Monología: Hasta pronto

domingo, septiembre 06, 2009

Hasta pronto

Mi madre esta mal, internada nuevamente y con la cabeza...volando entre suenos y realidad. A mi me pone muy mal, por lo tanto por unas semanas me tomo un decanso y no publicare nada en Monologia.
Hasta pronto. Vuelvan!

3 comentarios:

José Luis dijo...: Esteban, que cosa...

Te mando un abrazo, y fuerza.

JL; 10 de septiembre de 2009, 3:50 p.m.
Orlando Tambosi dijo...: Saludos, Esteban.

Que tudo volte ao normal com brevidade.

Abraço; 10 de septiembre de 2009, 11:16 p.m.
esteban dijo...: Gracias, gente. La vieja está mejor, físicamente, pero a sus 91 años los sueños se le confunden con la realidad, está cada vez más confusa y alejada. Es triste verla así.
Pero creo que hoy mismo voy a postear algo: esto del Blog se ha transformado en una costumbre que me mantiene conectado y vital...
Jose Luis: ya hay un par de candidatos para el curso que quiero dar. Si te interesa, conectate a mi email. Saludos!; 11 de septiembre de 2009, 8:25 p.m.

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De Alexis de Tocqueville

“Huid de la antigua manía de querer gobernar demasiado; dejad a los individuos, dejad a las familias el derecho de hacer libremente todo lo que no dañe a los demás (…) devolvedle todo lo que se les ha arrebatado ilegítimamente, todo lo que no pertenece a la autoridad pública. (… ).
"La democracia extiende la esfera de la independencia individual, el socialismo la limita. La democracia da al hombre todo su valor, el socialismo hace de cada hombre un agente, un instrumento, una cifra. La democracia y el socialismo sólo tienen una cosa en común: la igualdad. Pero con una diferencia: la democracia busca la igualdad en la libertad y el socialismo quiere la igualdad en la privación y en la servidumbre”.

De Gaspar Daubanton, 1915- citado por Pierre Van Passen

Existe un misterio atinente al Pueblo de los Judíos, un misterio que nos atrae a la vez que nos rechaza. A veces pienso que el misterio reside en el hecho de que ellos, tal vez inconcientemente, constituyen el pueblo depositario y portador de la palabra de Dios...Sabemos que lo son...lo sentimos. Y por ello, en lo más íntimo de nuestros corazones, los odiamos. Porque nosotros odiamos a Dios y no deseamos seguir su Ley. En la permanente presencia de esos seres descubrimos un sutil, indefinible desafío impreciso, una especie de reproche, de acusación. Nos recuerdan algo que no queremos recordar. Creo que allí reside el secreto de la persecución de los judíos en los paises cristianos.

domingo, septiembre 06, 2009

Hasta pronto

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