jueves, septiembre 14, 2006

11 de septiembre de 2001

Hoy, cinco años despues, el presidente venezolano niega la autoría islámica del atentado: son todas mentiras, nos dice, "se trata de un autoatentado del Imperio"...y nadie se escandaliza. Las cosas se degradaron hasta un punto de no-retorno.Traigo ahora un escrito, realizado pocas semanas despues del atentado. Es un documento de época, que señala con exactitud el camino de derrota que inició el "campo popular" en aquellas jornadas. Algunas cosas ya no las siento, he cambiado. ¿Quién no en estos duros años del siglo XXI?.


Todos, me refiero a: todos los que somos progresistas, los que creemos que hay injusticia social, los que creemos que la riqueza está mal distribuida, los que no soportamos la intolerancia, la discriminación, el sexismo, el chauvinismo, el autoritarismo, la dictadura, los que amamos la libertad, los que creemos que la libre discusión es mejor que el dogmatismo, todos los que abrevamos en algun momento del socialismo como ideal de solidaridad humana, todos nosotros. Los que no votamos a Bussi ni a Rico, los que aplaudimos el juicio a las Juntas y puteamos por la obediencia debida y los indultos. Los que nos emocionamos con la madres. Todos (no hablo de los otros, no me interesa) estamos siendo ferozmente chantajeados por los fundamentalistas.

Todos tenemos que recitar el siguiente discurso: lo de las Torres es una locura, pero...es el producto de un mundo injusto gobernado por EEUU. Todos tenemos que recordar las iniquidades yanquis, al tiempo que declaramos nuestro pesar por el atentado.

Adherimos, de un modo casi infantil a una especie de antimperialismo cavernícola, consistente en negar toda contribución norteamericana a la democracia, al progreso y asignar todos los males del mundo a EEUU.

Tengo algunos males del mundo que no podemos atribuir a los yanquis.
- Dos millones de asesinados por el régimen de Pol Pot (marxista él, según decía)
- La limpieza étnica de serbios contra croatas, croatas contra serbios, bosnios contra...
- Hutus y Tutsis asesinándose en masa

O sea, el mundo cobija muchos asesinos. No todos viven en EEUU. Muchos nos acompañan en nuestras marchas de protesta...contra EEUU.

Tenemos la sutileza de un elefante en estampida. Todos los hechos negativos, toda la pobreza, toda tortura, todo asesinato, es , obviamente producto de la conjura imperialista yanqui.

Adherimos a la teoría de que el enemigo de EEUU, es por definición, mi amigo. Cuando pregunto si esto se aplica tambien a la 2º Guerra, me dicen que ...no, que ahí era todo el mundo contra Hitler.

Cuando la derecha nacionalista (Seineldín, Rico) proclama su antinorteamericanismo casi casi nos dan ganas de ir a abrazarlos y tratar de convencerlos de que ingresen al "campo popular" (el PCR argentino saludó el levantamiento carapintada como "expresión del movimiento antimperialista latinoamericano", no estoy delirando).

Cuando un viejo militante del Peronismo Revolucionario me dijo que iba a votar por Menem, aunque sabía que Menem iría a perseguirlo intuí que la racionalidad ya no anidaba en muchas cabezas del "campo popular".

Cuando noto una cierta satisfacción por el atentado, pregunto si esa misma satisfacción anidó en algunas caras cuando lo de la Embajada y lo de la AMIA.

Cuando el oscuro Noriega - protector de Sdeineldin- es levantado como heroe, cuando el no menos oscuro Chavez es señalado como "una promesa", cuando Osama o quien sea es señalado como luchador antiimperialista, en fin, cuando las tripas se me revuelven empiezo a sospechar que mi lugar ya no es este, que me cambiaron el escenario, que me están llevando de las narices hacia un lugar del que nunca se vuelve.


Entonces peleo. Contra mi mismo, contra ese nosotros que defini más arriba. Peleo contra la tentación , grande, hay que reconocerlo, de decir adios. Me voy con la Civilización, me voy a Occidente, me voy a la democracia burguesa, me voy al "campo enemigo".

La falta de un pensamiento progresista que explique la caida del Muro no en los términos de Fukuyama, pero tampoco en los de la izquierda loca que cree que no pasó nada, hace que hoy nos falte una brújula que oriente en la encrucijada. Como hacer para no mandarme a mudar, cruzar el charco.

Lo primero, creo, es dejar en claro que la linea divisoria pasa por la defensa de la vida y dignidad humana, por la condena de toda forma de explotación y toda violación a los derechos humanos, pero incluyendo explícitamente las que se cometen en nombre del pueblo, la revolución, la justicia social o la liberación nacional. Todas esas palabras son cháchara si no se acompañan por el compromiso de defensa integra de la vida. Esto excluye de partida , la acción terrorista de iluminados, sean socialistas progresistas- como los de la ETA, o fundamentalistas, como Jihad, Hamas o quien cuadre.

Esto obliga a tomarse el trabajo de pensar. Eso es grave, por que por instinto, uno siente que es tiempo de actuar, de manifestarse y no de ponerse a pensar

Segundo, una vez demarcado el territorio, desmontar toda argumentación - fascista o de izquierda, liberal o nacionalista- que intente avalar, justificar, explicar, apañar, cubrir cualquier forma de violación del derecho a la vida.

Grave y difícil tarea, propia de un detective.

No, las cosas son mucho más claras y evidentes (lo anterior fue escrito dias antes de lo que viene ahora ): Hebe de Bonafini confiesa sentir alegría por el atentado. La impecable respuesta de Verbitsky recibe por parte de Hebe el descalificador "es un judío". Conmoción en la comunidad progresista. Hebe niega lo que dijo, cuando lo reconoce, simpáticamente dice que ella es una "gallega", y que no se ofende por que le digan así. Que simpático. Por ejemplo, en París 1943, uno le decía a Jean: sos un judío. Inmediatamente la Gestapo deportaba a Jean a Alemania. O le decía a Pepe, sos un gallego, con lo cual la Gestapo sonreia y pasaba de largo. Es lo mismo, tal cual. Cést igual, usar la palabra judio como insulto descalificador que decir amablemente, che gallega, que exagerada sos. En ese nivel de desarrollo está el discurso progresista en esta Argentina que languidece a punto del desastre.

Hebe- con todo el respeto- está encarnado ese discurso desesperado y desesperazante: toda violencia del campo popular es buena, es revolucionaria: la ETA, y porque no, la fundamentalista. Todo judio tiene que demostrar que no es sionista. Todo americano complotarse para derribar a Bush, todo europeo es sospechoso de habernos colonizado, todo militar que se arrepiente debe ser mandado a la prision, todo familiar que recibe una indemnización es un traidor, todo el que critica la metodologia del setenta es un blasfemo, Israel es el diablo, EEUU es Satan.

Esta señora en su infinito dolor es una muestra de la falta de reflexion, la irresponsabilidad y la ligereza: Solo siente , no piensa. Y nos obliga a nosotros a no pensar. Solo a sentir, a sumarse a cualquier manifestación "en contra", a unirnos para ver como el "campo popular" se derrota así mismo, vacío de ideas.

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