La confusión entre “ley natural” y “ley-tabu”, tal como lo señala Popper es la condicion básica de la sociedad tribal. Creer que las mismas determinantes naturales que hacen que al dia le siga la noche, obligan, por ejemplo, a recluir a la mujer los dias de menstruación o a comer el corazón del enemigo para absorber su valentía. La ley humana – caprichosa, arbitraria- se equipara así a la ley natural, para ganar legitimidad y unanimidad en su acatamiento.
Cuando al fin la Ciencia separó le Ley natural de las normas sociales, liberando al hombre de la dependencia de esas supuestas leyes eternas, se cayó en el extremo opuesto: solo hay leyes en el universo…pero en el ámbito humano, simplemente, NO hay leyes, no hay regularidades, nada determina nada. Es el reino de la libertad y lo relativo.
Durante siglos la Humanidad sufrió el primer tipo de dictadura, la dictadura de los tabues tradicionales y, en Civilizaciones clásicas, la dictadura de la casta sacerdotal.
Desde hace un par de siglos, sufrimos la segunda distorsión: nada es cierto, todo es verdad y mentira al mismo tiempo, todo puede cuestionarse, nada es firme. La ciencia no existe, es solo una retórica al servicio del Poder. Solo existe la Política, no hay Verdad.
¿No hay leyes?
Dice Von Mises:
“Hay algo que es absolutamente válido para todas las acciones humanas, prescindiendo del tiempo, el lugar geográfico y las características raciales, nacionales y culturales de los individuos actuantes. No existe acción humana que pueda considerarse sin hacer referencia a categorías tales como fines y medios, éxito y fracaso, costos, ganancias y pérdidas. Lo que Ricardo describe en su ley de asociación, más conocida como ley de costos comparativos, tiene validez absoluta para cualquier tipo de cooperación humana voluntaria en el marco de la división del trabajo. Lo que describen las leyes económicas, que han sido objeto de tanto escarnio, es precisamente aquello que ocurre siempre y en todo lugar si están presentes las condiciones especiales que esas leyes presuponen. De buen o mal grado, la gente se da cuenta de que hay cosas que no se pueden lograr porque son contrarias a las leyes de la naturaleza, pero es reacia a admitir que existen algunas que ni el gobierno más poderoso es capaz de conseguir, porque son contrarias a las leyes de la praxeología. “(…)
“Su gran proeza [ la de los economistas clásicos] fue el descubrimiento de que en la concatenación y en la secuencia de los fenómenos del mercado predomina una regularidad comparable con la que existe en la concatenación y secuencia de los fenómenos naturales. “
Eso es inadmisible para los relativistas que vienen a decirnos que no hay Verdad, que todo es un siniestro juego de poder. Nuestros gobernantes están especialmente de acuerdo en que debe abolirse la odiosa Ley de la oferta y la demanda, para lograr así el Paraíso en la Tierra: que todos los bienes cuesten un peso, que haya oferta infinita , que no haya que ahorrar, es decir posponer la gratificación inmediata, que no haya que cumplir los acuerdos, que no haya normas., que como sabemos, son relativas. Solo la Felicidad del Pueblo para siempre. No entienden la diferencia entre leyes objetivas y leyes dictadas por el Poder. Creen que un Presupuesto puede inventar la realidad, crear riqueza. Asi gobiernan, bajo el sueño de la ignorancia.
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