Israel y Colombia

Publicado en NOTIAR


Escribo bajo la impresión de los acontecimientos de Colombia y de Israel. Ya lo dijo Chávez: “quieren convertir a Colombia en el Israel de América Latina”

Las tácticas son extremadamente similares

- La prensa internacional NO menciona los miles de cohetes que cayeron en Israel, enviados desde Gaza en el último año. Imaginemos, por un instante, que Uruguay recibe, de parte de algunos fanáticos de Gualeguaychú, veinte o treinta cohetes diarios, dirigidos a Fray Bentos y alrededores. ¿Qué haría en ese caso Uruguay?: ¿Sentarse a negociar, proveerles de electricidad y agua – como Israel a Gaza- o prepararse para cortar militarmente esa agresión, en vista de la pasividad del gobierno argentino?
- La prensa internacional no recuerda los mil muertos que produjeron las FARC en los últimos años. Solo se menciona la situación de los secuestrados y se ruega por un acuerdo de paz. Como decía Borges” señores delincuentes, empiecen ustedes”. Rendición incondicional de las FARC, por ejemplo.


- La prensa internacional acusa a Israel de “invadir Gaza”, pero no a Hamas de atacar a Israel desde Gaza
- La prensa internacional y los presidentes de varios países repudian la avanzada colombiana sobre Ecuador, pero no señalan el atentado a la soberanía de Ecuador que significa la instalación de campamentos guerrilleros en su territorio.


- La prensa internacional no critica la benevolente actitud de Hamas hacia los que arrojan misiles
- La prensa internacional no critica la indulgencia de Ecuador y de Venezuela, que “dejan hacer” a las FARC desde sus territorios. No se condena tampoco, el homenaje emocionado que le brindó Chávez al guerrillero muerto.

(España no necesita invadir Francia para matar a guerrilleros de la ETA; Francia se encarga de encarcelarlos: así se comportan los países democráticos. Francia no le rinde homenaje a los etarras muertos en enfrentamientos con la policía española, Francia no “deja hacer “ a la ETA, la combate)

- Colombia decidió, en contra del derecho internacional pero a favor de su defensa nacional, atacar puntualmente a un enclave guerrillero en territorio extranjero. Merece posiblemente una condena y un apercibimiento, no una guerra. Pero después de 40 años de sufrimiento, miles de secuestrados y muertos, la oportunidad de asestar un golpe mortal a la jefatura de las FARC fue más fuerte que las razones de derecho.

- Israel no pide permiso a la ONU para atacar Gaza. Ha sido condenada por ello, infinidad de veces. Pero mientras no haya una solución a su problema de seguridad, seguirá violando la ley internacional. Prefiere violar esa legalidad a desaparecer bajo las bombas enemigas. No tiene opción.


- Pareciera que existe un “derecho a la resistencia” que exculpa a los guerrilleros, sean de las FARC o del Hamas y en cambio, obliga a los estados atacados a ser como monjas de la caridad, incluso dando la otra mejilla a sus agresores. Si un Estado “reprime” a un grupo guerrillero debe hacerlo bajo la presión y control internacional; si un grupo guerrillero asesina a quince soldados, el tema se publica en pagina veinte, sin mayor significación. Una muerte guerrillera pesa más que un simple soldadito colombiano o israelí; debe ser explicada, justificada, defendida ante los ojos internacionales.

Sí, Colombia e Israel empiezan a compartir un destino similar: ambos serán objeto de repudio por parte del progresismo internacional, serán, por siempre, los malos de la película, los represores. El hecho de que luchen por su sobrevivencia les tiene sin cuidado a los críticos. Que planean homenajes a los “resistente, rebeldes, insurgentes”, o sea a los terroristas, narcoguerrilleros, secuestradores, torturadores.






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El Tiempo, de Colombia


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