domingo, junio 07, 2009

Para un balance

No es tiempo aun de analizar el fin del Kirchnerismo. Su astucia y amoralidad lo llevan a inventar atajos inverosímiles que siempre toman desprevenidos a la oposición y que reinventan el escenario político, de tal modo que si no hay un gesto opositor, de acuerdo nacional, el "proyecto K" puede sobrevivir agónicamente varios años más. No habría que proclamar Gloria antes de Victoria. Sabemos que “a la larga”, el proyecto kirchnerista desaparecerá del panorama político: su deseo de sucesión matrimonial 2003- 2019 quedará trunco. Pero por ahora, están en el centro del ring y, para colmo, con “opositores” como Reutemann que le otorgan hoy “posibilidades” para 2011.

Creo que la manera de derrotar al Kirchnerismo es derrotar también al Peronismo, incluso al supuestamente “disidente”. Votar hoy por Reutemann es casi hacerlo por Kirchner.
Pero para derrotar al peronismo hay que derrotar a la Argentina, o mejor dicho, a una parte esencial y constitutiva de la Argentina. Cosa bastante difícil.
El Peronismo expresa a media argentina de una manera incomprensible para propios y extraños. En veinte años, un peronista de base tuvo que aclamar sucesivamente al peronismo tradicional de Luder (el Pacto Sindical- Militar), al renovado de Cafiero (un peronismo “alfonsinizado), a Menem (un caudillo federal nacionalista), a Menem nuevamente (un lider liberal y privatista), a Duhalde (el Peronismo clásico), a Nestor (Un chavo-peronismo setentista) y ahora a un De Narváez (un peronismo “serio y republicano”)
El “hecho maldito” del país burgués se caracteriza por su inclasificabilidad, su pragmatismo, su estrecha conexión con los sectores más pobres, el apoyo que consigue en buena parte de los artistas y famosos, su condición plebeya, descontracturada, descamisada, ese toque mafioso de amigos-enemigos que se traicionan y se amigan sucesivamente, su “antiaristocratismo”, su banalización del lenguaje político (“pueblo”, “gorilas” y otras generalidades), su ausencia total de teoría, su increíble olfato de Poder, su transformación en estructuras feudales en la provincias, y sobre todo: cómo se ofenden si uno señala esos defectos. Ser peronista en este país aun se proclama como un orgullo, como hace poco lo hizo la dulce Andrea del Boca o hace mucho, Nacha Guevara. Aun recuerdo- estuve allí- la noche del 24 de marzo de 1973, en Pacífico, a Marilina Ross cantando desde un balcón “ Toquen el pito, toquen el bombo, los peronista hacemo quilombo!”
Esa rebeldía está en el inconciente argentino “Los argentino hacemo quilombo”: nos aliamos de hecho con el Eje en 1940, nos sentamos con Rattin en la alfombra real britanica en 1966, armamos una guerra interna donde se inventa el concepto de desaparecido, repudiamos al gobierno militar el 30 de marzo de 1982 y dos días después lo aclamamos al invadir las Malvinas, votamos a un no peronista en 1983 y le hacemos 13 paros nacionales, para demostrar que aca solo pueden gobernar los peronistas; aplaudimos del default en 2001, etc. Somos “rebeldes”, hacemos quilombo. Pero eso no es bueno, necesariamente. Como dice Vargas Llosa: el desastre argentino lo crearon los propios argentinos al repetir sus errores permanentemente.

En ese sentido, no se puede ser muy optimista: el Kirchnerismo es un mero episodio en esta historia tragicómica que protagoniza ese populismo criollo, llamado peronismo desde hace 64 años. La saga continuará, a menos que de alguna manera aun desconocida hagamos balance, borrón y cuenta nueva para inventar un nuevo País. Pavada de cosa, no?

Pero seamos positivos: el antikirchnerismo – peronista o no- parece estar confluyendo en algunos “denominadores comunes”:

- Basta de crear enemigos: se gobierna desde la búsqueda de consenso, no desde el armado de barricadas: negociación, debate parlamentario, políticas de Estado
- Basta de aislamiento internacional y alineamiento con Chávez
- Basta de Indec mentiroso
- Basta de Superpoderes, fondos fiduciarios extra presupuestarios y manejo discrecional de partidas no presupuestadas
- Basta de Consejo de la Magistratura con mayoría gubernamental
- Basta de intervencionismo en mercados clave como el campo
- Basta de expulsar a inversores externos
- Basta de oscuridad en el financiamiento de la política

Pocas cosas, pero claves y consensuadas por toda la oposición, fortalecida después del 28 de junio.

3 comentarios:

Maria do Espírito Santo dijo...

Conheço muito pouco da política de seu país, Estéban, mas acho este tal de peronismo de uma bregura embasbacante!

E me pareceu haver um certo "culto da morte" por aí: morar na Recoletta, perto do cemitério, é chique... Eu, hein, Rosa?!

E aquele bando de gente querendo ver o túmulo da Evita?! Eu, hein, Rosa II!!!

Evita, Cristina, mães da praça de Maio... Que mulherada doida, credo!

Sem querer ser machista, mas já sendo, acho que o peronismo tem lá suas raízes "feministas"... Ou será que eu é que não sei de nada?

Maria do Espírito Santo dijo...

Que tal um post sobre o absurdo da condenação das duas jornalistas americanas a 12 anos de trabalhos forçados na Coréia do Norte?

Estou possessa de raiva contra este absurdo!

Saludos, amigo!

esteban dijo...

Hace 40 años que intento entender el peronismo y aun no lo he logrado: es el único fascismo activo, que se recrea, capta a las juventudes y está siempre listo para gobernar. No se cómo lo hace. Un misterio que la ciencia politica debera resolver algún día.

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