Agobiado por una crisis económica personal, tapado de trabajo y ensayando con el grupo de jazz, (nos presentamos en la Sociedad Hebraica Argentina la próxima semana) hace un mes que no leo nada, con excepción de la prensa real o virtual.
De los fragmentos de noticias, comentarios o editoriales, lo que más me ha llamado la atención es lo siguiente:
- La confesión por parte de un productor de chips (INTEL) de que desconoce la cadena de distribución de su complejo mercado. Hasta hace unos pocos años sus clientes eran los fabricantes de computadoras. Ahora se agregan las máquinas fotográficas, los marcos digitales para exhibir fotos, juguetes, etc. La imposibilidad de planificar y de prever se magnifica. Las decisiones de bajar la producción , en el contexto de crisis, se demuestran erróneas, porque en segmentos no previstos la demanda crece. Me encanta: es una demostración de las tesis hayekianas de que el mercado es un formidable sistema espontáneo que funciona aunque nadie lo entienda y menos, lo intente planificar. Los sistemas espontáneos, de alta complejidad, son incomprensibles y políticamente incorrectos. No se dejan “entender” por políticos pretenciosos que creen tener la fórmula perfecta para domesticarlos, planificarlos, contenerlos, preverlos, legalizarlos.
- La creación en Google de un algoritmo que, en base a datos de su personal, prevé cuales de ellos están propensos a irse a buscar oportunidades en otras empresas de la competencia. Es la “satisfacción del cliente” llevada al extremo. Es cuidar que nuestro cliente interno no se vaya, es proponerle - antes de que se produzca el conflicto- ampliar o mejorar su carrera profesional. El “capitalista” Google se preocupa por sus “proletarios” de un modo que Marx y Engels desconocieron y no previeron. La competencia entre empresas para pagar cada vez mejores sueldos a personal altamente calificado no es un capítulo de El Capital, ni de la plataforma de partidos como MST, PO, Izquierda Unida, PS, PC, etc., etc.
- La suba persistente de las bolsas y de los comodities ¿preludia el fin de la cacareada “crisis del capitalismo”? No lo sé, pero la publicidad oficial mostrando un mundo en ruinas y en cambio, una Argentina fuerte y creciendo se basa en el relato apocaliptico de las izquierdas anticapitalistas, que este repunte desmiente.
- Obama está perdiendo su charme. El hombre providencial va de tropiezo en tropiezo. A veces muestra lo peor de su ignorancia, de sus preconceptos de intelectual “liberal”- en el sentido USA de la palabra- (el Estado Grande nos protegerá de las Empresas Grandes) No entiende el tema de Cuba, no entiende el tema de Israel, no entiende la crisis mundial, no entiende demasiadas cosas. Eso sí: sigue hablando bonito, su gran virtud.
- La resignación ante la Dictadura Socialista de Chavez parece haber alcanzado un cierto límite. Pero la comunidad internacional, el Mercosur, la OEA, etc. no parecen haber percibido el enloquecido ritmo de avance sobre las libertades individuales que el energúmeno implementa a partir de su frágil victoria de febrero. En vez de indignarse, hablan de “decisiones soberanas de Venezuela”. Las decisiones soberanas de Irán, de Corea del Norte, de Cuba, de Venezuela nos llevan al desastre, comenzando por los ciudadanos de esos desafortunados países, pero “la Gran Munich” sigue mandando: las buenas maneras con los dictadores quizás los contengan, pensaba Chamberlain. Así le fue.
- Acá, nos dirgimos a toda velocidad hacia el Agujero Negro del 29 de junio: perdida la mayoría parlamentaria , ¿qué hará el gobierno: negar la realidad, a lo Chavez y escapar hacia adelante para provocar incluso un colapso institucional y victimizarse de ese modo como “ prisioneros del Sistema”? ¿ O aceptar el resultado y sentarse a negociar su derrota?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario