FARC HAMAS ETA

Como si se hubiesen puesto de acuerdo,los terroristas acaban de asesinar a civiles inocentes. No se trata de errores, de efectos secundarios no deseados, de daños colaterales como en el caso, claro, de los ataques israelíes a los guerrilleros de Gaza.
Se trata de que son los civiles, exactamente, los objetivos de guerra de las guerrillas: ni militares , ni policías, ni políticos: solo civiles, a secas (a menos que ser ex concejal de un pueblo vasco sea un crimen de guerra que debe ser castigado; en el caso de los estudiantes del Talmud, se sabe lo peligroso que son esos judíos ortodoxos, los colombianos –obvio- son todos objetivo de guerra de las FARC).
Mientras el mundo condena consternado la muerte de un hiperasesino de décadas, y el presidente colombiano es obligado a humillarse pidiendo perdón, nadie se conmueve demasiado por el crimen del ex concejal o de los religiosos judíos. Forma parte de la normalidad de las cosas ( algo habrán hecho, es la respuesta natural a los ataques de Israel o a la falta de independencia del Pais Vasco, a la que España se niega, etc.). Un tema menor.
Aca lo importante es dejar claro que un Estado NO tiene el derecho de hacerle la guerra a los que se la han declarado, a los que matan, secuestran, torturan, cobran impuestos “revolucionarios”, o – caso Hamas - reciben generosas contribuciones de estados árabes.
Israel debe resignarse a recibir veinte misiles diarios, Colombia a que le secuestren miles de ciudadanos por año y España debe permitir la cuasi-independencia de las Vascongadas. Ese es el eje de discusión. “Canje humanitario” significa en este contexto, “entreguemos todo los que los guerrilleros exigen, solo así habrá paz y Hamas liberará al soldado secuestrado Shalit, y las FARC a Ingrid Betancourt. Démosle la victoria, que así obtendremos la Paz”.
Se declaran vencidos antes de luchar.