jueves, agosto 09, 2007

La asamblea fascista de Gualeguaychú

Sr. Director:

Días atrás, en Fray Bentos, se organizó un asado donde participaron ciudadanos argentinos y uruguayos, buscando recomponer los lazos de fraternidad que históricamente unieron ambos pueblos. En ese evento participó un vecino de la ciudad de Gualeguaychú: Guillermo Fazzio, quien brindó a varios medios de prensa su punto de vista personal sobre los cortes de ruta que bloquean los puentes internacionales.

Este ciudadano ha sufrido, desde ese día, amenazas anónimas de parte de un grupo de desconocidos que buscan amedrentar a quienes intentar plantear un punto de vista distinto a la versión “oficial” que presenta la Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualeguaychú (A.C.A.G.). Según la prensa, esta organización llegó a analizar el “caso Fazzio” en una de las asambleas realizadas días atrás. La opinión de Guillermo Fazzio es personal, pero demuestra que muchas personas callan su voz disonante ante el temor de represalias, amenazas y que sean “marcados” públicamente como disidentes y traidores a la causa.

Ya pasó con Héctor Rubio, un ex asambleísta que sufrió amenazas y pintadas agraviantes en el frente de su vivienda. Y hoy la violencia cae sobre un simple ciudadano cuyo “delito” fue cruzar el puente Gral. San Martín, compartir un asado con uruguayos y presentar su opinión. Ayer martes por la noche, este ciudadano sufrió pintadas con las leyendas “traidor” y “vendido” en la fachada de su casa. Por precaución, y frente al apriete de que está siendo objeto, ha optado por hacer salir a su esposa y los menores a su cargo de la provincia de Entre Ríos. Y algo demencial y difícilmente entendible en una democracia moderna, ha debido recibir protección policial por decir lo que piensa.

No sabemos si la opinión de Guillermo Fazzio es mayoritaria o minoritaria en la sociedad gualeguaychuense. No lo sabemos, porque las amenazas anónimas obligan al silencio de los opositores a la estrategia de los asambleístas. Pero, por sobre todas las cosas, poco importa si la opinión de Guillermo Fazzio es mayoría o no en su ciudad. Lo que importa es que tiene todo el derecho de plantear su punto de vista, a discrepar con la opinión supuestamente homogénea y, por sobre todas las cosas, a ejercer su legítimo derecho de expresión, sin sufrir la violencia de quienes pretenden tener el monopolio de la verdad.

Guillermo Fazzio no está solo. Lo acompañan muchos de nosotros, que no dudaremos en denunciar todas y cada una de las veces que este ciudadano –o cualquier otro– sea amenazado sólo por dar a conocer su opinión.

Dr. Oscar N. Ventura
Profesor Catedrático
Universidad de la República



Luis Anastasía

on 9 Agosto, 2007 at 1:31 pm #

Cuando era niño y casi adolescente mi padre sufrió el ataque desde la extrema izquierda y de la extrema derecha por no estar de acuerdo con ninguno de los dos. Casa pintada, piedras, amenazas. Creo saber lo que puede estar sintiendo la familia de Guillermo y él mismo por lo que está pasando. Pesa en mi conciencia.

Guillermo, para nosotros no es alguien que recién ahora intente expresar lo que piensa. Hace mucho tiempo que espera poder decir sus ideas. Lo encontró en Uruguay. Lo que dijo y expresó lo hizo con mesura, con tranquilidad, con la razón y el corazón. Es un buen padre, excelente abuelo, y por sobre todas las cosas es amigo de su comunidad en la cual siempre está donde considera que puede colaborar en que cada día sea mejor.

Sin embargo Guillermo cometió un delito imperdonable. Hizo oir su voz diciendo que no estaba de acuerdo con los cortes. Para el gobierno autoritario de la ACAG eso es imperdonable. Como en otros casos, son juzgados como traidores, declarados como personas non-gratas, condenados al ostracismo social y hasta económico si pueden hacerlo. Cometió la osadía de opinar diferente a lo “correctamente político”.

Una sola persona hace la diferencia. Pero esa persona, cuando demuestra con su actitud honorable que es posible expresarse llevado por los valores morales que nos permiten convivir en una sociedad, se vuelve muy peligrosa y hay que callarla, amedrentarla, amilanarla.
Lo hacen con las actitudes más cobardes, mezquinas, abyectas, deplorables que puede llegar a tener una persona.
Hace tiempo que para nosotros Guillermo es un héroe, una persona que aún teniendo todo en contra hace lo que considera su deber moral. Ahora Guillermo encarna un símbolo. El símbolo que es necesario en primer lugar que nos descontaminemos nosotros, que restablezcamos valores que han caido en desuso. Que prime el derecho a la libre expresión con responsabilidad. Que prevalezca la verdad sobre la mentira. Que vuelva la democracia donde las minorías sean respetadas, sin duda alguna, pero esas absolutas minorías deben tomar conciencia que no pueden, por la fuerza, rompiendo cuanta ley existe por el camino, imponerse sobre los demás.
Que vuelva a restablecerse el tejido social para que nunca más los políticos de Gualeguaychú, elegidos por voto, tengan que someterse a la decisión suprema de unos pocos, que encima son financiados, entre otras fuentes, por el propio gobierno provincial.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Loco sos un PUTO-REPUTO, culo roto traidor, vendepatria y asesino.Ya voy por vós.

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