Bitcoin es una moneda virtual para realizar transacciones a
través de la Web. Más allá de si el experimento tenga o no éxito, lo bueno de
Bitcoin es que recrea las características iniciales del dinero: un medio de
pago aceptado socialmente e independiente de la acción de los gobiernos. La
historia del dinero es quizás la más importante…y la menos conocida de todas.
No es cierto que el dinero haya sido una creación del Estado.
Por el contrario, fue una creación espontánea, un método inteligente que hace
miles de años fue creado para finalizar con las complejas transacciones basadas
en el trueque y , en cambio, agilizar la compra y venta.
Un ejemplo: al Sr.Q le sobran tomates y quiere pan. En los tiempos del trueque el Sr. Q debía ir
al mercado y vocear su oferta ”cambio tomates por pan”. Si casualmente el Sr.W
tenía pan y le faltaban tomates, se podía cerrar el trato. Pero la realidad era
que tal transacción era de difícil y engorrosa tramitación: quizás nadie quería
tomates, o el que los quería , no tenía pan para intercambiarlo, etc.
Ahora bien, el Sr.Q quiere pan y ofrece tomates; el Sr.W
quiere tomates y ofrece vino, y el Sr.Z quiere vino y ofrece pan. Es evidente
que la transacción no se realiza porque Q y Z no se conocen, no entran en
contacto. Pero a algún genio se le ocurrió crear un medio de pago, por ejemplo,
unas semillas. Entonces el Sr.Q va al mercado y vocea su oferta” vendo un kilo
de tomates por 10 gramos
de semilla”. Entonces le vende los
tomates al Sr.W y recibe 10
gramos de semillas. Con esas semillas vocea su
oferta,”quiero comprar pan, pago 10 gramos por un kilo”. Aparece el Sr Z y quizás
otros señores y la operación se concreta rápidamente. ¿Por qué? : porque en vez
de obligar a un trueque de mercaderías, las semillas (el dinero) son aceptadas
universalmente como medio de pago y valen tanto por tomates, como por pan, como
por vino o cualquier otra mercadería. Las transacciones se facilitan
enormemente de este modo. El comercio nacional o internacional jamás hubiera
nacido siquiera, sin existir un medio de pago universalmente aceptado.
Ese medio de pago que se impuso luego de siglos fue el oro.
Un material escaso, atractivo- con un valor ornamental propio- que no se oxida,
no se desgasta casi y que permite ser transformado en piezas de distinto peso
(o valor). La plata también fue aceptada durante mucho tiempo como medio de
pago, pero con un valor mucho menor (aproximadamente 1gr. de oro se cambiaba a
15grs. de plata), por lo cual se destinaba a compras menores.
Se descubrió que una manera de uniformar los valores del oro
era acuñando monedas idénticas y con el mismo peso, en distintos valores (o
peso). La identificación de la palabra “peso” o “libra” con dinero proviene de
allí: cada moneda tenía una determinado peso (pesaba determinada cantidad de
libras) lo cual informaba claramente sobre su valor. La acuñación estaba en
manos privadas, ya que requería saberes muy especializados para lograr piezas
exactamente iguales, y por lo tanto del mismo valor.
Acá entra el Estado. Los reyes declararon en algún momento
el monopolio de la acuñación. Y , he ahí el problema. Los muy pícaros se dieron
cuenta que podían falsificar moneda, bajando su “ley”, su componente de oro, mezclándola
con otros metales, como bronce. Entonces se lanzaron alegremente a falsificar
moneda para saldar sus deudas con menos gasto. Eso se llama inflación. La
inflación hizo estragos y su única causa era el desmedido afán del rey en
falsificar la moneda para “pagar” más barato a sus proveedores.
Mucho tiempo después se creó el “papel moneda”, un sustituto
del oro real, físico, convertible exactamente en la cantidad de oro que “el
peso”, o la “libra” papel prometía. Un sistema perfecto…salvo por el hecho de
cuando alguien quería redimir la deuda- o sea cambiar los billetes por monedas
o lingotes de oro- descubría que el oro no existía: el Rey lo había gastado
alegremente. Durante siglos los gobiernos trataron de esquivar la relación
entre billete y oro, a fin de desalentar a las personas a hacerse del oro. Hubo
un Patron Oro que por unas décadas obligó a los gobiernos a fijar alguna relación
fija entre billetes y oro, pero al fin fue dejado de lado hace unos 40 años. A
partir de allí, los gobiernos se sintieron libres de emitir cuanta moneda
quisieran, por lo cual la inflación se hizo creciente.
Recapitulando: el dinero fue una creación espontánea,
macerada durante siglos, basada en la común aceptación de un medio de pago
universal, el oro. La estatización en la producción de esos medios de pago minó
la confianza en la moneda, y la inflación se instaló como un “mal necesario” de
la economía.
El Bitcoin intenta restablecer el sentido originario del
dinero. Hay una emisión absolutamente autocontrolada: jamás habrá más de 21
millones de “dólares” en Bitcoins. Es decir, no hay peligro de inflación porque
la emisión acompaña rigurosamente la cantidad de transacciones que se hacen en
esa moneda. Hoy hay 6 millones de “dólares” en Bitcoins. Se calcula que para
2030 habrá unos 20 millones. Y a partir de allí, no se emitirán más Bitcoins.
Si la gente acepta el Bitcoin como medio de pago y como no
hay peligro de inflación- porque no existe ningún Gobierno que a través de su
banco central quiera “inflar” la economía-
puede ser que el experimento funcione y la Web, esa increíble plataforma
independiente de gobiernos y corporaciones, sea un mecanismo de devolución del
poder del Estado a la gente.
Se habrá reinventado el dinero, y esta vez ningún poder lo
podrá manipular.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario