martes, octubre 28, 2008

Bianchi o Maradona: Civilización o Barbarie

Argentina, rumbo a su desastre final, acaba de nombrar a Maradona como DT de la Selección. Se desecha a Bianchi – posiblemente el mejor entrenador del mundo- en beneficio del marketing barato, de la fuerza del puro sentimiento, de la movilización de las masas como método.
En consonancia con un país que evita puntillosamente toda medida racional de gobierno- que mantiene cortado un puente internacional desde hace dos años, que intenta subir impuestos como lo hacía el Rey Absoluto, que incumple compromisos, que se apropia del ahorro privado depositado en las AFJP, que niega la crisis, etc- en consonancia con un estilo personalista, aniinstitucional, caprichoso y repentista, vamos camino ahora a la no clasificación al mundial , junto con el aislamiento internacional. Uno es consecuencia de lo otro.
O yo no entiendo nada o creo que la falta de disciplina, el capricho, la irreflexión, el amiguismo, la arbitrariedad y el fanatismo del “Diego” harán fracasar miserablemente a la Selección . Los que creen en brujos, estarán contentos. Los que creemos que hay algunas leyes que conforman los procesos humanos y que no pueden ser salteadas sin resultados negativos, estamos de duelo. No por un simple juego deportivo, sino por el carácter simbólico que adquiere este nombramiento: el premio a la falta de voluntad, al amiguismo, al exceso, la enfermedad, la ignorancia, la exageración, la incultura, a la barbarie.
Ojalá me equivoque.


Recibido hoy:
Esteban: queremos contarte que por el contenido, el formato y la presentación de tu nota: "Bianchi o Maradona: civilización o barbarie" afín al espíritu de convocación de la multivocidad que identifica a Igooh, ha estado destacada en la portada de la página y puedes verla en la imagen que te adjuntamos.

Agradeciendo tu participación, recibe un cálido saludo de parte de esta aldea que pintamos, creamos y recreamos día a día.

Igooh

viernes, octubre 24, 2008

Contradicción principal y contradicciones secundarias

Lo único que puede rescatarse de Mao -posiblemente el dictador más cruel de toda la Historia de la Humanidad, incluyendo a Hitler, Stalin y Pol Pot- es su teoría de las contradicciones, aquella que dice: “Existen muchas contradicciones en el proceso de desarrollo de una cosa compleja; entre estas, una necesariamente es la contradicción principal; su existencia y su desarrollo determina o influencia la existencia y el desarrollo de las demás”.
(…)
“De este modo, si en cualquier proceso existe un número de contradicciones, sólo una de ellas es necesariamente la contradicción principal, la que desempeña el papel dirigente y decisivo, mientras que las demás son secundarias y subordinadas”.

Es irrebatible y económica esta fórmula. Tiene una belleza casi matemática.
Pero…el problema, el “pequeño inconveniente” que nadie sabe cual es la “contradicción principal” en un momento y situación específica.

Por ejemplo, Argentina 1880-1910.

Para Alberdi, por ejemplo, la contradicción principal había sido, en la etapa de la Independencia, “Argentina Vs. España”, que fue transformándose de hecho en “Argentina Vs. El mundo” . Pero cuarenta años después, la contradicción principal era, según el tucumano “Argentina aislada o Argentina integrada al mundo” , “Argentina con leyes que impidan la inversión extranjera Vs. Argentina con leyes que faciliten la inmigración e inversión europea”, “Argentina con una sociedad pobre y un Estado poderoso-heredero de la Corona-, o Argentina con una Sociedad rica y un Estado limitado”. En la mejor tradición evolucionista, Alberdi supo determinar con exactitud qué contradicción dominaba en cada etapa histórica.
Su visión fue certera. Argentina atrajo en tres décadas a diez millones de inmigrantes, multiplicó por 100 su capacidad exportadora y se transformó en una economía importante a nivel internacional. Después de EEUU, fue el país que más inmigrantes atrajo: la demanda compraba la “marca Argentina”, desechando a otros países americanos. Eligiendo el más abierto, el más moderno, el que más potencialidad ofrecía.

Pero, para los revisionistas, peronistas, marxistas ( especialmente el subgénero, “izquierda nacional”) en ese mismo período la contradicción principal era entre “Nación e Imperio,” ente “Pueblo y Oligarquía”, entre “Buenos Aires unitaria Vs. Interior federal”, entre “Cultura Nacional Vs. Cultura europeizante” o entre “proletarios Vs. millonarios”.
Por ejemplo, Ernesto Palacio, un revisionista clave, se queja de la inmigración: “En 1910 no solo la mayoría de las chacras sino la casi totalidad del pequeño comercio estaban en manos de extranjeros (…) Todo ello contribuía a formar una población excesivamente heterogénea (sic!), cuya amalgama posterior (sic!) constituía un problema de solución difícil (sic!)”
“El programa de Caseros se cumplía, en efecto. Todo lo nacional estaba a punto de desaparecer”, llora el historiador: está claro que la contradicción principal es para él, entre una Nación, tradicional, aristocrática, federal, católica enfrentada a una elite europeizante, antinacional, expoliadora de la verdadera aristocracia originaria de los conquistadores.

Hernández Arregui, uno de los mitos del “pensamiento nacional y progresista” no tiene problemas en afirmar que la inmigración trajo...demasiados judíos. Dice: “Estos grupos extranjeros no latinos actúan en Buenos Aires, la ciudad puerto y contribuyen a su cosmopolitismo (sic) , más que por su número, por los controles culturales (sic) que disponen. La inmigración judía, en la Argentina, es una de las mayores del mundo (mmm…) …Se calcula que esta población oscila entre los 450.000 y los 750.000 judíos (aj!). La mayor parte radicada en la Capital Federal. Ligados al comercio, a las finanzas, a la industria en sus diversos niveles económicos, a la construcción, al libro, al periodismo, a la Universidad, a las actividades artísticas y a las profesiones liberales, su influencia financiera y política está conectada a los focos internacionales (sic!) de propaganda y control culturales (sic)…el poder internacional del judaísmo vincula estos grupos étnicos, en forma poco visible pero real y organizada a escala mundial (sic: “la conspiración judeomasónica”) al imperialismo (sic), particularmente norteamericano, del cual el sionismo no es más que una variante con su foco en Israel (sic, en la linea del antisemitismo más clásico: la defensa de la Nación frente al cosmopolitismo; y del más moderno, el “antisionismo progre”)
Para H. Arregui está claro que los judíos forman parte de la contradicción principal, entre Nación e Imperialismo, y operan como una quintacolumna imperial.

Volviendo a Mao: como el encuadre, la definición de “cuál es la contradicción principal”, es innegociable y define el sentido de una propuesta política, podríamos caer en el más crudo relativismo y decir “Hay tantas contradicciones principales como proyectos políticos, Sr. Mao”. O sea, el esquema “lógico” es interesante, ya que genera una comprensión de la coexistencia de diversas contradicciones que operan simultáneamente y que, sin una guía, una jerarquía, pueden desbarrancarse al caos. Pero en esa complejidad, acertar con la contradicción principal es , justamente, la pretensión fatal, como diría Hayek. Una petición de principio, un supuesto, un prejuicio, una hipótesis que se intenta comprobar anulando las pruebas que la contradicen.
Una trampa de la Razón.
No dejemos que nadie nos cuente cual es la contradicción principal: seguramente nos está vendiendo carne en mal estado.

domingo, octubre 19, 2008

Excelente artículo de la venezolana Ana Julia Jatar

Crisis y socialismo del siglo XXI

Por Ana Julia Jatar el Oct 18, 2008


Hay quienes interpretan la actual crisis financiera como el final del capitalismo que predijo Marx y el que tanto espera ver Fidel antes de morirse. Quizás por ambas razones el Gobierno de Venezuela, en otro arrebato de estupidez, salió a pedirle al Fondo Monetario Internacional que se “suicide” y a darle al presidente Bush la bienvenida al socialismo del siglo XXI. Con otras palabras, algo similar han dicho Argentina y Ecuador. Sin embargo, las consecuencias de este vendaval económico que ya golpea al mundo entero ni reivindicarán el retrógrado socialismo de esos gobiernos, ni acabarán con el capitalismo. De hecho, el sistema saldrá fortalecido con las nuevas regulaciones que surjan y con las lecciones que se deriven de aquellos sistemas económicos que demuestren mayor resistencia ante la adversidad.

En este contexto resulta curioso que países como Argentina, Ecuador y Venezuela, que se regocijan con las malas noticias de Wall Street y que siguen la lógica económica aislacionista a-la-Chávez, están hoy en una situación mucho más vulnerable para afrontar la crisis mundial que los países latinoamericanos que han preferido otro rumbo como Brasil, México, Colombia, Chile y Perú. Estos han seguido un camino distinto de respeto a la inversión extranjera, de relaciones cordiales con las instituciones multilaterales, economías más abiertas, con tipos de cambio flexible y con disciplina fiscal. Es cierto que en medio de esta turbulencia el riesgo país ha crecido en todas las economías emergentes, pero mientras en los aislacionistas ha subido más de diez puntos porcentuales, en los países más abiertos ha aumentado sólo tres. Además, en estas economías la flexibilidad se ha traducido en una depreciación cambiaria que protege a la vez el dinamismo del sector exportador y de la economía en su conjunto. Por contraste, los aislacionistas, que gastaron a manos llenas durante la época de las vacas gordas, se verán obligados a recortar el gasto justo cuando la economía se les está deteniendo, lo que agrava aun más la recesión, cosa que no tendrán que hacer los países más prudentes. Los gobiernos que auguran el derrumbe económico del capitalismo mundial no se dan cuenta de su gran vulnerabilidad. Se financian con impuestos a las exportaciones de materias primas como el petróleo y la soya, cuyos precios se están desplomando. A la vez, tienen las tasas de inflación más altas de la región, con unas cuentas fiscales altamente deterioradas.

Argentina, Venezuela y Ecuador, al defender un tipo de cambio fijo con respecto al dólar, han visto súbitamente afectada su competitividad frente a sus socios comerciales de la región, cuyas monedas se han depreciado. Pero a pesar de que el problema se resolvería devaluando, no se atreven a hacerlo porque se les dispararía la ya muy alta inflación y acabarían con la única ancla creíble de unos bancos centrales absolutamente desprestigiados.

Cuando pase este huracán financiero se verán las estructuras que resistieron los vientos.

Esto se notará más temprano que tarde porque si bien los mercados financieros están en problemas, la economía real da muestras de desaceleración pero no de derrumbe. Después de haber crecido 1,5% este año, se espera que la economía norteamericana se estanque en el 2009, pero los pronósticos son de recuperación para el 2010. En síntesis, pareciera que el más afectado por la supuesta crisis “final” del capitalismo, es más bien el socialismo del siglo XXI.

viernes, octubre 17, 2008

La crisis socialista

Hay un pueblo al cual la actual crisis financiera le da risa. El pueblo cubano sufre desde hace décadas la "crisis socialista", menos espectacular pero mucho más letal que los temblores de wall street.

Del blog cubano "sinEVAsión"


A medida que han transcurrido los días desde el paso de los ciclones Gustav y Ike se han ido acentuando las carencias. La escasez de alimentos, que ha traído consigo la ausencia de los vegetales frescos y de las frutas en las mesas cubanas, comienza a marcar un compás ansioso entre la población que –lejos de atisbar alguna esperanza de remontar esta nueva crisis- asiste también a la virtual desaparición de otra de sus fuentes tradicionales de suministro: el mercado negro. Cierto que casi todo el mundo da por hecho que “cuando pase” la campaña de persecución desatada por las autoridades contra los mercaderes ilícitos que medran con las necesidades de la población, volverán a aparecer las oportunidades de adquirir leche en polvo, huevos, yogurt, queso, embutidos, y otros productos que se traficaban bajo el tapete, ahora deficitarios debido a la represión oficial; pero mientras tanto, algunos con más energía que otros, todos hemos debido apretar nuevamente el cinto.

Por otra parte, el establecimiento de una lista oficial de precios para productos del agro en los mercados de oferta-demanda, poco días después del paso de los dos ciclones, ha deprimido escandalosamente la oferta, aumentando así la demanda, lo que conducirá en breve a una sobreinflación, tanto en el mercado legal como en el mercado negro, tan pronto este salga de la coyuntura que ahora lo mantiene sumergido. La reciente arbitraria subida de precio del combustible también encarece directamente el transporte de los suministros desde las zonas rurales, lo que se añade artificialmente a los efectos naturales de los huracanes sobre la agricultura. Ni siquiera la torcida economía del socialismo de estado puede escapar de los mecanismos naturales de los engranajes del mercado. La “conciencia”, a la que se apela constantemente, no solo es un rubro deficitario, sino que, además, debido a su bajo valor calórico no goza de mucha demanda en la población.

Y en medio de la penuria que se extiende epidémicamente, reaparecen los personajes tipo de estas situaciones: los oportunistas, los intransigentes, los combativos, los ingenuos y los inconformes (los de antes y los nuevos, que ahora se suman porque sus cerebros están conectados al sistema gástrico). Sin embargo, el peor de los tipos, el que de verdad me colma la paciencia, es el de los alegres. Sí, porque aunque alguien lo dude, todavía quedan muchos cubanos que sufren el efecto “foca”, que con el agua al cuello y atrapados en un estanque fétido, todavía encuentran motivos para alegrarse y hasta aplaudir. Son los difusores natos de la filosofía de la miseria, los incurables huérfanos de perspectivas: En realidad no estamos tan mal, hay muchos que están peor. Filosofía que las autoridades conocen muy bien y se encargar de reforzar a través de los medios de difusión. Un tipo alegre nunca es un elemento peligroso.

El ejemplo más cercano que se me ocurre para ilustrar el efecto de esa filosofía es el de una conocida, cuyo nombre no mencionaré, quien en medio de una conversación telefónica me transmitió su realización personal del día: después de una buena caminata bajo el sol en medio del tórrido (e inhóspito) Alamar y tras una colita bastante dilatada había logrado comprar dos escuálidos macitos de cebollino. Estaba radiante y optimista. La cosa no estaba tan mala, había conseguido algo que echarle a la comida para darle sabor. Confieso que me deprimí, algo que no es propio de mi naturaleza. Pero es que no puedo comprender cómo una bonita muchacha de 30 años de edad puede considerarse exitosa a partir de la adquisición de un mazo o dos de cebollino. Lo más curioso es que esta persona tiene una entrada económica superior a la media de los cubanos, así pues, al menos en lo inmediato, está a salvo de las hambrunas y penurias que amenazan la vida de otros. Y no es que yo tenga algo contra los cebollinos o contra el derecho de los demás a disfrutar sus propias y particulares alegrías; simplemente constato en estos diminutos detalles de la cotidianidad hasta qué punto algunos individuos son manipulados, no ya solo por la represión y el miedo, sino por tener sembrada en la conciencia la inconsciencia de la propia miseria espiritual. Por mi parte, creo que nunca más podré mirar un mazo de cebollinos sin sentir una pena profunda y sincera por mi joven conocida.

La crisis perfecta

Se sabe que los geólogos tuvieron una polémica, en el siglo XIX entre los “catastrofistas” y los “uniformitaristas”. Para los primeros la Tierra se conformó mediante explosiones catastróficas, determinando el presente. Para los uniformitaristas, en cambio, hubo un parto inicial y un largo y pacifico proceso de asentamiento y cambio imperceptible de la Tierra.
En cuestiones sociales, históricas, pasa lo mismo.
Los “ revolucionarios” siempre afirman que estamos en vísperas de una pavorosa tragedia, de una crisis que nos hundirá en los infiernos de Hades…a menos que los sigamos “a ellos”, a los profetas que saben. Los más tranquilos, los uniformitaristas, creen que nada es demasiado crítico, que solo hay lentos procesos de cambio.
Confieso mi duda ante tales cosmovisiones.
Desconfío de los catastrofistas (sus visiones mezclan realidad y fantasía: hoy hablan de cambio climático, ayer predicaban la Revolución inminente) pero me parece que los otros son incapaces de ver las señales del cambio dramático, que una vez cada, digamos, tres o cuatro décadas, sobreviene. Son los que ante el Muro de Berlín a punto de caer, miraban aburridos hacia el costado pensando que “nunca pasa nada”. Por ejemplo, Churchill era catastrofista en la década del treinta: alertaba sobre las intenciones guerreras de Hitler, mientras los políticos europeos sonreían, cínicos, creyendo dominar a la bestia.
Sabemos que hace millones de años un meteorito terminó con el 97% de las especies, lo cual indica que Dios estaba distraído y su obra casi se le queda inconclusa antes de tiempo.
O sea. Que hay catástrofes: naturales y sociales.
El pensamiento liberal clásico no es catastrofista: supone largas evoluciones, siglos en los que las normas se van ajustando, en los que los hombres puestos a intercambiar comparten cada vez más un sistema normativo básico, justamente el que transforma a los mercados en espacios humanizados y libres, no en áreas de coacción a la libertad de elección.
Pero el liberalismo no pinta una fábula idílica, a la manera de la Utopía, del Mundo Feliz: hay conflictos, oposiciones, hay “destrucción creativa”, las empresas fracasan, los gobiernos intervienen más o menos, los competidores nos ganan, hay pelea, lucha, conspiraciones y batallas. En el mercado no hay certezas: las certezas se basan en la palabra, la confianza, el cumplimiento de los contratos. Cuando eso se pierde- porque algún grupo de financistas se dedica a engañar al resto, por ejemplo- el sistema tambalea. Justamente porque es un sistema muy sutil, muy poco ingenieril, un sistema humano que se basa en la confianza y en el cumplimento de los contratos. No en las órdenes de un gobierno o en el capricho de algún millonario.

En las crisis catastróficas se pierde la confianza. Los bancos se niegan a prestarse unos a otros, dejan de prestar a las familias y a las empresas.
Imaginemos, entonces, que la gente, asustada, se niega a realizar intercambios: deja de comprar lo prescindible, saca su dinero del banco, no invierte en su pequeña empresa, se refugia en el hogar, deja de intercambiar bienes.
Imaginemos que las personas dejan de “poner sentido” a las cosas. Es que, para los socialistas y los cristianos, los bienes en el mercado son simplemente “cosas materiales” que vienen a resolver necesidades básicas. Para ellos, no es una necesidad básica ponerse para la próxima fiesta la ropa más impactante, para poder seducir así a algún joven pretendiente.
Ese tipo de necesidades humanas está fuera de la lógica de los socialistas y los cristianos. Para ellos lo fenómenos del consumo: la moda, las marcas, la diferenciación, la seducción… son extravagancias de la sociedad de consumo, estupideces que sacan recursos a cosas más importantes como fábricas de acero, destornilladores, canteras o minas de carbón. Para ellos, las ferias de marcas “truchas”, que mueven millones de dólares anuales entre sectores más pobres de la población son incomprensibles.
La gente, según ellos, no proyecta “sentidos” a los bienes, a las marcas. No tiene necesidad de hacerlo, y si lo hace es simplemente porque la publicidad manipula sus almas. El “sentido” lo aportan ellos (la mística revolucionaria, el Hombre Nuevo, la Fe en la Santa Madre Iglesia, o en el Profeta)
Pero, pese a socialistas y cristianos, la gente SÍ proyecta sentidos a una gaseosa, una hamburguesa o un celular. Podemos reírnos de eso, pero no negarlo. Buena parte de la economía mundial se basa en la necesidad de la gente de tener objetos cargados de valor simbólico. Zapatillas que evoquen un estilo de vida informal, o camisetas que muestren el “lado oscuro” de la vida.
Ahora bien, en las crisis la gente se retira, por un tiempo, del juego de los sentidos asignados a los bienes. Esto significa, que se refugia en las funciones básicas – animales- (casa, comida, abrigo, seguridad) y deja de comprar lo “superfluo” (o sea, lo que nos diferencia de un cavernícola).
Los socialistas y cristianos, contentos, aplauden la “sabiduría” de la gente. Esa “sabiduría” destruye millones de puestos de trabajo, desde costureras y vendedoras de ropa de marca, hasta programadores de software para teléfonos celulares o juegos electrónicos. Parece que en esas crisis renacen los austeros monjes- el mismo Papa Benedicto dijo que el dinero es superfluo, Leonardo Boff que solo hay que comer un poco de arroz y taparse con una tela – que en vez de animar a la gente a reabrir los cauces del consumo y la producción de valor, la invitan a encerrarse aun más, propiciando así el retraso de la vuelta a la normalidad.
Los reflejos de la vieja ideología anticomercial, antidineraria, antimercado, explotan en estos tiempos todos los días en infinidad de comentarios periodísticos y en los foros de la web. Se habla de avaricia, avidez, salvajismo, falta de controles de le Estado, como las causas de la crisis.
Como escribe Juan A. García, en “La ciudad Indiana”, 1900, “Anticipándose unos siglos a Carlos Marx, San Jerónimo decía: “Como el mercader nada agrega al valor de sus mercaderías, si ha ganado más de los que las ha pagado, su ganancia implica necesariamente una pérdida para el otro; y en todo caso el comercio es siempre peligroso para su alma, puesto que es casi imposible que un negociante no trate de engañar”.
O sea: el comercio y los servicios financieros son inútiles, no agregan valor al producto, son formas de robo organizado que debe ser limitado, y en esto coinciden socialistas y cristianos.
Ese es el contexto ideológico de la “economía cristiana” que ahora esgrime el Papa contra el inmoral capitalismo: desprecio al comercio, a la ganancia, control obsesivo por parte del Estado para “proteger” a la población, “precio justo”, o sea imposibilidad de acumulación para reinvertir en más capacidad productiva. Pobreza como virtud.

O sea: en las crisis la gente se retrae, se deshumaniza, descarga sentido de los bienes y solo se dedica a resolver sus necesidades básicas. Al hacer esto- obviamente sin saberlo- condena a la economía al crecimiento cero, postergando la recuperación. Socialistas, cristianos y ecologistas aplauden, alborozados, por el fin del capitalismo, al cual vienen “matando” desde hace dos siglos, prometiendo catástrofes ineludibles y radicales.
De eso hay que escapar como de la peste. Eso nos va a condenar a un retroceso de décadas. Eso es parar la máquina (ruidosa, conflictiva, imprevisible) que ha sacado a centenares de millones de personas de la pobreza ancestral, en solo veinte años. En nombre de “valores” éticos se intenta desmontar la lógica de un sistema altamente adaptable, mutable, pero, como todo en este mundo, lejos de ser eterno. Podemos, si nos ponemos de acuerdo socialistas, cristianos, ecologistas, anarquistas, estatistas, reguladores, políticos, académicos, universidades, medios, periodistas, columnistas, escritores, artistas, cantantes, maestros, profesores, monjes, curas, obispos, rabinos, imanes…, podemos, si hacemos todos fuerza en contra de la libertad de mercado, aplacar, hundir, disminuir, controlar, minimizar, debilitar, destruir al capitalismo, en nombre de valores de solidaridad, compromiso militante y defensa del pueblo. Entonces, sí, veremos la crisis perfecta.

martes, octubre 14, 2008

Artículos sobre la crisis internacional

Para escaparse de la obvia vision de los medios ("esta crisis está causada por el liberalismo, hay que acentuar las regulaciones, agrandar el Estado, etc.") acá van algunos links a artículos no obvios

Cachanosky

Alvaro Vargas Llosa

Ivan Ealand

Juan Ramón Rallo Julián

John Stossel

jueves, octubre 09, 2008

Día del Perdón

¿De que deberían pedir perdón los judíos, en el Día del Perdón?
Si uno se guía por lo que se dice en infinitos libros, revistas, artículos, sitios web, mensajes de texto, emails...


1- De matar a Jesús
2- De beber sangre de niños cristianos
3- De desencadenar la Peste Negra de 1348
4- De intentar atraer a su religión a buenos cristianos
5- De intentar subvertir el orden cristiano, imaginando formas de democracia y libertad
6- De ejercer la usura, el comercio, la industria, la medicina, la astronomía, la poesía
7- De imbuir de su espiritu vengativo a la Santa Inquisición, ejercida principalmente por judios conversos
8- De traer el comercio de esclavos a la América Española
9- De inventar el Capitalismo
10- De inventar la modernidad renacentista
11- De inventar el Socialismo
12- De inventar el Nazismo, a fin de generar las condiciones para fundar el Estado de Israel
13- De inventar el sionismo, y sojuzgar a los palestinos a la manera del nazismo
14- De manejar los Estados Unidos
15- De manejar la actual crisis financiera internacional


Están en proyecto los siguientes episodios

1- El hundimiento del Titanic
2- Argentina perdiendo la final de 1990 ante Alemania
3- Haber inventado el Diablo
4- El Tsunami de 2004
5- El calentamiento global
6- El enfriamiento global
7- La crisis de valores
8-La droga, la prostitución, aborto, tráfico de órganos, secuestros extorsivos, asaltos a bancos, desfalcos, estafas, violaciones, accidentes de autos, salideras, robos, hurtos, insultos, faltas de respeto, atentados a la moral, arte degenerado, ideas disolventes, amenazas, abuso de poder, torturas, agresión, riña, mal gusto.
9- Se abre registro de otros eventos sobre los cuales los judíos deberían pedir perdon ..........................................................................................................................

Un relato sobre el pánico (financiero o de los otros)

Por Gabriel García Márquez

Nota: En un congreso de escritores, al hablar sobre la diferencia entre contar un cuento o escribirlo, García Márquez contó lo que sigue, "Para que vean después cómo cambia cuando lo escriba".
Imagínese usted un pueblo muy pequeño donde hay una señora vieja que tiene dos hijos, uno de 17 y una hija de 14. Está sirviéndoles el desayuno y tiene una expresión de preocupación. Los hijos le preguntan qué le pasa y ella les responde:

-No sé, pero he amanecido con el presentimiento de que algo muy grave va a sucederle a este pueblo.

Ellos se ríen de la madre. Dicen que esos son presentimientos de vieja, cosas que pasan. El hijo se va a jugar al billar, y en el momento en que va a tirar una carambola sencillísima, el otro jugador le dice:

-Te apuesto un peso a que no la haces.

Todos se ríen. Él se ríe. Tira la carambola y no la hace. Paga su peso y todos le preguntan qué pasó, si era una carambola sencilla. Contesta:

-Es cierto, pero me ha quedado la preocupación de una cosa que me dijo mi madre esta mañana sobre algo grave que va a suceder a este pueblo.

Todos se ríen de él, y el que se ha ganado su peso regresa a su casa, donde está con su mamá o una nieta o en fin, cualquier pariente. Feliz con su peso, dice:

-Le gané este peso a Dámaso en la forma más sencilla porque es un tonto.

-¿Y por qué es un tonto?

-Hombre, porque no pudo hacer una carambola sencillísima estorbado con la idea de que su mamá amaneció hoy con la idea de que algo muy grave va a suceder en este pueblo.

Entonces le dice su madre:

-No te burles de los presentimientos de los viejos porque a veces salen.

La pariente lo oye y va a comprar carne. Ella le dice al carnicero:

-Véndame una libra de carne -y en el momento que se la están cortando, agrega-: Mejor véndame dos, porque andan diciendo que algo grave va a pasar y lo mejor es estar preparado.

El carnicero despacha su carne y cuando llega otra señora a comprar una libra de carne, le dice:

-Lleve dos porque hasta aquí llega la gente diciendo que algo muy grave va a pasar, y se están preparando y comprando cosas.

Entonces la vieja responde:

-Tengo varios hijos, mire, mejor deme cuatro libras.

Se lleva las cuatro libras; y para no hacer largo el cuento, diré que el carnicero en media hora agota la carne, mata otra vaca, se vende toda y se va esparciendo el rumor. Llega el momento en que todo el mundo, en el pueblo, está esperando que pase algo. Se paralizan las actividades y de pronto, a las dos de la tarde, hace calor como siempre. Alguien dice:

-¿Se ha dado cuenta del calor que está haciendo?

-¡Pero si en este pueblo siempre ha hecho calor!

(Tanto calor que es pueblo donde los músicos tenían instrumentos remendados con brea y tocaban siempre a la sombra porque si tocaban al sol se les caían a pedazos.)

-Sin embargo -dice uno-, a esta hora nunca ha hecho tanto calor.

-Pero a las dos de la tarde es cuando hay más calor.

-Sí, pero no tanto calor como ahora.

Al pueblo desierto, a la plaza desierta, baja de pronto un pajarito y se corre la voz:

-Hay un pajarito en la plaza.

Y viene todo el mundo, espantado, a ver el pajarito.

-Pero señores, siempre ha habido pajaritos que bajan.

-Sí, pero nunca a esta hora.

Llega un momento de tal tensión para los habitantes del pueblo, que todos están desesperados por irse y no tienen el valor de hacerlo.

-Yo sí soy muy macho -grita uno-. Yo me voy.

Agarra sus muebles, sus hijos, sus animales, los mete en una carreta y atraviesa la calle central donde está el pobre pueblo viéndolo. Hasta el momento en que dicen:

-Si éste se atreve, pues nosotros también nos vamos.

Y empiezan a desmantelar literalmente el pueblo. Se llevan las cosas, los animales, todo.

Y uno de los últimos que abandona el pueblo, dice:

-Que no venga la desgracia a caer sobre lo que queda de nuestra casa -y entonces la incendia y otros incendian también sus casas.

Huyen en un tremendo y verdadero pánico, como en un éxodo de guerra, y en medio de ellos va la señora que tuvo el presagio, clamando:

-Yo dije que algo muy grave iba a pasar, y me dijeron que estaba loca.

martes, octubre 07, 2008

Libertad e igualdad

La libertad es el derecho que cada hombre tiene para emplear sin traba alguna sus facultades en el conseguimiento de su bienestar y para elegir los medios que puedan servirle a este objeto.
El libre ejercicio de las facultades individuales no debe causar extorsión ni violencia a los derechos de otro. No hagas a otro lo que no quieras te sea hecho: la libertad humana no tiene otros límites.
No hay libertad, donde el hombre no puede cambiar de lugar a su antojo.
Donde no le es permitido disponer del fruto de su industria y de su trabajo.
Donde tiene que hacer al poder el sacrificio de su tiempo y de sus bienes.
Donde puede ser vejado e insultado por los sicarios de un poder arbitrario.
Donde sin haber violado la ley, sin juicio previo ni forma de proceso alguno, puede ser encarcelado o privado del uso de sus facultades físicas o intelectuales.
Donde se le coarta el derecho de publicar de palabra o por escrito sus opiniones.
Donde se le impone una religión y un culto distinto del que su conciencia juzga verdadero.
Donde se le puede arbitrariamente turbar en sus hogares, arrancarle del seno de su familia y desterrarle fuera de su patria.
Donde su seguridad, su vida y sus bienes, están a merced del capricho de un mandatario.
Donde se le obliga a tomar las armas sin necesidad absoluta y sin que el interés general lo exija.
Donde se le ponen trabas y condiciones en el ejercicio de una industria cualquiera, como la imprenta, etc.

La Igualdad consiste en que esos derechos y deberes sean igualmente admitidos y declarados por todos, en que nadie pueda substraerse a la acción de la ley que los formula, en que cada hombre participe igualmente del goce proporcional a su inteligencia y trabajo. Todo privilegio es un atentado a la igualdad .
No hay igualdad, donde la clase rica se sobrepone, y tiene más fueros que las otras.
Donde cierta clase monopoliza los destinos públicos.
Donde el influjo y el poder paraliza para los unos la acción de la ley y para los otros la robustece.
Donde sólo los partidos, no la nación, son soberanos.
Donde las contribuciones no están igualmente repartidas, y en proporción a los bienes e industria de cada uno.
Donde la clase pobre sufre sola las cargas sociales más penosas, como la milicia, etc.
Donde el último satélite del poder puede impunemente violar la seguridad y la libertad del ciudadano.
Donde las recompensas y empleos no se dan al mérito probado por hechos.
Donde cada empleado es un mandarín, ante quien debe inclinar la cabeza el ciudadano.
Donde los empleados son agentes serviles del poder, no asalariados y dependientes de la nación.
Donde los partidos otorgan a su antojo títulos y recompensas.
Donde no tienen merecimientos el talento y la probidad, sino la estupidez rastrera y la adulación.
Es también atentatorio a la igualdad, todo privilegio otorgado a corporación civil, militar o religiosa, academia o universidad; toda ley excepcional y de circunstancias.
La sociedad o el poder que la representa, debe a todos sus miembros igual protección, seguridad, libertad; si a unos se la otorga y a otros no, hay desigualdad y tiranía.

Esteban Echeverria

lunes, octubre 06, 2008

Crisis financiera

Voy a tratar de explicar (me) la actual crisis financiera.
En una época no tan remota, digamos trescientos años atrás, el mundo era pacífico. Había, eso si, guerras casi permanentes. Pero esas largas guerras no afectaban las escualidas economías de aquellos tiempos, que se seguían basándose en la tierra, como en plena Edad Media. Y las guerras no diezmaban las poblaciones, como lo hicieron las Grandes Guerras del siglo XX. Es claro que había enclaves de progreso- Flandes, Londres- pero no había algo así como una economía global.
En aquellos tiempos los funcionarios civiles y eclesiásticos extraían una fuerte plusvalía a los campesinos y trabajadores urbanos. Las impresionantes catedrales y los hermosos palacios dan prueba sobrada de ello. El Rey y la Iglesia sonreían satisfechos con ese orden de cosas. Nadie decía en ese entonces, como el actual Papa dijo hoy, que el dinero es como arena sobre lo cual no puede construirse nada sólido.
El dinero, por vía de los diezmos y los impuestos llegaba a raudales a las manos de los funcionarios reales y eclesiásticos.
Y esos funcionarios, a que negarlo, aunque odiosos para muchos, cumplían funciones indelegables. A menos que pensemos que es un ideal un sistema anárquico, sin instituciones, si orden, sin leyes, debemos concluir que aunque no gusten sus métodos , no había alternativas: el Estado brindaba cierta idea de seguridad material y la Iglesia brindaba cierta idea de seguridad espiritual. Esos curas bien alimentados y metidos, eran, sin embargo, unos intermediarios de la Eternidad que cada familia quería tener de su lado, como amigos, consejeros, guías espirituales. El Rey, a su vez, era la corporización de ciertos valores de permanencia, de identidad.

Hoy día, las cosas son diferentes, pero hay algunas similitudes.

El sistema de libre mercado funciona sobre la base del crédito (“creer en la palabra”, confiar en que me devolverás el préstamo más un interés pactado).
Hay unos funcionarios privados cuyo acceso privilegiado a los mecanismos del crédito los hace tan antipáticos como los funcionarios del Estado Absolutista, y tan imprescindibles como ellos. (Hasta que no se invente nada mejor).
Es cierto que son odiosos, que juegan con nuestro dinero, ganan fabulosos sueldos y primas, son codiciosos e histéricos. Pero me pregunto que sería un mundo sin bancos, sin compañías aseguradoras, sin consultoras de riesgo, sin bolsas, sin agentes financieros.
No habría posiblidad siquiera de que un granjero de Canadá o Argentina obtuviera un préstamo para comprar de semillas, prestamo otorgado por un banco que obtuvo el efectivo de un fondo de pensiones dinamarqués. Al no obtener el préstamo, el granjero sembraría solo la mitad de su terreno, bajaría así la producción y –multiplicando esto por millones de granjeros- el trigo escasearía y aumentaría así su precio, generando una hambruna.
¿Quien tendría la culpa de esta hambruna? ¿El banco por NO prestar?¿El granjero por NO sembrar? Nadie, en realidad. No existiendo canales de circulación del dinero basado en una confianza básica, la maquinaria se detiene, independientemente de la bondad o maldad de sus agentes. Destruir el sistema bancario es lo último que hace un gobierno antes de destruir su economía. No es un chiste: es como paralizar el corazón, y pretender que los músculos sigan recibiendo oxígeno.
Para preservar esa matriz básica del sistema de intercambios hay infinidad de vericuetos técnicos y legales, pero el objeto es uno solo: en caso de pánico financiero, hay que salvar a los bancos inyectandole dinero público, o sea de los contribuyentes. Doloroso pero inevitable.

Eso no quiere decir que el Estado debe salvar a los inescrupulosos, cretinos e irresponsables agentes financieros. Un gran liberal como Peter Drucker proponía que esos ejecutivos ganaran 20 veces lo que un obrero común. No doscientas veces, como ahora.
Como siempre, el liberalismo no está para proteger a los empresarios, sino para proteger el libre mercado del Estado, de los amigos capitalistas del gobierno y de todos los que abusen de situaciones de monopolio.
Quizás esta crisis corrija esos abusos. Quizás esta crisis sirva para dejar de prestar a insolventes, comenzando así una bola de nieve que arrasa el valle.
Pero despotricar contra “el capitalismo” y contra el dinero, como la hacen hoy Benedicto y Ahmedinejad al unísono nos está indicando exactamente el camino que NO hay que recorrer.
Acabo de escribir esto, cuando me llega un mail, conteniendo un artículo de un economista americano, Thomas Friedmann. Y dice exactamente lo que acabo de redactar. Transcribo:
Siempre creí que el gobierno de Estados Unidos era un sistema político único: un sistema ideado por genios para que pudiera ser manejado por idiotas. Me equivoqué. Ningún sistema puede ser suficientemente inteligente como para sobrevivir a este nivel de incompetencia y de imprudencia por parte de la gente a cargo.
Esto es peligroso. Tenemos miembros de la Cámara de Representantes que rechazan un complejo paquete de rescate porque algunos votantes los inundaron de llamadas. Entiendo la furia popular contra Wall Street, pero no se puede enfrentar así esta crisis.
Es una crisis crediticia. Se trata de la confianza. Lo que no se entiende es por qué el banco A ya no le presta a la empresa B o no acepta la hipoteca de la empresa C. Eso pasa porque nadie está seguro de cuánto valen los activos y las garantías del otro, y por eso el gobierno debe acudir para poner un piso firme debajo de todo.
De otra manera, el sistema se asfixiará por falta de crédito, como un cuerpo al que se le niega el oxígeno.
Bien, usted dirá: "Yo no tengo acciones que sufran esos monstruos codiciosos de Wall Street". Tal vez usted no tiene acciones, pero su fondo de retiro sí tenía algunas acciones de Lehman Brothers y su banco tenía bonos de las hipotecas subprime , y por eso usted pudo refinanciar su casa hace dos años.
Y su aeropuerto estaba asegurado por AIG; y su municipalidad vendió bonos para financiar el desagüe de su calle, y su empresa de automóviles dependía de los mercados para financiar el préstamo de su auto y ahora que el crédito se ha secado, el Wachovia quebró y su vecina perdió su trabajo allí.
Todos estamos conectados. No se puede salvar al ciudadano común y castigar a Wall Street, así como no se puede estar en un bote con alguien que uno odia y pensar que la filtración en el fondo de la embarcación que el otro tiene bajo los pies no hará que usted se hunda con él. El mundo es en realidad plano. Todos estamos conectados. "Desacoplarse" es pura fantasía.
Entiendo el resentimiento contra los titanes de Wall Street que se llevan 60 millones de dólares en bonificaciones. Pero cuando el sistema crediticio está en peligro, es necesario concentrarse en salvarlo, aun cuando eso signifique rescatar a personas que no lo merecen. De otra manera es como decir: contendré la respiración hasta que ese gordo gato de Wall Street se ponga azul. Pero no será él quien se ponga azul: será usted, o más bien todos nosotros.


Por otra parte, esa idea de que la codicia es un invento capitalista, es para reirse. Como si durante milenios el mundo no haya sido testigo de robos, injusticias, explotación, acumulación de riquezas, abusos, confiscaciones, por parte de jefes, reyes, faraones, obispos, brujos, imanes, varones feudales, guerreros, conquistadores. Esto lo transcribe Juan Agustin García, en 1900 (“ La ciudad indiana”) describiendo la sociedad colonial, católica y monarquica y antiliberal, hacia 1700:
Cada uno, se dice en un sermón colonial, espera fabricar su fortuna a expensas de otro. No tienen otra regla para adquirir su deseos, ni otros límites que su impotencia. Se entra en los empleos no para trabajar en la tranquilidad pública, ni por restablecer el orden y la disciplina; sino para elevar las casas sobre la ruina de otras muchas y constituirse el heredero del huérfano y la viuda. El espíritu más grosero llega a ser fecundo y fértil en arbitrios cuando se trata de grandes o pequeñas ganancias”.

Pero, es indudable que esta crisis remueve el fondo y afloran a la superficie viejos prejuicios antes ocultados. El viejo odio de la Iglesia hacia la actividad comercial y financiera, cierto antisemitismo remanente (el judío como manipulador financiero, ver abajoel articulo sobre la "denuncia" del Hamas), cierta impaciencia con la molesta libertad, el pedido de un Estado cada vez más interventor, el reclamo de menos libertad y más solidaridad, menos ganancia y más justicia, un trasfondo ideológico que desde hace miles de años – desde Aristóteles y Santo Tomás hasta Marx- nos alerta contra el dinero, ese corruptor. Mejor que dinero contante y sonante es, seguramente, el oro, las propiedades inmuebles y los títulos de nobleza hereditarios.
Dice Marx, con su bella prosa: “ Como tal potencia inversora, el dinero actúa también contra el individuo y contra los vínculos sociales que se dicen esenciales. Transforma la fidelidad en infidelidad, el amor en odio, el odio en amor, la virtud en vicio, el vicio en virtud, el siervo en señor, el señor en siervo, la estupidez en entendimiento, el entendimiento en estupidez.
Como el dinero, en cuanto concepto existente y activo el valor, confunde y cambia todas las cosas, es la confusión y el trueque universal de todo, es decir, el mundo invertido, la confusión y trueque de tidas las cualidades naturales y humanas”


O sea. El dinero envilece, cambia, trastoca, modifica, invierte. La matriz conservadora de Marx fluye aquí pura y cristalina: se opone al capitalismo desde un lugar “moral”, para preservar al hombre del poder destructor del dinero. Exactamente lo que hoy dijo Benedicto: “Ahora estamos viendo, con el hundimiento de los grandes bancos, que el dinero desaparece, que no es nada; se trata de una realidad de segundo orden".

Esta “realidad de segundo orden”, este agente del “inversión y trueque de los valores” debe ser ingnorado, nos dicen, superado con otros mecanismos. (A nadie se le ocurre cuales otros)
Creo que eso es suicidio- o asesinato. Quieren vaciar la pileta del agua sucia, y no se dan cuenta que el agua se va junto con el bebé.












Denuncia del Hamas


En un insólito mensaje antisemita, el movimiento extremista palestino Hamas, que controla la franja de Gaza, acusó hoy al "lobby judío" en Estados Unidos de ser responsable de la crisis financiera internacional.

El vocero de Hamas, Fawzi Barhum, afirmó en un comunicado que los problemas del sistema financiero estadounidense se explican por "la mala gestión administrativa y financiera y un mal sistema bancario instalado y controlado por el lobby judío".

El presidente estadounidense George W. Bush y su administración "inyectaron miles de millones de dólares para salvar la situación" silenciando el hecho de que "el que instaló el sistema bancario y financiero estadounidense y lo controla es el lobby judío", añadió.

Según él, ese grupo "controla también las elecciones estadounidenses y define la política extranjera de toda nueva administración, de manera que pueda controlar el dinero estadounidense, el gobierno y la economía, para que los Estados Unidos se convierta en arma del lobby y su instrumento de dominación en el mundo entero".

Responsabilidad. El portavoz se pregunta "si el presidente Bush hará una investigación y dirá francamente a su pueblo que el lobby judío es directamente responsable de ese desastre".

Hamas acusa frecuentemente a los Estados Unidos de alinearse de manera sistemática con Israel en el conflicto con los palestinos por la influencia del "lobby judío" norteamericano.

El movimiento islamista tomó violentamente el control de Gaza en junio de 2007 sacando de ahí las fuerzas fieles al presidente palestino Mahmud Abas.

La Liga Antidifamación (ADL, según sus siglas en inglés) estadounidense afirmó el jueves último que la crisis financiera provocó un fuerte aumento de mensajes antisemitas difundidos en foros, blogs y otros sitios internet.

"Los mensajes atacan a los judíos en general, algunos los acusan de controlar al gobierno y las finanzas, de formar parte del ´orden judío mundial´, y por lo tanto responsables de la crisis económica", afirmó la ADL, una de las más importantes organizaciones de lucha contra el antisemitismo y el racismo.

El Papa pide volver al trueque

Y vivir hasta los cuarenta años, como en el siglo XII.

El Papa Benedicto XVI dijo hoy que la crisis financiera global demuestra la futilidad del éxito y del dinero, y que la fé en Dios triunfa sobre la vida destinada a la búsqueda de la riqueza material.

El Papa intervino en la apertura de un sínodo de obispos de todo el mundo, que se desarrolla en el Vaticano, en torno al tema de "la palabra de Dios". Durante su mensaje, el Pontífice improvisó una reflexión sobre la crisis financiera. "Ahora estamos viendo, con el hundimiento de los grandes bancos, que el dinero desaparece, que no es nada; se trata de una realidad de segundo orden".

En otro tramo de su mensaje, el Papa afirmó que "la Palabra de Dios, más que toda otra palabra, es el fundamento de todo, es decir, de la auténtica realidad; uno se equivoca si piensa que la materia, las cosas sólidas que podemos tocar, son la realidad más segura".

El Papa utilizó una metáfora bíblica y expresó que las personas que ignoraron la palabra de Dios para buscar riquezas construyeron sus hogares sobre arena en lugar de hacerlo sobre una fundación sólida de la fe. (Reuters-AFP-NA)


La alianza estratégica entre los reaccionarios y los revolucionarios sigue funcionando a pleno contra la libertad de mercado y la ambición de salir de la pobreza: la riqueza es mala, nos dicen al unísono Fidel y Benedicto.
Así estamos.

Dice Rubén Zorrilla ("Principios y leyes de la Sociología", EMECE,1992)



Capitalismo


Es un sistema económico fundado en la propiedad privada y el funcionamiento del mercado. Sólo aparece cuando se consolida institucionalmente la propiedad privada de los medios de producción —de modo que las arbitrariedades del poder político se hallan limitadas— y los distintos mercados han alcanzado a destruir o arrinconar otros sistemas económicos con los que históricamente pueden coexistir. Cuando la propiedad está sujeta a los embates de los guerreros, el rey, faraón, emperador, o dictador, y otras fuer-as culturalmente organizadas de base tradicional, o se halla lesionada por privilegios políticos o estamentales (tal como sucede en las sociedades aristocráticas, o, en un contexto en modernización, en diversos populismos), las virtualidades dinámicas del mercado se verán gravemente afectadas y existirán sólo semillas de capitalismo, en el escenario de sistemas patrimoniales, feudales o socialistas. En el mejor de los casos, se conformarán sistemas económicos mixtos, con proporción variable del sector del mercado. Es lo que ocurrió espontáneamente en el Occidente europeo, especialmente a partir de alrededor del siglo XIII. Hacia la época del Renacimiento, el contexto feudoburgués es quebrado por la aparición —sin duda precaria— de los primeros grandes centros del capitalismo primitivo: el norte de Italia y Flandes, unidos por las florecientes ciudades del hansa germánica emplazadas en los bordes del Rhin.
El capitalismo está causalmente conectado con la sociedad de alta complejidad (multitud de variadas y crecientes intermediaciones) y el desarrollo del pluralismo religioso, artístico y político. Este último rasgo es inevitable: al crear múltiples poderes económicos y sociales externos al Estado, para cuyo surgimiento no son necesarios privilegios de cuna (estamentales o de casta), al punto de que el éxito queda librado a las fuerzas ciegas y azarosas del mercado (por lo menos en una gran proporción), se constituyen sectores, círculos y partidos que exigen participar y que forman una extensa y espesa madeja social cuyas orientaciones deben consensuarse. Aquí surge la democracia limitada.

Ataque patotero en el corte del Río Uruguay

Brutal y salvaje agresión recibió Ingeniero argentino en el piquete de arroyo Verde

"Quiero pedirle perdón al pueblo uruguayo, esto no es lo que siente mi pueblo" expresó a La FRAYBENTINA el Ingeniero Sebastián F Beláustegui, ciudadano argentino que pretendía cruzar con su esposa por el piquete de arroyo Verde, para retornar a Buenos Aires por razones laborales.

El Ingeniero, luego de una acalorada discusión fue agredido con un palo en la cabeza lo que le provocó lesiones, traumatismos y mareos, demorando en asistirlo una ambulancia más de dos horas.

Todo bajo la atenta mirada de Gendarmería Argentina que solo le tomó la denuncia.

"Somos argentinos, estamos desde hace unos días en Uruguay y nos han tratado maravillosamente bien, cuando llegamos al corte había una barrera agresiva, pedimos paso, nos niegan poder pasar, nos prohíben el tránsito. Le pido a la persona que lo hace que se identifique, le doy mi nombre, pero la persona se negó a identificarse"

"Estuve filmando en todo momento la situación, el hombre que discutía y no nos dejaba pasar, ingresa a un local de donde salen dos muchachos, me tiran manotones a la cámara para no dejarme filmar, mientras seguimos discutiendo".

"En ese momento me traban el auto por delante y por atrás con unos puntales para no dejarme movilizar, yo tomo uno de esos puntales y lo tiro al escardillo para un lado de la ruta y ahí me pegan con un palo en la cabeza".

"Me sentí mareado y convulsionado, lleno de sangre, herido, pero ustedes pueden ver mis manos, no tengo heridas, no respondí a la brutal agresión, lo único que atiné, fue a tomar a uno de ellos de su saco y limpiarme la sangre, para marcarlo".

"Estaban presentes autoridades de Gendarmería argentina y pidieron una ambulancia que demoró dos horas en llegar".

"El médico dijo que necesitaba asistencia médica pero no podía dejar mi vehículo tirado en la ruta, nadie me daba garantís por él y no me dejaron pasar para poder asistirme en un hospital".

La esposa del ingeniero dijo "lo atendió el médico, tiene un traumatismo y una herida que necesita sutura, pero nosotros queremos retornar a nuestro país, y lo tenemos que hacer ahora por Colón, además él en estas condiciones no puede manejar"

"En el corte mientras venía la ambulancia para atenderme sentí mareos y náuseas, tengo un traumatismo" dice con evidentes muestras de dolor y cansancio.

El profesional afirma que pude identificar a las personas "que no me dejaron pasar y también a la persona que me agredió con el palo en la cabeza, además tengo la discusión toda filmada y a las personas que participaron también".

Siente que este impedimento por el que pasó y esta agresión es salvaje "tengo derecho a transitar y circular por las rutas de mi país, solo quise ejercer mi derecho como argentino"

"La Justicia Federal no se hizo presente, solicité la presencia judicial y no estaba la fiscal que estaba de guardia, tampoco estaba la secretaria, solamente Gendarmería Argentina que estaba en el lugar me tomó la denuncia"

"Como argentino siento una enorme vergüenza, esto no es para nada la sociedad argentina, no representan para nada el sentir de los ciudadanos de nuestro país, nuestra sociedad no está de acuerdo con esta gente"

"A mí el tema de Botnia no me compete, podrán tener ellos todas sus razones, pero yo tengo derecho a transitar por las rutas de mi país"

Personal del Consulado Argentino en nuestra ciudad que volvían del piquete de arroyo Verde porque otro ciudadano debió de pasar caminando hacia su país, se encontraron con el Ingeniero Beláustegui en el Paso de Frontera.

La Cónsul Interina María Teresa Freddolino y la Agregada Administrativa del Consulado María Cecilia Gelis, interrogaron al ciudadano sobre lo sucedido ofreciéndole asistencia médica en nuestra ciudad.

"No tengo dinero para hacerme atender, tengo que seguir viajando, estoy herido, agredido, no había nadie de la justicia de mi país que me diera garantías para poder cruzar, y Gendarmería me atendió muy bien pero fui salvajemente agredido con un palo en la cabeza"

El ciudadano podría haber fallecido en arroyo Verde, la agresión fue brutal y cobarde, eran unas pocas personas unas 4 personas mayores y 3 muchachones, agrediendo a un profesional que lo único que pretendía era retornar a su país por el camino más corto.

"Que se permita esta violencia es inadmisible, tenemos derecho a transitar libremente por las rutas de nuestro país" sostenía el ciudadano con la cabeza envuelta en vendas y sus ropas manchadas de sangre.


Fuente: Alejandro Villaverde

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