Nunca pensé que dejar de ser un progre idiota para convertirme en un liberal tendría tantas consecuencias. Ser tildado de facho es la más estúpida. Pero me indigno al descubrir que casi todos los referentes del arte y la cultura que siempre admiré y respeté son en verdad unos imbéciles resentidos. Están que trinan porque Macri está haciendo bien las cosas y eso los hace sacar a relucir todo su resentimiento y autoritarismo.
Ya no hay discusión que no termine reduciéndose a una posición política. Ya no hay libro de ficción, película, canción o pieza artística que no me parezca de una puerilidad increíble, con esa obsesión por la contracultura, la "lucha" contra el "sistema" y el rescate de la marginalidad como último bastión de pureza antimoderna, aquello que el Rozitchner que sirve llama "pobrismo", entre otras futilidades.
¿Cuántos años van a pasar para que la sociedad cambie este paradigma de pensamiento adolescente y se decida a crecer en serio?
Mi escándalo llega hasta al punto de intuir que incluso preferiría ver a Guiliani en la Casa Blanca y no a un progre demócrata. Y me encantaría que Sarkozy fuera más a fondo con sus reformas y que no termine todo en escándalos mediáticos y cambios cosméticos. Espero que el realineamiento de Francia con EE.UU. e Inglaterra, más el aporte de Alemania y -quién sabe- Brasil le permita a Occidente recuperar la iniciativa perdida. Y que por ahí, en una de esas y medio de pedo nosotros entendamos de una vez qué es lo que tenemos que hacer.
Saludos.
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