El pronunciamiento del
papa ha generado una conmoción.
No estamos en los setenta, cuando el papa
Pablo VI en su Populorum Progressio alentó el pensamiento de la izquierda
mundial: el comunismo ha implotado en 1989 y el liberalismo esta sacando de la
pobreza a todo el sudeste asiático y a los dos gigantes , China e India.Sin
hablar de Corea delSur, Taiwan, Hong
Kong, Singapur, etc. Hacerse el desentendido de que hoy hay un 20% de pobres
cuando en 1980 había un 40%, de que la mortalidad infantil esta descendiendo
con la triste excepcion del continente menos liberal y más anticapitalista
(Africa) o de que la globalizacion está permitiendo que millones de pescadores,
campesinos o artesanos vendan a traves de Internet, consulten precios y tomen
decisiones económicas, digo, desconocer todo esto como si estuviéramos en 1970
me parece no solo un error sino, válgaseme la expresión, un pecado. Un pecado
de omnisciencia, como si Francisco supiera más que nosotros y nos iluminara con
una novedosa verdad. Su verdad es, en realidad, un gran engaño, una mentira
sistematica que todos los días se vierte en las paginas de opinion de todos los
medios. Un lider mundial de su estatura, respetado y seguido por millones no
dice una sola palabra de los crimenes del Estado (En Cuba, en Corea del Norte,
en las teocracias islámicas, en las dictadorzuelas africanas, en los excesos
del chavismo latinoamericano) y en cambio condena alegremente la libertad de
mercados repitiendo consignas de la Teología de la Liberación que ya parecían
olvidadas. Es grave. El aire que Francisco le da a los Maduro, a los Castro, a
la monarquía marxista de Corea del Norte y a los tiranuelos de todo el mundo es
impresionante. Renaceran de su agonía con sus consignas ahora bendecidas por el
Vicario de Cristo.
Fue la Iglesia siempre
anticapitalista?
Las palabras de Francisco
parecerían confirmarlo, pero... Veamos lo que escribía el jesuita Juan de
Mariana en el siglo XVI." El tirano sustrae la propiedad de los
particulares y la saquea, impelido por vicios propios de un rey como la
lujuria, la avaricia, la crueldad y el fraude, los tiranos intentan perjudicar
y arruinar a todo el mundo, pero dirigen sus ataques en especial contra los hombres ricos y justos que
viven en su reino, pues consideran el bien más sospechoso que el mal y temen
como a nada precisamente esas virtudes de las que carecen. Los tiranos expulsan
del reino a los mejores...dejan exhausto al pueblo para que no pueda reunirse,
exigiendo a diario nuevos tributos..." O sea, el mal no son "los
mercados" sino el poder absoluto que explota al pueblo, empezando por los
"ricos". Sobre el intervencionismo en los precios advierte: "
Solo un insensato intentaría separar estos valores de modo que el precio legal
difiera del natural...Sería vano que un príncipe buscara socavar estos
principios del comercio. Más vale dejarlos en paz y no forzarlos, pues hacer lo
contrario únicamente iría en detrimento público". Mariana, harto de los
teologos dogmáticos dijo "No hay nada, por absurdo que parezca, que no haya
sido defendido por algún teólogo". Recomiendo respetuosamente al papa
Francisco que relea a este miembro de su propia orden. Seguro podría aprender
mucho...y dejar de justificar absurdos.
Igualdad y libertad
Desde la Revolución Francesa la igualdad, como consigna, junto a la libertad parecen ser los valores centrales de la Modernidad, los valores de la Democracia y la República.
Hay quienes, sin embargo, perciben una profunda contradicción entre libertad e igualdad. ¿Cómo garantizar al mismo tiempo la libertad y la igualdad?
Si la igualdad es el objetivo principal de una sociedad se afecta la libertad. Necesariamente. No hay otra manera de lograr la igualdad.
Y si la libertad es el objetivo principal que se propone una sociedad no hay forma de no afectar la igualdad, simplemente por que los hombres no son iguales. Y la libertad implica que los más capacitados, los más voluntariosos, los más insistentes o los que tienen más suerte, logren posiciones mejores que los que carecen de esas capacidades.
¿Cómo lograr, entonces, igualdad cuando la libertad no se limita, no se cercena, y cuando por lo tanto permite exhibir los logros diversos que consiguen unos y otros?
El otro problema es que los más capaces, los más inteligentes, los más creativos no son muchos, tienden a ser más bien una minoría. Digamos, para cuantificar, que un diez, un veinte por ciento de la población tiene esa motivación por el progreso, por capacitarse, por insistir, aquellos que tienen el “fuego sagrado” de los creadores, de los emprendedores.
¿Qué vamos a hacer: impedir que ese veinte por ciento se desarrolle para que no haya desigualdad, o simplemente eliminar a ese veinte por ciento, lo cual ha sido objetivo explícito de ciertos regímenes totalitarios, como el de Pol Pot en Camboya? Allí fue política de Estado eliminar a los inteligentes, eliminar a los intelectuales, eliminar a los emprendedores. Las personas con anteojos eran sospechosas allí.
Se logra así una igualdad empobrecedora, es decir los mejores- en alguna cualidad- son eliminados o al menos bloqueados en su desarrollo para que no destaquen, para que no se amplíe la brecha entre los que menos saben, menos pueden, menos tienen y los que más saben, más pueden, más tienen.
En cambio, si el objetivo de una sociedad es la libertad, no podremos evitar una desigualdad creciente. Ese veinte por ciento, liberado de trabas, obstáculos, persecuciones, descalificaciones ideológicas o condenas eclesiales puede, al fin, ser libre. Es decir, desarrollar su proyecto de vida sin más limitaciones que no afectar a terceros aplicando la Regla de Oro (no hacer a otros lo que no quieres que te hagan a ti). Cumpliendo las leyes.
Al poco tiempo, muchos de ellos habrán cumplido sus objetivos: serán más ricos, más exitosos, o más prestigiosos que el resto. Destacarán, con la consecuente envidia que genera este hecho. Han destacado, se han diferenciado del resto: han probado que la libertad implica desigualdad. Han roto un antiguo pacto tácito, según el cual una comunidad debe ser básicamente igual, con excepción de sus autoridades. El Rey, el sacerdote y los generales son, en esos contextos premodernos, los únicos a los que se les permite ser distintos: más ricos, más cultos que el resto. La comunidad, el conjunto del pueblo llano, debe ser igualmente pobre y desdichada. No se permite la felicidad del éxito.
Es por eso que, si hubiera que optar entre estos dos valores, es la igualdad la que lleva las palmas. La gente, casi instintivamente, apoya al político que promete igualdad, no al que promete libertad. Apoya al que le garantiza poder comer y vestirse, evitando que algunos coman o se vistan en exceso. En esta visión, todo lo social es un juego de suma cero, en el que la riqueza del otro, es mi pobreza.
Por eso, el mito de la Revolución Francesa fracasó en garantizar igualdad Y libertad: sus hijos, los gobiernos desde hace doscientos años luchan y prometen la igualdad, no la libertad. Y son, así, exitosos.
Desde la Revolución Francesa la igualdad, como consigna, junto a la libertad parecen ser los valores centrales de la Modernidad, los valores de la Democracia y la República.
Hay quienes, sin embargo, perciben una profunda contradicción entre libertad e igualdad. ¿Cómo garantizar al mismo tiempo la libertad y la igualdad?
Si la igualdad es el objetivo principal de una sociedad se afecta la libertad. Necesariamente. No hay otra manera de lograr la igualdad.
Y si la libertad es el objetivo principal que se propone una sociedad no hay forma de no afectar la igualdad, simplemente por que los hombres no son iguales. Y la libertad implica que los más capacitados, los más voluntariosos, los más insistentes o los que tienen más suerte, logren posiciones mejores que los que carecen de esas capacidades.
¿Cómo lograr, entonces, igualdad cuando la libertad no se limita, no se cercena, y cuando por lo tanto permite exhibir los logros diversos que consiguen unos y otros?
El otro problema es que los más capaces, los más inteligentes, los más creativos no son muchos, tienden a ser más bien una minoría. Digamos, para cuantificar, que un diez, un veinte por ciento de la población tiene esa motivación por el progreso, por capacitarse, por insistir, aquellos que tienen el “fuego sagrado” de los creadores, de los emprendedores.
¿Qué vamos a hacer: impedir que ese veinte por ciento se desarrolle para que no haya desigualdad, o simplemente eliminar a ese veinte por ciento, lo cual ha sido objetivo explícito de ciertos regímenes totalitarios, como el de Pol Pot en Camboya? Allí fue política de Estado eliminar a los inteligentes, eliminar a los intelectuales, eliminar a los emprendedores. Las personas con anteojos eran sospechosas allí.
Se logra así una igualdad empobrecedora, es decir los mejores- en alguna cualidad- son eliminados o al menos bloqueados en su desarrollo para que no destaquen, para que no se amplíe la brecha entre los que menos saben, menos pueden, menos tienen y los que más saben, más pueden, más tienen.
En cambio, si el objetivo de una sociedad es la libertad, no podremos evitar una desigualdad creciente. Ese veinte por ciento, liberado de trabas, obstáculos, persecuciones, descalificaciones ideológicas o condenas eclesiales puede, al fin, ser libre. Es decir, desarrollar su proyecto de vida sin más limitaciones que no afectar a terceros aplicando la Regla de Oro (no hacer a otros lo que no quieres que te hagan a ti). Cumpliendo las leyes.
Al poco tiempo, muchos de ellos habrán cumplido sus objetivos: serán más ricos, más exitosos, o más prestigiosos que el resto. Destacarán, con la consecuente envidia que genera este hecho. Han destacado, se han diferenciado del resto: han probado que la libertad implica desigualdad. Han roto un antiguo pacto tácito, según el cual una comunidad debe ser básicamente igual, con excepción de sus autoridades. El Rey, el sacerdote y los generales son, en esos contextos premodernos, los únicos a los que se les permite ser distintos: más ricos, más cultos que el resto. La comunidad, el conjunto del pueblo llano, debe ser igualmente pobre y desdichada. No se permite la felicidad del éxito.
Es por eso que, si hubiera que optar entre estos dos valores, es la igualdad la que lleva las palmas. La gente, casi instintivamente, apoya al político que promete igualdad, no al que promete libertad. Apoya al que le garantiza poder comer y vestirse, evitando que algunos coman o se vistan en exceso. En esta visión, todo lo social es un juego de suma cero, en el que la riqueza del otro, es mi pobreza.
Por eso, el mito de la Revolución Francesa fracasó en garantizar igualdad Y libertad: sus hijos, los gobiernos desde hace doscientos años luchan y prometen la igualdad, no la libertad. Y son, así, exitosos.
La política como una de
las Bellas Artes
La política es un espectáculo, quizás el más fascinante de todos. El parentesco entre política y teatro es evidente: buena parte del teatro griego o el de Shakespeare tiene como protagonistas a los actores del poder: reyes, príncipes, nobles, senadores, políticos. El material de la política es tan afín al del teatro que en realidad casi se confunden: el teatro se acerca a la política y la política se acerca al teatro.
Nuestra Primera Actriz de la escena nacional acaba de dar lo que en la jerga de los guionistas se llama "giro•: un cambio sorpresivo en la historia, que hace que aparezcan nuevos personajes y otros languidezcan o salgan por el foro. La gente ama los giros, las sorpresas. La sal de la narrativa exitosa son estos giros. Nada más aburrido que una obra o una novela que se solaza en la descripcion de lugares o personajes, pero donde nunca pasa nada. Y la politica está tan llena de giros justamente porque es un reality show que todos siguen día a día por los medios. Es necesario no aburrir a la clientela que vota. El gobierno de Perón fue muy divertido y tragico, con la escena central de la muerte de Evita. El de Illia fue lento y aburrido y el público reclamaba un mutis por el foro. Aplaudió la llegada de Onganía. El de Peron e Isabel fue, en cambio muy divertido, lleno de giros, contragiros y mucha, mucha violencia. En este caso , la gente se saturó de tanto cambio y aplaudio la llegada de Videla, que prometía un poco de orden y sosiego. Menem fue divertido. De la Rua, como él mismo confesó, muy aburrido. Para diversion, entonces, el Kirchnerismo. Asistimos ahora a -supuestamente- el último acto de la obra titulada "Vamos por todo". El personal se ha entusiasmado con la entrada rutilante de un nuevo protagonista, el Cuky y el mutis por el foro del desgastado Guillermo. La Primera Actriz sigue siendo la dueña del escenario, mientras sus lejanamente probables sucesores siguen en camarines, esperando su ingreso al escenario. Que se retrasa cada vez más. ¿Cómo terminará la obra? nadie puede saberlo, porque justamente esa es la clave del buen teatro: un final sorpresivo.
La política es un espectáculo, quizás el más fascinante de todos. El parentesco entre política y teatro es evidente: buena parte del teatro griego o el de Shakespeare tiene como protagonistas a los actores del poder: reyes, príncipes, nobles, senadores, políticos. El material de la política es tan afín al del teatro que en realidad casi se confunden: el teatro se acerca a la política y la política se acerca al teatro.
Nuestra Primera Actriz de la escena nacional acaba de dar lo que en la jerga de los guionistas se llama "giro•: un cambio sorpresivo en la historia, que hace que aparezcan nuevos personajes y otros languidezcan o salgan por el foro. La gente ama los giros, las sorpresas. La sal de la narrativa exitosa son estos giros. Nada más aburrido que una obra o una novela que se solaza en la descripcion de lugares o personajes, pero donde nunca pasa nada. Y la politica está tan llena de giros justamente porque es un reality show que todos siguen día a día por los medios. Es necesario no aburrir a la clientela que vota. El gobierno de Perón fue muy divertido y tragico, con la escena central de la muerte de Evita. El de Illia fue lento y aburrido y el público reclamaba un mutis por el foro. Aplaudió la llegada de Onganía. El de Peron e Isabel fue, en cambio muy divertido, lleno de giros, contragiros y mucha, mucha violencia. En este caso , la gente se saturó de tanto cambio y aplaudio la llegada de Videla, que prometía un poco de orden y sosiego. Menem fue divertido. De la Rua, como él mismo confesó, muy aburrido. Para diversion, entonces, el Kirchnerismo. Asistimos ahora a -supuestamente- el último acto de la obra titulada "Vamos por todo". El personal se ha entusiasmado con la entrada rutilante de un nuevo protagonista, el Cuky y el mutis por el foro del desgastado Guillermo. La Primera Actriz sigue siendo la dueña del escenario, mientras sus lejanamente probables sucesores siguen en camarines, esperando su ingreso al escenario. Que se retrasa cada vez más. ¿Cómo terminará la obra? nadie puede saberlo, porque justamente esa es la clave del buen teatro: un final sorpresivo.
La mentira sobre Chile.
El diario Urgente24- supuestamente antiK - afirma, en relación a Chile que "El gran punto negro de la marcha de la economía chilena es la brecha entre ricos y pobres. Según la OCDE, la pobreza acecha a casi el 19% de la población, una cifra sólo superada por México en la región. "
La mentira tiene patas largas. Este dato es absolutamente falso: Chile es el pais de MENOR indice de pobreza de la Región, no el de mayor. Veamos los datos:
Chile: 14%
Uruguay 18%
Brasil 21%
Costa rica 24%
Ecuador 27%
Perú 27%
Argentina 30%
Venezuela 31%
Colombia 34%
Dominicana 34%
Paraguay 34%
El Salvador 36%
Bolivia 49%
Mexico 51%
Guatemala 54%
Honduras 60%
Haiti 80%
O sea Chile es por lejos el pais con menos pobre del América Latina. Pero los datos no importan: a la hora de dinamitar mediaticamente a Chile todos los medios , aun los "liberales" dicen algo como "Chile se desarrolló mucho, pero a costa de un incremento de la pobreza y la desiguadad". El discurso socialista impregna a todos los periodistas y opinadores, que se niegan a mirar las estadísticas.
Viva la pepa
El nuevo superministro Capitanich dijo que muchos creen que la renuncia de Moreno sera un "viva la pepa", un jolgorio. Lo que seguramente no sabe don Capitanich es qué significa exactamente "viva la pepa". Ese grito fue el saludo a la nueva Constitucion liberal de España, promulgada en Cadiz. Era el santo y seña de todos los que luchaban contra el absolutismo. "La Pepa" era el nombre popular que se la daba a la Constitucion de Cadiz. Se terminaban así siglos de absolutismo. Esta consigna fue popularizada como grito de libertad. Los españoles crearon a palabra "liberal" no con la antigua significación ("generoso") sino como persona amante de la libertad y opuesta al poder absoluto. Los reaccionarios le dieron al "viva la pepa" la connotacion de anarquía, desorden y desde allí se aplica a toda expresion de libertad. Lo que no sabe, entonces, Capitanich que lo que dijo en realidad es "No festejen. La ida de Moreno no es el retorno de la libertad. Con este gobierno jamás habrá libertad".
El nuevo superministro Capitanich dijo que muchos creen que la renuncia de Moreno sera un "viva la pepa", un jolgorio. Lo que seguramente no sabe don Capitanich es qué significa exactamente "viva la pepa". Ese grito fue el saludo a la nueva Constitucion liberal de España, promulgada en Cadiz. Era el santo y seña de todos los que luchaban contra el absolutismo. "La Pepa" era el nombre popular que se la daba a la Constitucion de Cadiz. Se terminaban así siglos de absolutismo. Esta consigna fue popularizada como grito de libertad. Los españoles crearon a palabra "liberal" no con la antigua significación ("generoso") sino como persona amante de la libertad y opuesta al poder absoluto. Los reaccionarios le dieron al "viva la pepa" la connotacion de anarquía, desorden y desde allí se aplica a toda expresion de libertad. Lo que no sabe, entonces, Capitanich que lo que dijo en realidad es "No festejen. La ida de Moreno no es el retorno de la libertad. Con este gobierno jamás habrá libertad".
Imagine
Lennon imaginaba un mundo sin fronteras ni religion. Yo no imagino exactamente eso. Por ejemplo, no estoy contra ninguna religión que respete la dignidad del hombre y que no obligue a nadie a seguirla. Estoy contra toda religion de Estado, incluyendo las Relgiones Ateas de tipo nazi o comunista que desde el poder absoluto pretenden dar cátedra de ateismo o de paganismo y montan una Iglesia laica, con un Sumo Sacerdote- el Lider- y miles de "predicadores"- Los comisarios políticos-.
Mi sueño, además, va mucho más allá de la falta de fronteras. No solo las políticas sino las culturales. Vivimos bajo la férula del Pensamiento Único que declara bajo pena de excomunion que el hombre es la peor criatura de la nauturaleza, que es ávido, egoista, depredador. Y para eso diseñan las practicas politicamente correctas que van desde no fumar y no comer grasa hasta excluir las horribles palabras tales como respeto,disciplina, esfuerzo, excelencia, competencia, individualismo, orden. Libertad.
Lennon imaginaba un mundo sin fronteras ni religion. Yo no imagino exactamente eso. Por ejemplo, no estoy contra ninguna religión que respete la dignidad del hombre y que no obligue a nadie a seguirla. Estoy contra toda religion de Estado, incluyendo las Relgiones Ateas de tipo nazi o comunista que desde el poder absoluto pretenden dar cátedra de ateismo o de paganismo y montan una Iglesia laica, con un Sumo Sacerdote- el Lider- y miles de "predicadores"- Los comisarios políticos-.
Mi sueño, además, va mucho más allá de la falta de fronteras. No solo las políticas sino las culturales. Vivimos bajo la férula del Pensamiento Único que declara bajo pena de excomunion que el hombre es la peor criatura de la nauturaleza, que es ávido, egoista, depredador. Y para eso diseñan las practicas politicamente correctas que van desde no fumar y no comer grasa hasta excluir las horribles palabras tales como respeto,disciplina, esfuerzo, excelencia, competencia, individualismo, orden. Libertad.
Primos
Estatismo,
intervencionismo, nacionalismo, corporativismo, mercantilismo, socialismo:
todos nombres de la teoría de que el individuo se debe a la sociedad, que los
derechos sociales priman por sobre los individuales, que el Estado como
expresión de la sociedad no puede tener límites a su acción ya que es la única
defensa del pobre frente al rico. Son primos hermanos aunque a veces se hacen
la guerra. Han conducido al mundo a ser lo que es, un lugar inhóspito.
Jazz
Acabo de DARME CUENTA de por qué me gusta el jazz. El Jazz no se queja de nada, solo de las vueltas de la vida.El Jazz no te habla poniendose en victima del "sistema", como tanto rock y balada que suenan por ahí. El Jazz no necesita montar el escenario con el que Roger Waters cantó contra el capitalismo el año pasado en River. O contra el sionismo- propone el boycot a Israel, no a Siria-. El jazz le habla a tu inteligencia, no solo a tu emoción. No te convoca a ninguna causa justa, no reivindica clase, nacion, política o religion alguna. Es liberal, en el sentido que es el máximo de la libertad individual, en un esquema de cooperacion social, donde se respetan algunas normas básicas (la tonalidad, el ritmo). El jazz obliga a la excelencia del solista. Solo los excelentes pueden tener una banda de jazz. Solo los Bill Evans, los Oscar Peterson, los Chick Corea, los miles Davis. No hay marketing, publicidad o promocion de un gobierno- o de una mafia- para imponer a alguien. No tiene, casi letra. Y si la tiene solo es un canto de nostalgia por un amor perdido, como Round Midnight. Por eso.
Acabo de DARME CUENTA de por qué me gusta el jazz. El Jazz no se queja de nada, solo de las vueltas de la vida.El Jazz no te habla poniendose en victima del "sistema", como tanto rock y balada que suenan por ahí. El Jazz no necesita montar el escenario con el que Roger Waters cantó contra el capitalismo el año pasado en River. O contra el sionismo- propone el boycot a Israel, no a Siria-. El jazz le habla a tu inteligencia, no solo a tu emoción. No te convoca a ninguna causa justa, no reivindica clase, nacion, política o religion alguna. Es liberal, en el sentido que es el máximo de la libertad individual, en un esquema de cooperacion social, donde se respetan algunas normas básicas (la tonalidad, el ritmo). El jazz obliga a la excelencia del solista. Solo los excelentes pueden tener una banda de jazz. Solo los Bill Evans, los Oscar Peterson, los Chick Corea, los miles Davis. No hay marketing, publicidad o promocion de un gobierno- o de una mafia- para imponer a alguien. No tiene, casi letra. Y si la tiene solo es un canto de nostalgia por un amor perdido, como Round Midnight. Por eso.
2 comentarios:
Buenisima entrada. Coincido 100%, hasta en lo del Jazz ! O quizás principalmente en eso, jaja ! Saludos y gracias por demostrarnos que seremos pocos los liberales pero somos constantes y firmes ! No afloje !
Gracias Nico. Todavia hay gente que entra al Blog! Con facebook, los blogs han perdido público. Un saludo
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