Argentina, rumbo a su desastre final, acaba de nombrar a Maradona como DT de la Selección. Se desecha a Bianchi – posiblemente el mejor entrenador del mundo- en beneficio del marketing barato, de la fuerza del puro sentimiento, de la movilización de las masas como método.
En consonancia con un país que evita puntillosamente toda medida racional de gobierno- que mantiene cortado un puente internacional desde hace dos años, que intenta subir impuestos como lo hacía el Rey Absoluto, que incumple compromisos, que se apropia del ahorro privado depositado en las AFJP, que niega la crisis, etc- en consonancia con un estilo personalista, aniinstitucional, caprichoso y repentista, vamos camino ahora a la no clasificación al mundial , junto con el aislamiento internacional. Uno es consecuencia de lo otro.
O yo no entiendo nada o creo que la falta de disciplina, el capricho, la irreflexión, el amiguismo, la arbitrariedad y el fanatismo del “Diego” harán fracasar miserablemente a la Selección . Los que creen en brujos, estarán contentos. Los que creemos que hay algunas leyes que conforman los procesos humanos y que no pueden ser salteadas sin resultados negativos, estamos de duelo. No por un simple juego deportivo, sino por el carácter simbólico que adquiere este nombramiento: el premio a la falta de voluntad, al amiguismo, al exceso, la enfermedad, la ignorancia, la exageración, la incultura, a la barbarie.
Ojalá me equivoque.
Recibido hoy:
Esteban: queremos contarte que por el contenido, el formato y la presentación de tu nota: "Bianchi o Maradona: civilización o barbarie" afín al espíritu de convocación de la multivocidad que identifica a Igooh, ha estado destacada en la portada de la página y puedes verla en la imagen que te adjuntamos.
Agradeciendo tu participación, recibe un cálido saludo de parte de esta aldea que pintamos, creamos y recreamos día a día.
Igooh
1 comentario:
Totalmente de acuerdo. Otro tema más que omitiste poner: la falta de huevos de los periodistas deportivos, que festejaron (todos los que escuché) el nombramiento "del Diego". Ni uno vi que siquiera deslizara lo que ponés acá cuando, de hecho, son los que mejor saben la probable catástrofe que eso implica. Y eso no es otra cosa que la estúpida costumbre nuestra de no denostar al populismo porque resulta políticamente incorrecto, porque es más fácil y lindo (y no importa que sea ineficaz) pensar en la magia que en el trabajo.
Un saludo,
JL
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