Ya está a punto de caramelo, dentro poco el joven ministro de economía de CK, renunciará apabullado por la fuerza de Guillermo Moreno, el Ministro de Economía en las Sombras (que responde a la Casa Rosada en las Sombras)
La Economía, de aquí en más será la guerra por los precios, en cualquiera de sus frentes: el frente “Índices falsos”, el frente “control de precios”, o el frente “control de costos para ver si las empresas se están abusando del pueblo”.
Es decir, desde lo puramente cosmético - los índices- hasta lo estructural- el control de las empresas desde el Estado intevencionista.
Veamos como le fue hasta ahora a Moreno.
INDEC:
Del ridículo nunca se vuelve. Si alguna vez algún instituto de Análisis Clínicos le comunica a un paciente que esa sombra amenazadora NO es cáncer, pero resulta que SI lo es, el paciente lo demandará y publicará en los diarios su drama. El paciente Argentina SI tiene alta inflación, pero su Centro de Análisis Clínicos insiste en seguir jurando que NO hay inflación de más del 10%.
Ningún técnico serio del país colabora ahora en el armado del IPC. Pero ahora, hay más ridículo: el Alberto jura que INDEC viejo, el bueno, estaba equivocado y que ahora viene la modernización y adaptación al modo “actual en que consumen los argentinos”, Por ejemplo, eliminando el rubro “alquileres” del Índice. El Nuevo IPC genera dudas en el ministro joven, pero la “pesada” del Gobierno esta tras Moreno y su NIPC , aun más mentiroso que el actual (dio 0,5% en enero, contra un 0,9% del IPC en uso).
Efectos no previstos:
- Baja en los bonos atados a la inflación
- Pérdida de indicadores derivados del IPC como , ni mas ni menos “ Población bajo línea de Pobreza e Indigencia”
- Expansión de la falta de credibilidad a las restantes estadísticas oficiales, sean o no de precios
- Imposibilidad de negociar aumentos salariales sobre alguna base sólida
- Incredulidad frente a toda fuente estadística de información, aun las no gubernamentales
- Ingreso en una zona de irracionalidad en la que al perderse la credibilidad en las cifras de la realidad, se fomenta la irracionalidad, acientificismo, la improvisación, la brujería y la magia.
..- Según mis registros usted me debe 3.456$
..- Y según los míos, le debo 2.345$
..- Quien le dibuja los datos, el INDEC?
Controles de precios
El ejemplo paradigmático lo constituye la batalla contra los tamberos, perdida por ahora por Moreno. El señor decidió, desde la impunidad del poder gubernamental, rebajar el precio del litro que las procesadoras de productos lácteos le tenían que pagar al tambero, un 15% (eso en un contexto de inflación creciente)
Los tamberos, ni lerdos ni perezosos se movilizaron, acordaron medidas de protesta, pero por sobre todo amenazaron con pasarse a la soja y mandar al matadero a sus vacas, con lo cual se agravaría el desabastecimiento lácteo y los precios entonces sí, subirían. Venezuela alguna experiencia tiene en esos desastres. Como escribía Von Mises hace ochenta años:
“Pero qué sucede? Por un lado, el menor precio de la leche provoca un aumento de la demanda del producto; personas que no tenían medios para comprarlo a un precio más alto, puede ahora hacerlo al precio reducido por decreto oficial. Por otro lado, parte de los productores de leche aquellos que están produciendo a costos más elevados-o sea, los productores marginales- comienzan a sufrir prejuicios, visto que el precio decretado por el gobierno es inferior a los costos del producto. Este es el punto crucial en la economía de mercado.
El empresario privado, el productor privado no puede sufrir perjuicio en el cómputo final de sus actividades. Y como no puede tener perjuicios con la leche, restringe la venta de este producto al mercado. Puede vender algunas de sus vacas para el matadero, puede también, en vez de leche, fabricar y vender derivados del producto, como cuajada, manteca o queso.
La interferencia del gobierno en el precio de la leche redunda, pues, en una menor cantidad del producto de la que había antes, reducción que es concomitante a una ampliación de la demanda. (…)
El gobierno le pregunta, entonces, a los productores de leche (porque no tiene la imaginación suficiente para descubrirlo por sí mismo) “¿Por qué no producen la misma cantidad que antes?”. Obtiene la respuesta: “Es imposible, dado que los costos de producción son superiores al precio máximo fijado por el gobierno”. La autoridades se ponen en seguida a estudiar los costos de varios factores de producción, viniendo a descubrir que uno de ellos es el forraje.
“Pues bien”, dice el gobierno” el mismo control que impusimos a la leche, vamos a aplicarlo ahora al forraje. Determinaremos un precio máximo para él, y los productores de leche podrán alimentar a su ganado a precios más bajos, con menor gasto. Con esto, todo se resolverá: los productores de leche estarán en condiciones de producir en mayor cantidad y venderán más.
¿Qué sucede en ese caso? Se repite con el forraje la misma historia que sucedió con la leche, y, como es fácil comprender, por las mismas razones. La producción de forraje disminuye y las autoridades se ven nuevamente ante un dilema
Y así el gobierno, que empezó con el control de algunos pocos factores, retrocede cada vez más en dirección a la base del proceso productivo, fijando precios máximos para todas las modalidades de bienes de producción incluyéndose ahí, evidentemente al precio de la mano de obra, pues, sin control salarial, el “control de costos” efectuado por el gobierno sería un contrasentido.
El gobierno consideraba a esos artículos tan importantes que interfirió; quería tornarlos más abundantes, ampliar su oferta- El resultado fue el contrario: la interferencia aislada dio origen a una situación que- desde el punto de vista del gobierno-es aun más indeseable que la anterior, que se pretendía modificar. Y el gobierno acabará por llegar a un punto en que todos los precios, patrones salariales, tasas de interés, en suma todo lo que compone en conjunto del sistema económico, sea determinado por él.
Y eso, obviamente, es Socialismo.”
No hace falta agregar comentarios: la historia de los controles de precios es vieja y siempre termina igual: mal
Control de costos
Hemos visto que en el ejemplo de Von Mises, el gobierno indaga a los tamberos y llega a conclusión que el problema es el costo del forraje…y se decide controlarlo, lo cual inicia una cadena interminable que termina en la dirección centralizada de la economía, a fin de controlar TODOS los precios de la economía.
Algo de eso, mucho en realidad, se propone ahora la economía morenista: bajo amenaza de multas millonarias de impone una declaración exhaustiva de todo el funcionamiento de las empresas, de todos sus costos, a fin de “pescar” a los empresarios en el delito de intentar obtener ganancias “excesivas” con su actividad.
El burócrata cree que todos son de su condición. Cree que las empresas capitalistas son un mal necesario, una calamidad que hay que acotar, controlar, criticar, corregir, regular, y que todas “se aprovechan” del consumidor. Para el burócrata, que sueña con que el Estado sea el ÚNICO empresario, todo es una cuestión mecánica: materias primas + mano de obra + administración = producto. El producto es un mero emergente de un proceso fácilmente dirigible. Exactamente como en su burocracia estatal: una suma de normativas, unas metas genéricas y a cobrar todos los meses del Presupuesto, sin rendir cuentas al votante.
En cambio, las empresas todos días rinden cuenta a sus compradores: si suben en exceso sus precios o bajan su calidad, el consumidor cambia de marca, compra W donde antes compraba Z.
En ese dramático día a día las empresas tienen incentivos pasa bajar los precios, bajando sus costos: mejorar procesos productivos, introducir una nueva tecnología, etc. El incentivo es que si antes me costaba 90 y vendía a 100, ahora intento que me cueste 85, así vendo a 98, pero gano más.
Esto es exactamente lo que la economía morenista detesta: detesta los esfuerzos por bajar costos, aumentar la productividad, investigar, invertir en nuevas tecnologías ("¿para qué hacerlo, se pregunta, si las empresas son burocracias donde todo está perfectamente organizado, como en la Administración Pública?")
Guillermo Moreno quiere detectar los costos reales, y ahí dónde hayan bajado - gracias a la gestión del empresario- lo castigará con una baja del precio: o sea se incentivan los costos altos (cuanto mas altos sean los costos demostrables, mas sostengo mi precio actual, pero si bajo los costos, tengo que rebajar obligatoriamente mis precios = ¿para qué, entonces, romperse bajando costos?)
Como siempre, los efectos no deseados, son mucho más graves que el problema que el planificador socialista-populista buscaba solucionar.
Los precios podrán bajar, así. Un poco, pero ningún empresario buscará innovar para bajar costos, ya que toda baja redunda en contra suya. La productividad argentina, en pocos años valdrá tanto como la de Camerún.
Además, ¿a qué empresas aplicar los controles? ¿Por ejemplo, a una Agencia de Publicidad, que vende esperanzas o deseos, y cuya materia prima es la creatividad? ¿Cuanto cuesta la creatividad de un publicitario, señor Moreno? ¿Cuanto hay que pagarle a un genio creativo: el salario medio de la economía? "Vamos a ver cuanto gasta Google argentina, para ver como podemos hacerle bajar sus precios. Oigan , ahí un genio informático está cobrando 10000 dólares por mes: están locos en Google! Así van a quebrar en pocos meses!”
El burócrata no entiende la Economía de la Información, él solo imagina fábricas de coches, con obreros haciendo todo el trabajo. La última vez que entró a una fábrica fue en 1973.
Él, pobre, se ha tragado treinta años de historia. Durante ese periodo solo se dedicó “a la política”, a ganar, perder, roscar, acumular poder, arrimarse al Jefe. Ahora es Ministro en las Sombras. Quiere “organizar” la economía, transformarla en una Administración Pública, prolija e ineficiente. Va a hundirnos, aunque no lo sabe. Tan ignorante es.
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