Hacia 1910 mis abuelos llegaron a estas costas. Era el Centenario, año paradigmático en que el mundo celebraba la riqueza emergente de Argentina. Con la obvia excepción de los Estados Unidos, cuya estatua de la Libertad acogía desde hacía décadas las oleadas de europeos deseosos de libertad y prosperidad, ningún otro país del mundo aparecía entonces como una llama de esperanza, libertad, progreso, como la República Argentina.
Entre 1870 y 1914 llegaron al puerto de Buenos Aires más de 5 millones de personas. Argentina captó el 6% de la emigración europea registrada en esas décadas, por delante de Canadá , Brasil y Australia y solo superada por USA -con ni más ni menos que el 57% de esa migración-.
Pero, no es poca cosa ¿no? Un país preparado para atraer a esas multitudes debía ser algo especial.
La población total del país pasó de dos millones en 1875 a ocho millones en 1914. Tres de los 6 millones agregados a la población total en esos años habían nacido en el extranjero: la mitad del crecimiento se explica por el factor externo.
Sin ese aporte nuestra población hubiera seguido el derrotero de la de paises vecinos como Chile,Bolivia o Colombia que solo consiguieron duplicar su población, o Brasil que multiplicó por tres sus diez millones de 1870 a 1919. Argentina multiplico por cuatro su población en esos años.
En suma, la migración fue el componente central del crecimiento poblacional del pais. Además, en términos de impacto interno la presencia de millones de extranjeros fue enormemente significativa: constituían el 25% de la población en 1895, el 35% en 1914. En Brasil, por ejemplo, entraron 4 millones de inmigrantes entre 1870 y 1920, pero a partir de una población de 10 millones de nativos en 1870. Su impacto debía ser por fuerza inferior.
¿Qué buscaba toda esa gente en Argentina, qué hacían mis abuelos desembarcando aquí para el Centenario?
A nosotros nos enseñaron que la Argentina fue un territorio de exclusión oligárquica, un coto privado de terratenientes millonarios y masas explotadas, de fraude politico y falta de representación, de represión y miseria. Esos cinco millones de inmigrantes debían estar locos, o mal informados para recalar en ese infierno.
Veamos algunos números.
Población
1881…………………….2680000
1914…………………… 7200000
incremento 2,7 veces
Valores de exportación (en millones de $ oro)
1881……………………….62
1914……………………….402
incremento 6,5 veces
Exportacion agrícola
1881……………………….4
1914………………………..214
incremento 50 veces
Exportacion ganadera
1881 ………………………44
1914……………………….132
incremento 3 veces
Miles de KM Ferrocarriles
1881…………………………3
1914…………………………31
incremento 10,3 veces
Población escolarizada en Primario
1881………………………….20%
1914………………………….56%
incremento 2,8 veces
Analfabetismo
1881…………………………..65%
1914…………………………..33%
decreció a la mitad
Fuentes:
AG Ford “ Comercio exterior e inversiones extranjeras 1880-1914, en “La argentina del ochenta al centenario”. Ferrari, Gallo compiladores.Ed Sudamericana.
Francis Korn, Construir la Unión nacional 1880-1914 en “La argentina…”
Mientras que en 1881, 3 millones de personas producían un valor de exportación per capita de 23 millones, en 1910, el valor per capita era de 56 millones, duplicando la productividad nacional en 30 años.
Además, Argentina estaba dejando de ser un pais ganadero, para transformarse en uno agrícola: exportaba 50 veces más granos en 1910 que en 1881. La agricultura que solo aportaba el 10% de las exportaciones en 1881, alcanzaba el 60% treinta años después.
Eso implicó el poblamiento y puesta en valor de millones de hectáreas que pasaron de ser terreno inculto a fuente de riqueza. Hacia 1914 había unas 150 mil chacras dedicadas a la agricultura: casi un millón de personas vivían de la actividad agrícola, generando a su vez un sector de servicios e industria para abastecer a esa población rural.
Para sustentar el incremento de la productividad, además de la inversión en bienes de capital-originada en préstamos del exterior- hubo que formar una mano de obra adecuadamente instruida. Se universalizó la educación primaria y se redujo ostensiblemente el analfabetismo. Creció el empleo en servicios y la complejidad de las tareas agroindustriales. La clase media pasó de un 14% en 1870 al 46% en 1914.
Ferrocarriles, silos, puertos, caminos, industria harinera y agroalimentaria en crecimiento: las oportunidades laborales y la calidad de vida -pese a los infinitos problemas de alojamiento- era incomparable respecto de aquella que imperaba en la vieja Europa.
En suma, Argentina protagonizó a fines de siglo XIX un movimiento social, económico , poblacional y, por que no, político con pocos parangones en el mundo. Pero nunca lo supimos. Solo nuestros ignorantes abuelos se enteraron. Argentina: un extraño pais que sojuzgaba a su clase pobre, pero atraía a millones de inmigrantes- que votaban así, con sus pies, eligiéndolo entre decenas de otros posibles destinos. Como eran ignorantes, nuestros abuelos no tuvieron mejor idea que instalarse en el perverso pais de la oligarquía, un pais que prometía libertad de culto, de enseñanza y de movilidad- pequeños valores burgueses sin demasiada importancia. Nuestros millones de tontos abuelos se equivocaban con su decisión, pero no lo sabían. Lo supimos nosotros, ochenta años después: habían recalado en el peor país de la Tierra, un pais olvidado que esperaba la hora de los pueblos para recuperar su dignidad pisoteada por el Imperio, para cerrar sus venas abiertas...
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