondo ni en Francia ni en ningún lugar porque nadie se atreve pero en cambio sí ha habido debates sobre el tema de la seguridad. La democracia se basa en la identificación, nosotros nos miramos a la cara en la democracia. Si en lugar de ser un burkah islámico fuera un pasamontañas, ¿lo permitiríamos? Alguien con pasamontañas, ¿entraría en una universidad, en un banco, en un autobús? Evidentemente no, es un tema de seguridad, de franqueza, de mirarnos a la cara. El burkah no te mira a la cara, tapa completamente a la mujer. Siempre detrás de un burkah, siempre hay una mujer esclava, nunca hay una opción. De modo que yo creo muy bien que en los lugares públicos esté prohibido el burkah, como está prohibido ir cubierto completamente para hacer cualquier gestión pública. La mujer no elige, es una mentira. Nunca detrás de una mujer con burkah hay una mujer que ha elegido, nunca. Lo que hay es una presión social, religiosa y familiar brutal para que esa mujer se segregue de la sociedad, lo que hay es una mujer segregada, violentada en su condición de mujer libre, que nunca escoge, a menudo que ni habla el idioma del país en el que vive desde siempre, que no tiene acceso ni a la cultura ni a la emancipación de ningún tipo y que sólo sirve de conejo para traer más niños de padres fanáticos al mundo. De manera que yo estoy absolutamente a favor de que el tema del burkah se ponga sobre la mesa pero además quiero decir algo que es importante: el burkah nunca fue un símbolo religioso. El burkah nace a finales del siglo XIX en la monarquía afgana cuando el rey afgano se pasea por las calles para demostrar su poder y por tanto su patrimonio, empieza a tapar completamente a sus mujeres para que se vea públicamente en sus paseos públicos que tiene muchas. La aristocracia afgana empieza a imitar al rey como símbolo de poder, hablamos de finales del siglo XIX, y eso de golpe se convierte en una costumbre de poder, por supuesto, masculino y en el caso de Arabia Saudita, que es el otro lugar donde se usa en este caso el nikhab, es exactamente igual. Es una cuestión de poder de las clases dirigentes para mostrar su poderío ante los ciudadanos. Después, con la influencia de Abd al-Wahab, el fundador del wahabismo que la aristocracia saudí toma como propio, esa idea de la mujer tapada se generaliza. No hay ningún lugar ni en las suras coránicas ni en todo el Corán que hable que las mujeres deben estar completamente tapada, habla como mucho de cubrirse la cabeza. De manera, cuando hablamos del burka o del nikhab, no hablamos de una cuestión religiosa sino de poder, por tanto yo creo que hay que combatirlo.


Pilar Rahola habla de Venezuela y el resto de Latinoamérica, en relación al tema de Irán, la Argentina y la causa AMIA.

Revista de Medio Oriente: Respecto al tema de Latinoamérica, ¿cómo se puede explicar que “amigos de Argentina”, como Brasil, Venezuela, Bolivia, den cobijo y digan que Ahmadinejad es “su amigo” pese a que Argentina innumerables veces ha denunciado internacionalmente a Irán como responsable del atentado a la AMIA?

Pilar Rahola: Yo tengo mis dudas que la Revolución bolivariana sea amiga de nadie, fundamentalmente es amiga de sus intereses y a Argentina la utiliza casi desde una forma estrictamente colonial, Hugo Chávez tiene una mirada colonial respecto a Argentina. Intenta de alguna forma dominar la vida política argentina, intenta dominar la vida mediática argentina, intenta comprar con dinero voluntades y por tanto, en consecuencia, yo creo que fundamentalmente es un auténtico imperialista, con una concepción imperial, que cree que Buenos Aires es la capital de Venezuela. Tengo mis dudas de que tenga una mirada amistosa y, en cualquier caso, sería dormir con el enemigo, dormir con Hugo Chávez. Pero, por otro lado, a mi no me sorprende en absoluto que Hugo Chávez sea amigo de Ahmanidejad porque tiene los mismos planteamientos ideológicos en temas centrales, lo cual me recuerda que la extrema izquierda siempre ha coqueteado con cualquier otro extremo. Si miramos al mundo desde la perspectiva de la libertad, si ponemos en medio del mapa la libertad, en la extrema izquierda y en la extrema derecha encontramos el mismo odio: el odio al libremercado, el odio a la libertad de expresión, el odio a las concepciones occidentales de la vida, muy a menudo el odio al debate, son dos procesos dogmáticos, el desprecio profundo a la vida, han establecido ambos dictaduras terribles que han matado y mucho. Por tanto, no es extraño que esa misma extrema izquierda que ha coqueteado ideológicamente con la extrema derecha, aunque se combatan, lo haga con el extremo islamismo que también odia a Occidente, también establece dictaduras brutales y también desprecia profundamente todo aquello que nos define como sociedades libres. Ahmadineyad y Chávez se parecen: odian a los judíos, odian a los occidentales, odian las democracias más solidas del planeta (Israel y Estados Unidos), desprecian el debate público, desprecian la oposición, desprecian la libertad de comercio, desprecian la propiedad privada, todo aquello que nos define como sociedad. De manera que a mí en el fondo me parece normal que Dios los crie y ellos se junten. Por otro lado, el odio a Estados Unidos que forma parte de esa misma patología de odio a la libertad y el odio a Israel los unifica mucho más. Pero en el fondo Hugo Chávez es un tramposo, es un dictador de pacotilla que tiene la enorme suerte de estar sentado sobre un barril de petróleo. Es un tipo inculto, ignorante, absolutamente intolerante, un viejo golpista que desprecia profundamente la democracia y que usa los resortes democráticos para destruirla. Espero que los dirigentes, el mundo intelectual y el mundo que piensa y que opina en la Argentina nunca piensen que un tipo como éste es su aliado, porque este tipo es un vampiro que compra voluntades pero también te lleva la sangre. A mi me preocupa profundamente los lazos de amistad del Kirchnerismo con Hugo Chávez. Por otro lado, tengo que decir que una parte pequeña pero muy ruidosa del activismo de extrema izquierda argentina también es amigo de Ahmanidejad, empezando por los Quebracho y acabando por las Hebe de Bonafini o por los D´Elia. Todos estos están bajo las urbes del Kirchnerismo, de manera que en el fondo todo acaba siendo bastante normal, ¿no?. Cuando un estudiante universitario, miembro de Quebracho, llega a gritar a favor de Irán, que es una dictadura que mata homosexuales, mata disidentes, mata estudiantes, mata mujeres, que exporta terrorismo, que estuvo vinculado a la muerte de argentinos a través de atentados terroristas, cuando un grupo de estudiantes argentinos gritan a favor de Irán son la demostración pública de la locura de la izquierda cuando se vuelve loca. Es decir, en nombre de la libertad, aman las cadenas. En nombre de la libertad, odian la cultura y, por tanto, aman el fanatismo y en nombre de la libertad, aman a sus peores enemigos.

Revista de Medio Oriente: Justamente América Latina ha sido históricamente receptiva a Israel o por lo menos neutral en lo que refiere al Conflicto. En los últimos años se advierte que hay un cambio, ¿a qué atribuís este cambio de postura frente al tema de Israel?

Pilar Rahola: Yo creo que lo primero que le ha complicado la vida a Israel ha sido que el fenómeno islámico ha crecido y también ha crecido el poder geopolítico y por tanto geoeconómico y geoestratégico de todas las dictaduras del petrodólar. Es decir, globalmente el poder económico y político se ha desplazado y aquellos países que tenían una voz y un peso específico en los paradigmas del mundo, como sería Estados Unidos, la propia Europa globalmente y por tanto también todo el mundo occidental, incluyendo Latinoamérica, se ha desplazado hacia el sudeste asiático, en una parte importante de Asia, como el mundo chino que tiene también sus propias reglas pero que no es democrático, y muy especialmente también al peso específico que tiene el mundo islámico en la economía del mundo. Nuestro bienestar occidental depende del petróleo, es decir cada segundo damos millones de dólares a gente que no ama la democracia, lo cual significa que un pequeño país de nada, que no tiene ningún peso específico ni en lo económico ni en lo estratégico, que lo único que da al mundo son Premios Nobel, científicos y un conflicto complejo por resolver resulte un incómodo amigo que además dificulta las relaciones con los amigos importantes amigos que nos garantizan el bienestar. ¿Para qué ser amigo de Israel si uno puede ser amigo de las grandes fortunas islámicas, ninguna de las cuales es amiga de Israel? Es decir, ir a favor de Israel te crea problemas, ir en contra sale gratis. Yo creo en el fondo tiene que ver también en parte con esto que los gobiernos tienden a defender sus intereses lógicamente. Se dice que la política internacional no tiene amigos, tiene intereses y no tiene nunca valores, tiene intereses. Juntamente con sociedades que lo que quieren es vivir bien, se hayan alejado de un pequeño país que si no existiera complicaría menos las cosas y se haya acercado a los grandes países que pueden comprar un campo de fútbol, te pueden comprar el hotel cinco estrellas más importante de tu ciudad, te pueden resolver la vida por mucho tiempo de tu sociedad y te pueden subir o bajarte el petróleo y destrozarte la economía. ¿Para qué ser amigo de Israel? Israel hace mucho ruido en el mundo, a su pesar, pero no le facilita la vida a nadie ni a los que lo defendemos, siempre estamos con problemas. De modo que entiendo que no solo en Latinoamérica sino también en Europa e incluso en los Estados Unidos esté variando la actitud respecto a Israel porque, si mañana Israel desaparece con sus 7 millones de habitantes, muchos aplaudirán públicamente, otros muchos aplaudirán en su casita y otros dirán “Pobrecitos pero mejor”.

Revista de Medio Oriente: ¿Y qué ocurre con España?

Pilar Rahola: España es un país enormemente contradictorio: por ejemplo odia a los israelíes pero también odia a los musulmanes. Lo voy a decir mejor: ama a los jeques musulmanes porque traen dinero. Cuando viene un jeque islámico a Marbella y se trae 50 mujeres esclavas, 400 servicios y 3.000 coches de lujo, está todo el mundo encantado porque ese no es un musulmán, ese es un rico. Pero cuando viene un musulmán pobre, que trabaja donde puede y cómo puede, a ese se lo mira con recelo y generalmente hay bastante racismo. De manera que España es contradictoria en este sentido. Sin embargo, odia más a los judíos de lo que odia a cualquier otro porque el judío encarna un montón de prejuicios históricos que vienen por supuesto del pasado antisemita español que empieza con el catolicismo y acaba donde acaba pero viene también porque la izquierda más dogmática, que en Europa se ha reciclado, en España aún no se ha reciclado. España llega tarde a todo, en parte también porque 40 años de dictadura nos alejaron de los debates internacionales y hace que el antisemitismo de izquierda, el mediático y el histórico se junten y haya un lío mental muy considerable. Entonces, realmente, el antiisraelismo en España es casi socio fundador de la modernidad española y combatirlo es muy complejo, yo creo que es el país más antiisraelí de Europa, no del mundo, y en parte también es el más antijudío porque todo se confunde, nadie conoce a los judíos españoles porque son poquitos, porque tienen bajo perfil.

Revista de Medio Oriente: Yo fui a la Comunidad [Lubavitch] para un Kabalat Shabat y eran 50 o 60 personas y muchas medidas de seguridad.

Pilar Rahola: Porque la Comunidad Lubavitch ha sufrido cada vez que ha habido manifestaciones contra Israel, se le ha roto algunos vidrios, se le ha tirado alguna cosita bonita, algún coctel molotov, han pasado cosas. Háganse ustedes una pregunta: ¿quién imparte terrorismo en el mundo? Los fundamentalistas islámicos. ¿Quién tiene que estar protegido en el mundo? Las sinagogas. No hay ninguna mezquita que necesite policía, nadie se dedica a matar a ningún musulmán a pesar de que una parte del mundo musulmán, el fanático, nos mata. Israel no mata a nadie y sin embargo tienen que estar protegidos sus lugares de culto. Esta es la locura del mundo. Son fundamentalistas islámicos los que nos matan y son ellos las víctimas en las sociedades occidentales, es una contradicción increíble y caemos en esa trampa.


Pilar Rahola habla sobre la Argentina, el Islam y las políticas de la juventud en nuestros días.

Revista de Medio Oriente: Justamente te iba a preguntar esto: el tema de los pilotes. Vos vas a Buenos Aires y podes advertir donde hay instituciones judías a partir de los pilotes. Yo me hice la pregunta de si poniendo pilotes y construyendo estos sistemas de seguridad no estamos haciendo lo que los terroristas quieren que es marcar a la comunidad judía, señalarla, decir que es diferente.

Pilar Rahola: Es cierto pero la comunidad judía está marcada. Es decir, hoy estamos ante una yihad global, la línea de fuego de esta guerra es el mundo, el planeta Tierra. Han tomado el mapamundi, lo han puesto sobre la mesa y han dicho “¿Cuál es nuestro objetivo?” “El mundo. El mundo como conquista, el mundo como ideal y el mundo como campo de batalla”. ¿Quién es el que está en la línea de fuego en la batalla? El judío, por muchos motivos. Primero porque la muerte de un judío es siempre culpable. El judío es siempre culpable de algo. Si matan en una sinagoga, la gente va a decir: “Claro, como hay el problema con los palestinos”. Habrá siempre un poquito de culpa, la víctima judía tiene algo de culpa siempre. Si mueren unos niños en unos autobuses de Jerusalém, “Claro, ¿cómo no va a pasar?”. Algo de culpa tienen. Cuando Daniel Pearl muere, yo recuerdo los artículos diciendo: “Pero claro… ¿cómo se le ocurre hacer de periodista en Pakistán siendo judío?”. La culpa es suya… ¿Por qué se mueve de su casa? ¿Por qué va por el mundo? ¿Por qué hace de periodista?. El culpable no es el asesino sino que la víctima tiene algo de culpa y, evidentemente si tú eres judío, estás en la primera línea. Luego están todos porque al final esta guerra mata a todo el mundo y, principalmente por facilidad, ha matado más musulmanes que a nadie. Cada día hay musulmanes que mueren en manos del fundamentalismo islámico en Irak, Afganistán, en las montañas de Pakistán.


Revista de Medio Oriente: Y no salen en ningún diario…

Pilar Rahola: Salen pequeñito en la CNN o en la Fox salen abajo. En nuestros países, en España y en Argentina, ni en eso salen, ¿para qué van a salir?. En España y en Argentina, nos gustan las víctimas palestinas solamente. Esas salen en el titular y en la portada. Treinta muertos en Afganistán saldrá en un breve en la página 20 si es que tienen suerte. En parte porque no los han matado ni los americanos ni los israelíes. En nuestros países sólo nos interesan los culpables israelíes y las víctimas palestinas o los culpables americanos y las víctimas que caen bajo sus balas. Cuando las víctimas son, por ejemplo musulmanes que caen bajo manos de terroristas islámicos, no interesan a nadie. También porque el periodismo se ha pervertido profundamente en parte por comodidad, en parte por prejuicios, en parte por miedo. No olvidemos que el miedo hoy forma parte de nuestra vida y ¿qué periodista quiere jugársela? ¿Qué periodista quiere estar en la diana? ¿Qué periodista quiere tener un perfil alto y hablar incorrectamente y jugársela y enfrentarse? ¿Quién? ¿Qué político? Vivimos en un mundo de miedo. Se hacen unas caricaturas de Mahoma y los pobres dibujantes daneses tienen que vivir toda su vida escondidos. Hay un tipo que dice una tontería en una iglesia en Estados Unidos y queman iglesias por si acaso en Pakistán o en Egipto o matan a una monja. Vivimos con miedo. Un seminario muy famoso de España que se llama “El jueves”, que es el diario que sale el miércoles, cuando pasó lo de Mahoma se veía a un dibujante con su mesita diciendo “Queríamos dibujar a Mahoma pero nos hemos cagado” (risas). Perdón por la expresión pero resumía el estado de ánimo del mundo. ¿Por qué podemos reírnos de la religión católica? ¿Por qué podemos hacer una viñeta con un rabino sin ningún problema porque nadie va a venir a matarnos pero no lo hacemos sobre un imán? Porque tenemos miedo. Antes decía en “El Quijote”: “Con la Iglesia hemos topado Sancho”, esto hace muchos siglos que no ocurre. Hoy podemos decir “Con el Islam hemos topado Sancho” y ese Islam nos ha recortado nuestros derechos no en sus países, en los nuestros porque ha impuesto el miedo.

ReVista de Medio Oriente: Pilar, tú nos recuerdas a Don Quijote pero en femenino.

Pilar Rahola: El siglo XXI permite que ese Quijote sea femenino

Revista de Medio Oriente: Después de todo lo que fue la Dictadura militar, percibimos que la sociedad argentina, y principalmente la juventud está muy apática, cuesta mucho involucrarse…

Pilar Rahola: Y los que se involucran lo hacen mal a veces. Hay mucho joven estudiante universitario que tiene la cabeza como un lío y que cree que las causas que está defendiendo son las suyas, cuando en realidad son las causas que le han impuesto los viejos revolucionarios de la década del 60 que se han quedado colgaditos en esas revoluciones fallidas, se han mantenido en las cátedras universitarias y han llenado las cabezas de líos a una cantidad de jóvenes enormes. Hay un montón de tipos que aún están durmiendo con el póster del Che Guevara y ese póster tiene un lío mental considerable en el siglo XXI. ¿Tú crees que valen la pena las universidades? Yo siempre que me dicen voy pero mi experiencia con el mundo universitario es que lo que consigues es movilizar a los cuatros anti, que se te pongan en las primeras filas, te monopolizan las preguntas, te hunden y los otros que van son los convencidos. Es una pérdida de energía, yo creo más en los medios que en la vida universitaria. Antes pensábamos que las universidades era la cuna de la inteligencia, puede que aquí (por Estados Unidos) pero en Buenos Aires no y te aseguro que en Barcelona tampoco. Yo he dejado de ir a las universidades, ¿para qué? Es un circo, están los típicos que quieren tener su momento de gloria, te montan un espectáculo. A mí no me importa, yo he estado en la Universidad pública de Caracas, tenía a media FARC adelante. Otra cosa es que los profesores universitarios agarren un artículo tuyo y lo sometan a debate, esa es otra historia pero ir al Aula Magna a pelearte… vas a ser el objeto de gloria de los más locos, los más gritones, porque van a decirte “Sionista”, “Pobres palestinos” y además con gente que es imposible debatir porque están cerrados. Yo he sido una estudiante muy revolucionaria en mi época, luchando contra la dictadura de Franco, con 15 años iba a manifestaciones, no sabía a dónde iba ni tomar el metro pero llegaba con un grupo de amigos. Mi primer gran amor fue en una manifestación en la Plaza Universidad, llegué con un grupo de amigos mayor que yo, llegó la policía, todo el mundo empezó a correr, yo me asusté, no sabía volver y de golpe en una portería un chico con barba, alto, guapo, me tomó, me abrazó, me escondió y me quedé enamoradísima del tío que nunca más volví a ver en mi vida. Mi experiencia es de un activismo político desde muy joven porque creía en las libertades, porque vivíamos en una dictadura, por muchas cosas. Sin embargo, yo creo que en las democracias, el activismo universitario está generalmente bastante enloquecido. Hoy en día ese ruido universitario, esa implicación universitaria tiene que ver muy a menudo con las ideas más enloquecidas que con ideas de libertad. Yo tiendo a admirar más al estudiante que se prepara para ser un gran profesional para su país, que es culto, que es tolerante, que es inquieto, que trabaja seriamente porque al fin y al cabo su sociedad le está dando una oportunidad extraordinaria que aquel que se pasa el tiempo queriendo cambiar el mundo. Depende, si lo quiere cambiar para bien lo aplaudo pero si lo quiere cambiar para mal como tantos locos que hay por ahí, no sé que decirte.

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